¡Habla memoria!

Juvenal, un hombre de El Gráfico

Julio César Pasquato, popularmente conocido como Juvenal, escribió y enseñó desde l Gráfico durante 36 años hasta su muerte. Junto a Fontanarrosa y a El Veco reformularon la revista.

Por Redacción EG ·

01 de febrero de 2018
Allá por 1944, a la caída del sol, me encontraba con mi novia en la Plaza Colón … Tomábamos por Azopardo y, al pasar frente al número 507, solía decirle, mitad ruego, mitad premonición: 'Algún día trabajaré aquí, en El Gráfico'”. Así contaba Julio César Pasquato (Juvenal) su primer vínculo afectivo con la revista, que lo cobijó desde 1962 hasta su fallecimiento en diciembre de 1998. Carlos Fontanarrosa, en el Mundial de Chile, donde Juvenal trabajaba para el diario La Razón, lo invitó a cumplir su sueño.

A las órdenes de Fontanarrosa y junto a Emilio Lafferranderie (El Veco), ex compañero de La Razón que ingresó apenas poco después en la redacción  de Atlántida, reformularon la revista: “Agregamos nuevas secciones, pusimos a un periodista en cada cancha y reemplazamos la aburrida síntesis de la jornada por una página de gran caudal informativo y atracción de lectura: la calificación de cada jugador, del árbitro, del partido, del terreno de juego y un breve comentario de cada partido”, comentaba en junio de 1996. Arrancó escribiendo una serie de notas tituladas “Radiografías a máquina”, en las que analizaba a jóvenes proyectos de cracks. El primero: Alberto Rendo.

Fue jefe de redacción del mensuario Sport, que El Gráfico produjo entre 1964 y 1970. Creció en base a la pasión y el sacrificio que le puso a su profesión. Un ejemplo, cuando Racing salió campeón del mundo en 1967: “Los cuatro periodistas a cargo del operativo volvimos en una avioneta y estábamos tecleando en la redacción a las siete y media de la tarde. Le dimos hasta pasada la medianoche. Nos fuimos a dormir a un hotel cercano y el domingo a las ocho de la mañana estábamos otra vez bajando páginas… cuando hay que hacer esos esfuerzos, no hay desgano ni cansancio ni ausencia de inspiración. Uno se siente Martín Fierro… la alegría de hacer algo que van a disfrutar muchos le agrega un renovado impulso a cada línea de texto”.

Vivía en Banfield. Murió por diabetes a los 75 años, pocos meses después de haber cubierto su décimo mundial de fútbol. Al cumplir los 25 años en la redacción, dijo: “Ser hombre de El Gráfico es mi mejor satisfacción y mi mayor orgullo”


Dixit

“Aunque me paguen por contarles cosas… el fútbol no es un trabajo para mí. Es una intensa pasión, una loca, una maravillosa pasión”

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