Las Crónicas de El Gráfico

Boca también hizo gritar a ¡Argentina!

Hace 40 años, solo 2 meses después del Mundial 78, Boca apabullaba 3 a 0 al Borussia en Alemania y lograba su primera Copa Intercontinental. La crónica, las fotos y un video imperdible.

Por Redacción EG ·

28 de septiembre de 2018
Imagen Los titulares en Alemania: Tesare, Suñé,  Zanabria, Pernía, Gatti y Bordón. Mastrángelo, “Poroto” Saldaño, Salinas, Feldman y José Maria Suárez.
Los titulares en Alemania: Tesare, Suñé, Zanabria, Pernía, Gatti y Bordón. Mastrángelo, “Poroto” Saldaño, Salinas, Feldman y José Maria Suárez.
 El hall del Park Hotel de Karlsruhe ya empezó a ser un lejano, borroso y dulce recuerdo. El tiempo va cumpliendo su tarea inexorable. Pero esa noche y su gente han quedado incorporados a ese tipo de anecdotario que uno atesora con el corazón, con la piel, con el alma. Allí vi llegar con las cabezas altas y los rostros sonrientes a los muchachos de Boca tras la victoria. Y los vi entregarse dócilmente al minúsculo grupo de argentinos que compartieron (y apuntalaron con su aliento) el triunfo. Suele ocurrir así, cuanto menos son los protagonistas más densa es la emoción, cuanto más distante de la patria más intensa es la euforia. Hombres y mujeres que en ese pequeño lugar se chocaron y se abrazaron con los jugadores en una comunión espontánea, alegre de cantos, vistosa de sentimientos.

Pensé en la Argentina, en Buenos Aires y en la Boca. Me vi —entonces— rodeado por una multitud. Gatti, Pancho Sá, Suñé, Mastrángelo. . . llevados en andas. Felices, muy felices. ¡Qué fácil acude la imaginación en estos momentos!

Y habían pasado muy pocas horas. Tres o cuatro. La historia partía desde la puerta de ese mismo hotel a las siete de la tarde. Después de la última charla técnica. Se llena el micro de hinchas, se llena el micro de los jugadores. Dos "polizei” con sus motocicletas abren camino, voy detrás de ellos en el auto del amigo Gunter Weber. Veo desde el vidrio sentados en el primer asiento a Pernía y Mouzo. Pernía me saluda con un gesto pletórico de fe. Mouzo no puede impedir que se le note cierto rictus por la frustración de estar ausente. Wildparkstadion rodeado por una forestación de verde profundo. Afuera el clima que va creciendo en las grandes filas de hinchas que llegan. Adentro dos fanáticos que la policía se ve obligada a sacar del campo con su enorme bandera del Borussia Moenchengladbach a cuestas. La banda que ensaya marchas alemanas. Buena luz, buen césped, buenas instalaciones. Estamos en el estadio de un club de segunda de Alemania...
Imagen Salinas, la imagen del jugador de fútbol.Dejó atrás a un rival y levanta la vista para habilitar al compañero mejor ubicado.
Salinas, la imagen del jugador de fútbol.Dejó atrás a un rival y levanta la vista para habilitar al compañero mejor ubicado.
 

BOCA ASOMBRA Y GOLEA

Los militantes del pesimismo pueden decir que este equipo alemán culminaba su pretemporada de preparación y no estaba en la plenitud física. Que sufrió ausencias fundamentales como las de Heynkes y Witkamps (quienes abandonaron el fútbol) y la del ilustre Rainer Bonhof transferido al Valencia. Que este partido sirvió de ensayo para probar algunos valores. Que —por último— esta Copa Intercontinental es de puro consumo para Sudamérica, pues Europa la desconoce hasta tal punto que el Liverpool, legítimo campeón, no la quiso jugar. Estos argumentos pueden contener una gran dosis de verdad, pero no invalidan lo más importante: la gran actuación de Boca, su brillante y espectacular trabajo, su legítima victoria. Quienes esgriman mezquinas excusas son los mismos que cuando la selección nacional tenía una buena actuación antes del Mundial la atribuían a los defectos del adversario. Yo digo ahora como antes que esa óptica es interesada y distorsionante. Lo de Boca tiene tanto mérito que sería estúpido adjudicarle un valor relativo por las supuestas ventajas que haya dado el Borussia.

