¡Habla memoria!

Vida y milagros del Club San Lorenzo de Almagro

En 1924, El Gráfico se propuso publicar cómo fueron los particulares orígenes de uno de los clubes más importantes de la Argentina y del que no había registros oficiales sobre su fundación.

Por Redacción EG ·

20 de septiembre de 2018
El principal milagro de San Lorenzo de Almagro fue el origen cristiano, un milagro de los que amorosamente guarda la iglesia para ejemplo de sus fieles aficionados al football...

No ignoraréis que nuestro club nació en una capilla, al amparo de San Antonio, quien espiritualmente presidió la asamblea, a la vez que delegaba su palabra en el reverendo Lorenzo Maza para que éste echara las bendiciones del caso sobre los circunstantes. Refiere la historia que en el barrio de Almagro había un antiguo colegio que también acaparaba San Antonio, pues llevaba su nombre, y cuyos alumnos formaron una liga de jugadores que se habían empeñado en dar al diablo los mismos santos a fuerza de pelotazos, lo que tenía en perpetua alarma a los moradores y al reverendo, quien después había de conciliar a los alborotadores con su benévola intervención.

Los muchachos tenían por campo los lugares inmediatos a la capilla, y no hay para qué decir que muchas veces marcaban goals metiendo la pelota por un místico ventanal, rebotando dentro la condenada o desnarigando alguna imagen. El padre Maza, a cargo de la capilla, quiso ser buen diplomático. No demostró molestia alguna por los atropellos sino que, con cautela, atrajo a los niños, invitándoles a organizar un club en debida forma.

— ¿Quieren ustedes jugar libremente? Pues háganlo en el patio de la capilla — les dijo, conquistándose así la voluntad de los jugadores. Otras veces, concluidos los matches, obsequiábales con suculentas tazas de chocolate, las cuales, desde luego, valían menos que el vidrio de un ventanal de la capilla.

Imagen El team 2° división, fundador de San Lorenzo de Almagro
El team 2° división, fundador de San Lorenzo de Almagro


El 1° de abril de 1908, presidiendo la reunión el padre Maza, se fundaba el club. Acerca del nombre que llevaría, no reinaba acuerdo; proponían unos bautizarle “Almagro”, a secas, y otros que prosiguiera con el de “Forzosos de Almagro”. El padre desechó por feo este último, aconsejando a los presentes varios nombres algo más expresivos. Uno de los muchachos, para demostrar agradecimiento al padre, propuso que se llamara “Lorenzo de Almagro”. La modestia del padre Lorenzo protestó, pero en el fondo, halagado por la designación, astutamente, dijo:

—Llamémosle San Lorenzo, tanto como recuerdo de mi persona, como porque ese nombre está vinculado a la historia patria.

Acto seguido, el padrecito desarrolló, con su ardiente palabra, el cuadro de la batalla de San Lorenzo y de sus héroes, contagiando su exaltación al auditorio. Y San Lorenzo de Almagro — Almagro por el barrio en que ha nacido — quedó barnizado. Ahora bien, faltaba escoger los colores lo que hizo también Maza, proponiendo el azul, como color ideal, y el rojo, como color combativo. Así fundada la institución, aunque carecía de recursos y Mecenas protectores, contaba con un team aguerrido de segunda división, que, en el primer año de actuación conquistó el campeonato de segunda. Sus pasos fueron agigantados. En 1915, jugaba con el campeón de intermedia “Honor y Patria”, derrotándolo y ascendiendo a la categoría privilegiada. San Lorenzo es uno de los contados clubs que pueden enorgullecerse de haber sido campeón muy poco tiempo después de venir a la vida. Entre sus jugadores los había de la talla de Juan y Federico Monti, José y Alberto Coll, y Gianella. San Lorenzo tenla un pomposo nombre, pero ningún dinero. En un principio improvisaba canchas. Eran los mismos jugadores los que conducían a hombro las redes, los que emparejaban el terreno y disponían lo necesario para los partidos.

En vista de su lucida actuación y sus deseos de progreso, alquiló una cancha que en Vélez Sarsfield había servido al club Olimpya, pero que ya no “servía para nada” ¡Pobres almagrenses! ¡Qué decepción cuando intentaron jugar, cuando se convencieron de que saldrían sin piernas de la cancha, y, sobre todo, cuando no consiguieron recuperar el dinero que habían dado por ella! Poco después, arrendaron un field del Ferrocarril Oeste. La cosa fue mejor. Está de más decir que, en 1915, San Lorenzo ingresaba a la Asociación Argentina, y luego, por causas bien conocidas, se afilió, al producirse la división del football, a la Asociación Amateurs.

Una nota original para el lector, que esperará más recuerdos del tiempo antiguo de la institución. Ella consiste en que los primitivos miembros dirigentes daban muy poca importancia a las asambleas, las que se producían sin dejar rastro, al menos, así parece, en razón de que no existen libros que acrediten lo contrario. Algunas de las actuales figuras representativas del club dicen no saber nada del pretérito, y los datos que venimos consignando, son resultado de una penosa encuesta. Tan es cierto que la historia escrita no se hizo o se ha extraviado, que en estos momentos en que se gestiona para la institución la personería jurídica, no ha sido hallada el acta de fundación. ¿Cómo acreditar los comienzos? En hora tan amarga para el club, se ha escrito a Tucumán al padre Maza para que dé noticias de la famosa acta. Claro es que las cosas se pondrán en su lugar, pues el testimonio del padrecito y la realización de un nuevo milagro de San Antonio, quien no ha de querer dejar mal parados a sus protegidos, enderezarán el entuerto.
Imagen Eduardo Larrandart, presidente del Club
Eduardo Larrandart, presidente del Club


Hasta el año 1920 el club atravesaba por una crisis material. A mediados de la citada fecha, al ganar el primer partido y luego el de revancha a Racing, asienta su prestigio y empieza su solidez financiera. Se hace cargo de la presidencia el señor Eduardo Larrandart, quien se encuentra con una deuda de mil novecientos pesos y con sólo seis en caja. La caja no podía ser más paupérrima. Para advertir la evolución realizada, basta consignar que el año pasado fue cerrado el ejercicio con un capital de 36.187 pesos moneda nacional. San Lorenzo cuenta con una página de luto. La muerte de su jugador Jacobo Urso, el 6 de agosto de 1922. Ocho días antes, jugando un partido contra Estudiantes, en Palermo, Urso recibió un puntapié en los riñones, a consecuencia del cual prodújose su deceso. El club estableció una pensión de cien pesos mensuales para la madre del infortunado, la que falleció 8 meses después que su hijo.

San Lorenzo no cultiva más deporte que el football  por hallarse privado de espacio para hacerlo. En cambio, en football ha llegado a la perfección, puede decirse, contando con ocho divisiones.

Entre otros jugadores internacionales, ha dado a Omar, Caldano, Carricaberry, Acosta y algunos otros. San Lorenzo fue campeón en 1923.

Finalmente, vaya un elogio para el señor Larrandart, persona que goza de influencia en nuestro football, cuyos desvelos por el club son constantes, y quien tiene a su cargo la secretaría de la Asociación Amateurs, desde la cual dirige una inteligente política de solidaridad entre sus camaradas.

Caddy (El Gráfico 1924)