Las Crónicas de El Gráfico

1980. Obdulio, aquel caudillo del Uruguay

30 años después del Maracanazo El Gráfico entrevista al emblema de la Celeste, Obdulio Varela, que había viajado a Córdoba para asistir al homenaje de otro campéon mundial: Ernesto Vidal.

Por Redacción EG ·

02 de agosto de 2018
OBDULIO VARELA ESTUVO EN SAN  FRANCISCO, CÓRDOBA 

No teníamos palabras, ni preguntas. Sólo el silencio —bendito silencio—para escuchar al mito. Ver a la leyenda. Y comprender a un hombre de verdad. Así, encontramos a Obdulio Jacinto Varela, a 200 kilómetros de Córdoba. En San Francisco. Un sábado a la tarde.

El mito tiene nombre, Maracaná. La leyenda tiene historia: el triunfo increíble de Uruguay ante Brasil, ganando el Mundial de 1950. Y el hombre de verdad sigue teniendo el mismo orgullo y la misma humildad, que son los rumbos que eligió para andar por la vida.

“EI triunfo de ustedes en el último Mundial (en referencia al de Argentina 1978) lo sentí como mío. No le miento. Argentina estaba preparada, no sé si Menotti metió la mano, pero estaba preparada con grandes jugadores. Eso sí: tuve miedo cuando aquella "japonesa" pegó en el palo en el último minuto contra Holanda. Me cortó la respiración.”

El hombre no quiere ser ayer, ni mito ni leyenda. Pero es así. Y Obdulio no tiene la culpa

-Vamos a dejar lo viejo. ¿Para qué vamos a recordar el Mundial del '50? Que venga lo nuevo... Yo todavía no sé, sinceramente, si fui campeón del mundo o me regalaron la medalla. A veces me golpeo la cabeza y me pregunto: ¿qué pasó? Todavía no me doy cuenta y ya van 30 años. Si será grande ser campeón del mundo… Se da cuenta… imagínese lo que será para Argentina que recién es campeón. Que se valora no sólo al jugador de fútbol sino al país en sí, en todas sus dimensiones.

 Siga hablando Obdulio…

Imagen Obdulio a los 63 años en San Francisco , Córdoba. Foto: WALTER GENNERO
Obdulio a los 63 años en San Francisco , Córdoba. Foto: WALTER GENNERO


"¿Sabe lo que son ustedes los argentinos? Sensacionales, ¡Tenían cada jugador! Podían armar tres cuatro equipos Ustedes no fueron campeones del mundo antes, por la Segunda Guerra. Yo no los pude marcar nunca, ¡qué los iba a enarcar! Si a ustedes había que mirarlos jugar. El Uruguay ahora no es el mismo; tiene altibajos, pero no pierdo las esperanzas. No estamos en el nivel de las selecciones que vendrán al Mundialito. El Juvenil anduvo bien, pero es como en el teatro: un capítulo le tiene que seguir el otro a la semana…"

Y de pronto, vuelve otra vez el hombre.

-¿Sabe por qué estoy aquí? Me vine con los muchachos de Peñarol, de la Agrupación de Veteranos, para rendirle homenaje a ese amigo excepcional que fue Ernesto Vidal. Estábamos en deuda con él.  Aparte de ser un gran jugador era un amigazo. Estuvo en todas. Fue nuestro en el '50, y en la final, aunque no jugó, JUGÓ.

Imagen Ernesto "Patrullero" Vidal con la camiseta de Peñarol. Había nacido en Croacia pero de niño vino a vivir a Córdoba. Jugó en Rosario Central.
Ernesto "Patrullero" Vidal con la camiseta de Peñarol. Había nacido en Croacia pero de niño vino a vivir a Córdoba. Jugó en Rosario Central.


Hay una lágrima. La del hombre. La del Negro Jefe. La del Gran Capitán. Ya pasó con Juan Bargueño. con Falero, con el doctor Aramburu, con el Gallego Martínez y todos los muchachos, por el cementerio provinciano donde descansan los restos del "Patrullero" desde hace seis años. Ya fueron a la misa en la Catedral de San Francisco. Y Obdulio sigue hablando. Aunque todos se asombren porque se niega a hacerlo, desde largo tiempo atrás, cuando tiene periodistas enfrente. Obdulio, el "Negro" Jacinto, habla.

"Tengo un montón de recuerdos. Pero no me haga elegir ninguno. Porque si me olvido de alguien puede sentirse lastimado. Yo vivo en mi casa. No me gusta salir. Estoy con mis nietos. Y vivo. Si hay, hay, y si no hay, no hay. .."

"Ahora me acerqué a los muchachos, a los veteranos y allí están todos; muchachos que fueron de la cuarta, de la tercera, de la primera, famosos y no famosos. Todos han sido jugadores de Peñarol y por eso son mis hermanos. Vinimos con ellos para rendirle homenaje a Ernesto.. No es acaso lo lindo de la vida poder hacer esto con los amigos, con los que uno quiso, con los que uno vivió, con los que luchamos por lo mismo…”

Tiene al Uruguay en los  ojos, en la voz, en la nostalgia. Tiene al Uruguay, aunque se calle, en la médula de su pensamiento y en la raíz más celeste de su enorme corazón. Tiene al Uruguay en el alma, en las palabras, en el gesto. Porque él es el Uruguay. Con su piel y sus afectos. Con sus viejas sentencias de aguardiente.

Así pasó las horas imprevistas en San Francisco. Con el pantalón claro, la camisa azul y. las zapatillas blancas. Y sus manos, sus enormes manos de gigante bueno. Ese Obdulio Jacinto Varela, de la inmensa ternura, del silencio sabio, del guiño canchero, anduvo por San Francisco, Córdoba. Abrazado a todo el mundo. Diciendo palabras que hicieron llorar cuando surgió el instante del discurso en el Club Antártida Argentina, con luz débil, una parrilla en el fondo y una guitarra de barrio. Eso quería Obdulio. Esa autenticidad. Esa simpleza.

"¿Sabe lo que es el fútbol? Es como nacer. . ."

Tiene razón. Maestro. "Es como nacer.". Y permítame que lo deje escrito en su nombre, Caudillo del Uruguay… por el milagro de su hermosa dignidad. De su vida. De su mito y su leyenda.

 

NILO NEDER (1980)