Confieso que lo de Boca me sorprendió desde el momento que se supo la formación del equipo. Porque eso de poner tres delanteros netos no es habitual y mucho menos jugando de visitante contra un poderoso rival. Sin embargo lo hizo y los réditos que le dejó esa atrevida y elogiable actitud le valió algo más que tres goles. Le valió ser el dueño del partido durante cuarenta y cinco minutos. Indudablemente el Borussia también se sorprendió y luego de esos cinco minutos iniciales que siempre muestran los equipos alemanes en el esplendor de su dinámica y de su potencia, fue desbordado. Por eso las marcas con el correr de los minutos empezaron a ser más disciplinadas. El debutante Bruns (ex compañero de Babington en el Wattenscheid) fue abandonando el despliegue de sus excelentes cualidades para perseguir al imparable Salinas, Vogts sobre Mastrángelo, Hannes sobre Saldaño. Y así todos.
Imagen "Heber" Mastrángelo, un jugador que no se le puede dar ningún tipo de ventaja . Aquí marca el segundo tras una brillante jugada de Felman
"Heber" Mastrángelo, un jugador que no se le puede dar ningún tipo de ventaja . Aquí marca el segundo tras una brillante jugada de Felman
 

Vino el gol de Felman y hasta allí nada presagiaba el futuro tan venturoso que le esperaba a Boca. Jugaba mejor, controlaba bien pelota y terreno, pero no se podía presumir de partido fácil. El Borussia aun con equivocaciones se mostraba vigoroso para buscar la ofensiva. Boca aplicando con justeza la trampa del offside lo fue quebrando. Ni siquiera algunas fallas de Gatti permitieron a los alemanes emparejar el marcador. Hubo una sola situación favorable: un claro penal de Tesare a Gores que el árbitro no sancionó.

Con el segundo tanto (brillante gestación de Felman, certera definición de Mastrángelo) se inaugura el momento cumbre de Boca y por lógico influjo el desconcierto total del Borussia. Por momentos es toque, por momentos es olé. En esos pasajes los argentinos van ganándose definitivamente a la tribuna. Una tribuna no demasiada adicta al Borussia que es de Moenchengladbach, una ciudad separada de Karlsruhe por cerca de 500 kilómetros. Con el gol de Salinas ya es festival argentino. Hasta el pequeño grupo que en la tribuna se identificó como del Borussia grita ¡Boca! ¡Boca!

Imagen Las malas lenguas dirán que Boca no tiene ni para camisetas. Ringles le rompió de un manotazo a Veglio la casaca, después de ser eludido, y el árbitro tardó 30 segundos en detener el juego.
Las malas lenguas dirán que Boca no tiene ni para camisetas. Ringles le rompió de un manotazo a Veglio la casaca, después de ser eludido, y el árbitro tardó 30 segundos en detener el juego.
Magnífico primer tiempo. Sustentado en la ductilidad de un medio campo donde a través de Salinas. Suñé y Zanabria, Boca encontró todos los matices necesarios para darle a su funcionamiento variedad, consistencia y profundidad.

BOCA DA LA VUELTA OLÍMPICA

Boca entró a jugar con tres delanteros netos pero uno de ellos (Saldaño) no alcanzó a rendir más allá de su inclaudicable voluntad. Al comenzar la segunda etapa ingresa Veglio. Quizá la búsqueda de un mayor control de la pelota, de un ritmo más lento, menos agresivo. Boca —presupongo— va a buscar que ese tres a cero no se complique. Y lo consigue. Pero ahora con otras armas. Menos agradables a la vista. Más identificadas con el ``otro" Boca, el defensivo, el del contragolpe.

Al conjuro de ese cambio de Boca, el espectáculo cae. Porque Boca era el gran protagonista y al dejarle el papel al Borussia no hay buenos intérpretes. El rubio Bruns fue a su puesto habitual de líbero y le asegura la salida limpia a los alemanes. Hasta tres cuartos de cancha el partido es de ellos, pero allí traba Boca favorecido por los repetidos errores del ataque local. Cuesta asociar a este Simonsen de la camiseta número siete con el jugador a quien la crítica consagró como el mejor jugador de Europa. No llega o llega mal el Borussia. Y un par de buenas atajadas de Gatti hacen el resto.
Imagen Carlos Horacio Salinas. deja un alemán en su camino y encara. Salinas fue importante.
Carlos Horacio Salinas. deja un alemán en su camino y encara. Salinas fue importante.


Boca con su conocido oficio para contragolpear estuvo a punto de llevar las cifras hasta límites asombrosos. Normalmente era Felman el agente de esa maniobra. Se van los minutos, se va el partido. La Copa se trepa por los brazos de Suñé.

La vuelta olímpica ante el respetuoso saludo de los alemanes. De esos alemanes que minutos más tarde cuando caminaba por las calles de Karlsruhe oí gritar ¡Boca! ¡Boca! ¡Argentinien! ¡Argentinien! De esos alemanes que desde el 25 de junio aprendieron a admirar con más fuerza nuestro fútbol y que ahora se convencían que aquello no era casualidad. Boca era un auténtico representante del fútbol campeón del mundo. Bajo el cálido cielo de Karlsruhe se había confirmado. Acaso no se puedan usar palabras como hazaña o proeza, pero el mérito inmaculado de ganar así y aquí debe inscribirse en la antología de nuestro fútbol.

Me voy acercando al Park Hotel. La historia va llegando a su fin.

