Diciembre de 1927. Kuko e Iribarren pelean por la pelota, ante la mirada de Domingo Tarascone. Boca ganó el primer clásico, jugado después de siete años. Fue el primero que cubrió EL Gráfico. El duelo inicial había sido en 1914.
Labruna. El Ángel dé Núñez. Jugó su primer clásico el 5 de noviembre de 1939, en la cancha de San Lorenzo y a las diez de la mañana. Y en 14 minutos, metió un remate cruzado a cincuenta centímetros del suelo, inatajable para Juan Estrada, arquero xeneize. Fue el primero de sus 16 goles a Boca. Y todos fueron definitorios: sirvieron para empatar o ganarle al histórico rival. También ganador como técnico, Ángel Amadeo Labruna, con esos gritos, aún hoy es el máximo goleador del clásico.
Paulo Valentim "De los demás olvídese. Usted sólo hágale goles a River", fue la orden de Alberto J. Armando cuando lo trajo a Boca. Y Paulo cumplió: en su primer clásico, le hizo dos a Amadeo Carrizo, en la cancha de Boca. Fue en 1960. Con 10 goles en ocho partidos, Paulo Valentim es el máximo goleador xeneize en la historia del duelo, con un excelente promedio de gol por presentación: 1,25 por partido.
Desde el primero, cada choque fue a todo o nada. A vida o muerte. Como Rattín y el Indio Solari peleando en lo alto por una pelota sin dueño. Fue en la Bombonera, en 1968.
2 de Marzo 1980. Por el Torneo IV Centenario-así se llamó al Metropolitano 1980-, River visitó la Boca con todo su potencial. Campeones del mundo mayores –Fillol, Passarella, Alonso, Luque, Ortiz- y juveniles –Ramón Díaz-, contra un Boca que no pasaba por un buen momento. Y quedó evidenciado en la cancha: dos goles del Pelado, dos del uruguayo Juan Ramón Carrasco y uno de Ortiz para la goleada 5-2 sobre el eterno rival.
7 de Marzo de 1982. Si la espina de aquella goleada todavía no había bajado, lo terminó de hacer esa tarde. River recibió a Boca, en el Monumental, donde no le ganaba desde hacía cuatro años. Pero el Tigre Gareca andaba suelto y metió dos zarpazos, que guiaron la goleada –impresionante 5 a 1- Ruggieri y Cacho Córdoba hicieron el resto.
Verano’82. Merlo y Maradona, la última vez que Diego vistió la camiseta de Boca antes de irse a España. Mostaza le hizo marca personal y el 10 no la tocó.
Incontenible. "Se me metía entre las piernas", confesó Jorge Bermúdez después de la primera vez que lo enfrentó. Por eso, el colombiano apela a todos sus recursos -los permitidos y los otros- para frenar a Javier Pedro Saviola.
