¡Habla memoria!

Cabeceadores: los pioneros

Iniciando una recorrida cronológica por los ases del cabezazo en el Argentina conozcamos a los precursores en nuestras canchas del juego de cabeza: "el Pelado" Ratcliff , Alejandro Harris y Cándido García.

Por Redacción EG ·

14 de agosto de 2018
Imagen Imágen inédita del uno de los pioneros del cabezazo en Argentina, Harold "el pelado" Ratcliff, en 1936 más dos décadas después de su retiro.
Imágen inédita del uno de los pioneros del cabezazo en Argentina, Harold "el pelado" Ratcliff, en 1936 más dos décadas después de su retiro.

 


 Arsenio Erico fue y es la referencia cumbre del juego de cabeza que aquí, en la Argentina, recién se conoció con los primeros años del Siglo XX.  Antes no, según la precisa afirmación de Alfredo Rossi, Chantecler,  testigo y cronista en las páginas de EL GRAFICO: "Cuando la pelota venia de alto, se la dejaba picar o pasar". Chantecler fija en "el Pelado" Ratcliff, centrehalf de Belgrano, y en un zaguero derecho de Estudiantes de Buenos Aires, Alejandro Harris, a los primeros que difundieron en nuestras canchas el juego de cabeza. Así lo explico: "Jugando Estudiantes, el público deseaba que la ball fuese bombeada, pues se quería ver a «Cabecita de Oro» Harris rechazándola eficazmente de cabeza. Y si el que jugaba era Belgrano, allí estaba Ratcliff poniendo su pelada para que la ball rebotase en ella y fuese a parar a los pies de un compañero en calculado pase”. Curiosamente, Chantecler no destaca a ningún cabeceador en las filas de Alumni. 

Imagen Cándido García fue el primero que marcó un gol en el superclásico argentino en 1913.
Cándido García fue el primero que marcó un gol en el superclásico argentino en 1913.


 Ratcliff y Harris fueron los precursores, pero el primer gran cabeceador del fútbol argentino se llamó Cándido García, centre-half de River en la segunda parte de la década del Diez. Chantecler le atribuye el mérito de obligar a cambiar, el solo, las costumbres de todas las defensas que hasta entonces usaban y abusaban del recurso de rechazar las pelotas al córner. Cándido García alcanzó una precisión tal para cabecear en ataque que los defensores contrarios tuvieron que aguzar el ingenio para evitar la cesión de corners. Decía Chantecler en 1938. "En este aspecto no he visto nunca a un jugador de fútbol que igualara a Cándido García, y eso que hubo hombres temibles para golear en corners,  como Olazar, Dannaher, Seoane y Cherro".