La Argentina, Buenos Aires, la Boca ¡qué lejos están!
Imagen La Copa en las mejores manos. Eso barco merecía este capitán: Suñé. Al lado el presidente de Boca Alberto J. Armando
La Copa en las mejores manos. Eso barco merecía este capitán: Suñé. Al lado el presidente de Boca Alberto J. Armando


Intercontinental: Borussia 0 - 3 Boca


NO FALLO NINGUNO

GATTI: Fue el necesario respaldo que tuvo Boca cuando intentó jugar al offside. La virtud del Gatti de siempre. En el segundo tiempo (y en momentos críticos) tuvo un par de atajadas decisivas. En el primero cometió algunos errores especialmente en pelotas que cruzaban el área.

PERNIA: Con el oficio que ya lo convierten en casi un modelo del marcador de punta. Apretando a su hombre, llevándolo a zonas donde pierde espacio para maniobrar, sabiendo cuándo se puede jugar en un anticipo. Un trabajo prolijo que incluso lo mostró como buen agente de salida por su lateral. Además, su vigoroso temperamento no bordeó nunca los límites de la incorrección. Un Pernía que jugó, marcó y le dio alma al trabajo de Boca.
Imagen Juan Carlos "Toto" Lorenzo, el técnico campeón.
Juan Carlos "Toto" Lorenzo, el técnico campeón.


TESARE: A veces arriesga con la pelota, pero en este Boca que pretende jugar es imprescindible contar con un hombre de sus condiciones técnicas en el fondo. Porque también tiene el físico y vigor espiritual necesarios para hacerse notar. Todavía quedan en su juego algunas imprudencias que cuando las extirpe lo consolidarán como el gran jugador que todavía seguimos esperando.

BORDON: En algunas salidas le faltó sentido de la distancia y comprometió el esquema defensivo, pero casi siempre exhibió la necesaria recuperación. Su mejor virtud estuvo en los cruces.

SUAREZ: Al fracaso de Simonsen contribuyó con su eficiente marcación. Y en varios pasajes lo obligó a dejar la raya para tener algún contacto con el balón. Esa tarea lo desafecto de participar en el arranque del equipo. Se le puede señalar que fue excesivamente defensivo, pero hacía falta.
Imagen Un avión de Air France transportó al plantel Campeón hasta Ezeiza. En pleno vuelo, Tesare, Bordón, Mastrángelo y Ribolzi seguían festejando.
Un avión de Air France transportó al plantel Campeón hasta Ezeiza. En pleno vuelo, Tesare, Bordón, Mastrángelo y Ribolzi seguían festejando.


SALINAS: Un primer tiempo excepcional en cuya cumbre se ubica el gol que aseguró la victoria. Hábil y serio. Dribleador para adelante. En sus desplazamientos encontraba Boca el cambio de ritmo necesario para sorprender. Por Salinas la pausa se convertía en vértigo, pero un vértigo talentoso e inteligente.

SUÑE: La gran figura de la cancha. Creo que Suñé ya pertenece a esa estirpe de caudillos que pueden conducir a un equipo hasta cualquier meta. Por jugador y por hombre. No fue brillante, no fue corredor, fue decisivo. Siempre en el lugar y en el momento necesario. Mostrándose al compañero comprometido, ya sea junto a su arco o al de los alemanes. Defendiendo la pelota con astucia, serenando, conduciendo. Capaz de pegar un grito de aliento o de reproche si hace falta. En el segundo tiempo cuando las piernas sintieron el peso del cansancio cometió un par de errores en las entregas que apenas enturbian un trabajo de enorme categoría. De esos que sólo cumplen los grandes jugadores, los que son locales en cualquier cancha.

ZANABRIA: En él concluye un trío que desde el medio campo le dio fisonomía a todo el equipo. En el reparto de funciones Mario fue el encargado de sorprender con la precisión de su zurda para las habilitaciones largas. El complemento ideal que tuvo Suñé para asegurar la pelota cuando hubo que tenerla.

MASTRANGELO: A pesar de que Boca abandonó el estilo que mejor conviene a su juego, cumplió. 'Lo que demuestra que a Mastrángelo no se lo debe etiquetar. Tuvo la experimentada (aunque algo "vieja”) marca de Berti Vogts y en más de una oportunidad ganó por habilidad. En el gol definió “a lo Mastrángelo”: con frialdad y justeza.
Imagen Síntesis aparecida en El Gráfico
Síntesis aparecida en El Gráfico


SALDAÑO: La fuerza física y el pique para el desmarque pero ninguna claridad. Cumplió preocupando al stopper. Nada más. No encontró hueco en el juego brillante que practicó el equipo en la primera etapa.

FELMAN: Gran trabajo. Con la rara virtud de participar en la recuperación de la pelota y en seguida aparecer en el arco contrario para definir. En el segundo gol con un amague dejó a cuatro hombres parados, llegó al fondo y sirvió para Mastrángelo. Luego repitió la jugada pero la pelota le quedó larga. Con la marca de Felman. Por la raya y buscando la diagonal. Una reaparición que lo mostro enriquecido, con más seguridad y confianza en sus condiciones.

VEGLIO: Entró cuando Boca renunció al dominio territorial y le cedió al Borussia la obligación de atacar. Participó poco del juego. No desentonó.

Héctor Onesime. Fotos: Héctor Maffuche Enviados especiales a Karlsruhe, Alemania Federal.