Las Crónicas de El Gráfico

1986. Valdano, hablemos de todo...

Las declaraciones de Jorge Valdano fueron siempre algo casi inconcebible para un jugador de fútbol. Después de la primera fase en México habla con El Gráfico de Borges, Sábato, Hugo Sánchez, libros y fútbol.

Por Redacción EG ·

30 de mayo de 2018
La inteligencia. La entrega. La potencia. El gol. Jorge Valdano feliz, sin más, según su estilo. Sobrio, pensante, reflexivo. Hay doscientos argentinos que lo vivan a la salida del estadio. Hay un brazo en alto, la cabeza baja, una sonrisa leve. Respuestas para todos. Apurados, apretados contra el micro de la delegación argentina que se vuelve triunfante a la concentración del América. Dos goles contra Corea, uno contra Bulgaria, la figura que se agiganta casi en silencio, sin ruido, a lo grande. Sin justificar nada, explicando todo, el tono bajo, la expresión cuidada. Venga, da gusto sentarse a charlar con Valdano...

Los intelectuales

La mención a Borges, creo, fue sobre el final de la charla.

—El considera que el fútbol es algo estúpido y me parece injusto, porque lo que no te ha merecido siquiera una mínima preocupación por entenderlo no podes calificarlo de estúpido, es una ligereza.

Antes habíamos hablado de Ernesto Sábato porque yo le decía —y él aceptaba— que algunos intelectuales eran más futboleros que otros y por lo tanto lograban transmitir un mensaje más optimista acerca de la seducción, el encanto, la pasión. La magia que enciende y ejerce el fútbol en casi todo el mundo.

-Pero acordate que en "Sobre héroes y tumbas" Sábato remata equivocadamente un pasaje delicioso que se desarrolla, digamos, en el potrero entre un gran habilidoso que siempre tiene la pelota y marea y marea y marea hasta que por fin se la pasa al compañero práctico, goleador y éste le dice: "¿Viste?, me la pasaste y fue gol. Entonces el crack le contesta: “SI, pero yo no me divertí más”. Para Sábato ése es el problema del fútbol y para mi es el gran secreto, nada menos que eso. La lucha entre la habilidad y la fuerza, esas posiciones aparentemente Irreconciliables pero que al final determinan que este juego imanta multitudes en todas partes.

Y todo se habla iniciado cuando yo le pregunté por su vida en esta concentración del América, en la que estamos ahora charlando, sentados en un banco de los que bordean la cancha principal, contemplando la caída de la tarde, en medio de un silencio formidable. Es decir, le pregunté qué hacía cuando no entrenaba ni veía partidos por televisión. Y él me contestó:

—En realidad no entrenamos mucho. Bilardo dice que en esta etapa debemos recuperar energías y sugiere, diría que impone pero en el buen sentido, un largo descanso, con buena alimentación. Personalmente veo por televisión todo fútbol posible, después charlo mucho con mis compañeros y por fin leo, leo como siempre, bastante. Traje muchos libros y además compré algunos en México.

Imagen El gol de Valdano frente a Bulgaria
El gol de Valdano frente a Bulgaria


-¿Qué estás leyendo ahora, Jorge?

 —Algo apasionante. "Ritual y fascinación del fútbol", de Desmond Morris en realidad es un antropólogo, creo que inglés, y da una visión lúcida, divertida, fantástica sobre los orígenes de esta pasión universal a la que tanto desprecian los intelectuales, o al menos la mayoría de ellos. Te aseguro que es un libro alentador, optimista, en el que se destruye esa especie de recurrencia intelectualosa sobre que el fútbol es el opio de los pueblos. No me extraña que la clase intelectual tenga esa propuesta. Ellos siempre están alejados de los sentimientos populares, los desprecian, no los comprenden ni se preocupan por hacerlo. Es decir, no le dan a las sociedades lo que éstas esperan y merecen.

En un momento, allá por el final, se incorporó Juvenal a la charla y hubo inevitables pasajes por el fútbol que fue y ya no es, por los cracks que fueron y ya no son.

—Me gusta que me hable así de Alfredo Di Stéfano porque en España es una figura superior. A los españoles ni hablarles de Pelé; para ellos es Alfredo y no hay otro, aunque hayan pasado tantos años. Yo tengo en casa videos con las cinco Copas de Europa que ganó el Real y me deslumbro cada vez que lo veo, qué jugador excepcional.

Juvenal habló de los Mundiales y se detuvo en un recuerdo hacia Ermindo Onega, acaso el mejor del equipo que perdió en Wembley contra Inglaterra en el '66 (0.1, la expulsión de Rattín).

