¡Habla memoria!

Anecdotario: Enfermedad oportuna

El legendario Chantecler, cuenta una divertida historia ocurrida en un partido que se puso muy espeso entre Estudiantes (Bs. As.) e Independiente en los primeros años del siglo pasado.

Por Redacción EG ·

06 de septiembre de 2018
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COMENTARIOS RISUEÑOS SOBRE FOOTBALL por CHANTECLER

Enfermedad oportuna

 


Hace de esto muchos años y, por primera vez, la primera división del Club Estudiantes se hallaba en situación de descenso cuando le tocó medirse el team superior de Independiente que si no era gran cosa por aquel entonces, era siempre un team superior al estudiantil. El match se jugó en el field de Palermo y recuerdo que, entre otros,  actuaban por Estudiantes, Juan Brown, y el Dr. Maiztegui. Dirigía el match un referee que hacía su estreno en la primera liga, razón por la cual no las tenía todas consigo, máxime cuando advirtió que la hinchada de Estudiantes vociferaba acaloradamente, esforzándose para que sus muchachos consiguiesen algún puntito, tan indispensable en aquella altura del campeonato. Aunque Independiente lo superaba, Estudiantes, sacando fuerza de flaqueza, "se defendía como gato panza arriba". Como a los treinta minutos del primer período se hallaba Independiente en una intensa ofensiva, que neutralizaban Arigós y Juan Brown, cuando un rechazo de éste posesionó de la pelota a Thompson — conocido atleta que jugó casualmente — y éste, en posición off-side por una parte y ligerísimo por la otra, poco trabajo le dio para destacarse solo y anotar el goal de Estudiantes. Es de imaginarse que el referee no se atrevió a aceptar las protestas de Independiente ante las manifestaciones de júbilo locales, y sancionó el goal.

Terminó el primer half-time, y en el segundo recrudeció la ofensiva de Independiente, que se hizo abrumadora, y, en una de esas, Ventureira se lanzó hacia la valla., siendo contenido en su salto por el pecho de Juan Brown. Ventureira, al chocar con una cosa tan dura y resistente, cayó rodando más violentamente que la pelota de football, y el referee, que tenía la conciencia intranquila, por el goal de Estudiantes, dio penalty-kick. Justo es imaginarse la exaltación de público y jugadores del club local. Gritos destemplados, amenazas y protestas airadas de los jugadores que le rodearon para impedir la pena que mantuvo. Pero las cosas iban siendo graves, y ante la nube tormentosa de una paliza en ciernes, el referee, de pronto, se llevó las manos a la cabeza, echó ésta hacia atrás y luego de dirigir miradas extraviadas, cayó exánime al suelo. Los que presenciaban la escena, aunque atónitos, se aprestaron a socorrerlo y, conducido a la casilla y una vez que hubo reaccionado, manifestó que se encontraba muy enfermo y no podía proseguir la lucha... Y así, inesperadamente, el referee se salvó de una situación harto comprometida para su integridad personal.

Nada de particular habría en el episodio que acabamos de comentar si no hubiese encontrado adeptos entusiastas,  y de ahí la serie de referees que se sienten de pronto enfermos cuando las papas queman…

(1927)