Las Crónicas de El Gráfico

Aunque ganes o pierdas, por Roberto Fontanarrosa

“El poeta que escribió los descarnados versos ‘Aunque ganes o pierdas/ no me importa una mierda’, parece haberlos escrito para mí...” dice, entre otras reflexiones, Roberto Fontanarrosa en esta nota del año 2000.

Por Redacción EG ·

19 de julio de 2022

Uno no es demasiado cabulero. Pero las ingenuas ganas de ayudar al equipo lo empujan a eso. Entonces, se pone la remera azul porque es la que llevó a la cancha cuando le ganamos a Lanús. Después del partido, ante otro resultado adverso, la remera azul ya perdió su condición de invicta. Habrá que intentar, al domingo siguiente, con el gorrito a cuadros. El gorrito a cuadros tendrá un período dorado de dos partidos. Hasta una nueva derrota. Será el turno, entonces, del buzo gris. Y así sucesivamente. Mis amigos: no hay vestuario que alcance cuando la mano viene cambiada.

Y de pronto, muy de pronto, el hincha advierte que apenas empezó el campeonato y ya el lote de punteros está irremediablemente lejos. En mi caso, sin embargo, esa amarga situación no me altera demasiado. Décadas concurriendo al Gigante sin fijarme mucho si estábamos últimos, por el medio, o punteros. El poeta que escribió los descarnados versos “Aunque ganes o pierdas/ no me importa una mierda”, parece haberlos escrito para mí. O para ese puñado de miles de canallas que siempre, siempre, están en la tribuna. Habrá quizás, menos entusiasmo. Se notará, tal vez, menor excitación, pero el compromiso se mantiene. Esa famosa “actitud” que se les reclama a los jugadores también le cabe al hincha, se me ocurre.

En lo que a mí respecta no faltará nunca el atractivo de ver jugar a la Reserva, para ir orejeando a los (como calificaba la Academia Pitman) “triunfadores del mañana”. Aquellos chicos promisorios que insultaremos en breve. No faltará tampoco en la Primera (aunque sea un amistoso veraniego contra el equipo alternativo del Deportivo Luqueño) el pibe que viene dando que hablar desde la Cuarta y hoy tiene la oportunidad de mostrarse. Además, con esta saludable manía de los premios “consuelo”, tan lejos no estarán las chances de manotear una Copa Libertadores, una Mercosur, la malograda Conmebol, el repechaje de la Concacaf. Pero, fundamentalmente, señores, hay otra cosa, ligada a la ética del futbolero.

Muy maula debe ser un hincha si sólo va a la cancha cuando la mano viene exitosa. Muy mezquino tiene que ser su proclamado sentimiento si solamente se hace presente cuando se gana. De todos modos, señores, un hincha conformista no es un hincha. Y, por eso, más allá de la comprensión ante un plantel modesto, más acá de la atracción del pibe de la Cuarta que debuta en Primera, a veces los descarnados versos invitan a otra rima. “Aunque ganes o pierdas/ no me importa una mierda/ Pero siendo sincero/ es mejor que ganemos/ es mejor que ga-ne-mos”.

*Roberto Fontanarrosa