—Me han hablado muy bien sobre Ermindo, será porque yo tengo especial interés en escuchar sobre él ya que es de mi pueblo (Las Parejas Santa Fe) y eso siempre significa un orgullo. Me han dicho que era un poco especial, retraído, introvertido, pero eso fuera de la cancha, porque adentro esos jugadores suelen ser fundamentales. Yo creo que debemos aprender a diferenciar entre los que valen en el campo y los que valen afuera. Yo prefiero los de adentro, porque ahí está la verdad del fútbol.

No sé por qué se me ocurrió que el ejemplo valía para Hugo Sánchez, el mejicano más famoso que hasta ahora -partido contra Paraguay- fue un fiasco en el Mundial. Como Valdano es su compañero en el Real Madrid y lo conoce a fondo, le pregunte por Hugo.

—Es show, mucho show... Vos lo habrás visto con esas piruetas que hace para levantarse cuando cae, habrás advertido la forma tan especial para gritar los goles. Es el mejor agente de relaciones públicas de sí mismo que conocí desde que juego al fútbol. Pero debo ser justo: sólo en el campeonato de Liga en esta temporada española hicimos 40 goles entre los dos. Es un gran definidor, tal vez en el Madrid tiene mejores compañías que en la selección de México.

-¿Se entienden bien los dos?

—Si, de lo contrario no hubiéramos hecho tantos goles en la Liga, a los que hay que sumarles copas y amistosos. Pero en realidad, yo me entiendo mejor con Butragueño. Es un jugador excepcional, fuera de serie, capaz de hacer ocho malas y solamente dos buenas, pero estas dos son más que eso. Son deslumbrantes, maravillosas, espectaculares. El público del Madrid, que es duro y sólo te respeta si te ve con la cara llena de sangre, siente adoración por Butragueño, es curioso pero real: lo aman y por algo ha de ser, yo creo que realmente la gente no se equivoca

 

"Somos responsables y decentes”

Habíamos hablado, no podía ser de otro modo, de la convivencia entre los jugadores, de la relación entre éstos y el cuerpo técnico, de la vida de Argentina fuera de la cancha. Creo, le dije, que reacciones como las de Batista cuando fue reemplazado, sus declaraciones posteriores y una cierta insistencia pública de Islas por autodeclararse titular, distorsionan en la Argentina la imagen de este grupo, que a mí me parece muy normal.

—Desconozco lo que dicen Batista e Islas.

—Me das una respuesta convencional, te lavas las manos ¿El grupo no habló por lo menos con el Chacho después del partido contra Italia?

—No. Si Batista tiene un problema con alguien es con el entrenador. Me imagino que lo debe solucionar con él y no con sus compañeros.

—Pero, en general, ¿cómo está el grupo?

—Creo que bien y lo demuestro con esto: un grupo futbolístico tiene que mostrar las respuestas anímicas dentro de la cancha y eso ocurrió en el partido contra Italia, que empezamos perdiendo por un penal dudoso. Sin embargo, pudimos rehacernos, jugamos mejor que ellos, conseguimos el empate y pudimos ganarles. Este es un dato positivo y en realidad me sacó de una duda.

— ¿No te había alcanzado con el partido ante Corea, o con la convivencia en general?

—No, porque los coreanos no nos opusieron resistencia, no nos pusieron a prueba y además porque lo que se obtenga conviviendo no es definitivo Los resultados tienen que ver decisivamente en la consolidación de los grupos, hasta ahora vamos bien. Yo creo que desde que estamos juntos, la cosa va mejor Hablamos mucho, hacemos reuniones, tratamos de aclarar diferencias y esto produce una evolución considerable

—Jorge, a pesar de tantos años vividos en el fútbol, no he podido declarar los verdaderos alcances de un grupo sólido, sin fisuras, concretamente, no he encontrado respuesta a mis dudas sobre el tan difundido concepto de la “Mística” y mucho menos sobre su verdadero valor .Para ser más claro, yo creo que lo de la mística es frecuentemente un verso.

—Yo no lo creo, la mística de un grupo es necesaria, como lo son las camarillas cuando persiguen objetivos limpios y generosos en vez de cuestiones personales y mezquinas.

—Jorge, ¿este equipo tiene mística?

—Si, en la medida que son escuchados algunos jugadores que ejerzan  influencia por lo que transmiten dentro de la cancha o fuera de ella

— ¿Por ejemplo?

—Diego por lo primero, es un espejo futbolístico válido. Una referencia insoslayable. Y después Daniel, sor lo que ofrecen desde afuera, por sus antecedentes por una condición natural de abanderado

-¿Y vos?

—Yo nunca hablo de mí.

— ¿Todos están imbuidos de un mismo espíritu, tienen perfectamente claro el objetivo?

—Creo que sí, que pudo haber algunos no demasiado consustanciados pero, que con las reuniones que hicimos deben tener el horizonte más limpio. Por convivir 30 o 40 días nadie se hace amigo para toda la vida ni nada por el estilo cero estimo que hemos hecho un compromiso responsable y decente y esto es muy importante si tenemos en cuenta que ro máximo a que podemos aspirar es a ganar partidos pero tengamos claro que una selección de fútbol no le resuelve las frustraciones a un pueblo, ni los problemas conyugales a nadie.

Imagen 1986. Poco tiempo después de esta nota, Jorge Valdano convertiría un gol en la final. El 2 a 0.
1986. Poco tiempo después de esta nota, Jorge Valdano convertiría un gol en la final. El 2 a 0.


Los mejores- Los peores

Naturalmente, habíamos hablado de fútbol, del que vemos aquí todos los días.

— ¿Qué equipo te impresionó favorablemente?

—El único fue la Unión Soviética. Lo vi por televisión en dos partidos (goleada a Hungría, empate con Francia) y me pareció parejo, agresivo con algunas gotas de inspiración que desmienten aquella fama de mecanizados que los precedía.  Ellos tuvieron una experiencia muy mala en el Mundial del 70 en cuanto a adaptación climatológica y supieron corregirlo a favor de una temporada futbolística diferente a la de Europa que les permitió hacer una excelente pretemporada en las Islas Canarias.  Ahora están recogiendo lo que sembraron responsablemente A Dinamarca la respeto, pero me gustaría verla en la segunda fase.

— ¿Qué equipo te decepcionó?

—Francia, porque venía avalado por antecedentes brillantes. La goleada a Hungría no alcanza para dimensionarla. Y también los dos partidos en que pude ver a Inglaterra. Yo creo que los ingleses no pudieron superar a un adversario que no tuvieron en cuenta: el calor desesperante de Monterrey, que es común a todos los equipos, pero que en ellos ejerce una influencia fundamental porque juegan fieles a su tradición de 100 años, todo en base a desplazamientos largos, que exigen esfuerzos de 40 o 50 metros. Todos los equipos ingleses juegan de la misma manera y toda la vida. Aquí, hacer ese fútbol les resultó perjudicial.

—Hablemos de jugadores, Jorge. ¿Quiénes te parecieron los mejores hasta ahora?

—Para mí, éste es el Mundial de Diego, hasta ahora es el jugador más brillante de la competencia, aunque naturalmente falta mucho. Hablo por lo que vi, no puedo hacerlo por lo que veré, la futurología en fútbol es una ciencia del disparate.

 

Argentina y…

COREA: "Argentina tenía una preocupación común a todos los participantes del torneo: la tensión del debut. La superamos a partir del gol inicial, que nos tranquilizó. Esa tranquilidad se hizo exagerada después del segundo y cuando hicimos el tercero directamente nos pusimos a pensar en Italia. Creo que a pesar de un ritmo demasiado cadencioso, la Selección se adueñó del partido y no supo llevarlo a cifras humillantes"

 

ITALIA: "El equipo mostró que a mayores exigencias es capaz de demostrar mayor capacidad futbolística. Argentina quiso más y jugó más porque los italianos salieron al campo con una máquina de calcular en la cabeza. Pero se pudo comprobar una mayor eficiencia en la recuperación de la pelota, una entrega superior a la del primer partido, una decisión llevada a la práctica de acompañar más a Diego, que volvió a demostrar su tremenda clase con un gol antológico y con una entrega generosa, extraordinaria.  ¿Lo viste en el final haciendo pressing a la salida de los italianos? Me pareció extraordinario".

 

BULGARIA: “Ellos tenían que salir a buscar el partido porque necesitaban imperiosamente los puntos para clasificar. Tal como lo imaginamos, no lo hicieron. Creo que se debe más a impotencia que a una actitud táctica predeterminada. Argentina no produjo una actuación espectacular, pero supo regular el ritmo, imponerlo, para obtener el primer puesto en la zona, que era evidentemente lo que se buscaba. El equipo sigue dando respuestas satisfactorias".

 

 A la noche se va a festejar a lo del Cabezón Cremasco. Disfrutará con las ocurrencias de "Galíndez", acompañará las canciones, participará en la fiesta. Después se irá a su cuarto, leerá hasta las dos de la mañana y se pondrá a pensar. En el mundo, en las cosas, en la mujer y los dos pibes que esperan en Buenos Aires, en la Justicia, en el fútbol, en el equipo, en el rival que viene. Y dormirá en paz. Se lo merece.

 

Aldo Proietto (1986)