¡Habla memoria!

José Pekerman: Con los pibes, una era de grandeza

José Néstor Pekerman marcó una nueva etapa en las selecciones juveniles de fútbol en la Argentina. Fue campeón con la Selección argentina Sub 20 en Qatar 1995, Malasia 1997 y Argentina 2001.

Por Redacción EG ·

25 de enero de 2018
Cuando El Gráfico apenas había cumplido treinta años nacía en Villa Domínguez, cerca de Villaguay, Entre Ríos, José Néstor Pekerman. De aquel jugador, bueno como tantos otros, de Argentinos Juniors e Independiente de Medellín a un señero director técnico de los seleccionados juveniles y hasta de la Selección mayor en un Mundial, hay una linda carrera sellada con varios campeonatos.
 

Bien de abajo

Una prematura lesión corta la vida futbolística de Pekerman, que debe dedicarse a manejar un taxi durante cuatro años para salvar el puchero. Dirige las Inferiores de Chacarita, Argentinos Juniors, Colo Colo; y en 1994, presenta un plan de trabajo largoplacista y sesudo a la Asociación del Fútbol Argentino.

La AFA le da su visto bueno. En esa ocasión, Adrián Maladesky lo entrevista y lo describe: “Un tipo humilde, que habla en forma pausada y confía en lo suyo”. Allí, el ciudadano de Martín Coronado cuenta: “¿Cuál será la filosofía? Conseguir resultados, pero por el mejor camino, que para mí surge de un equipo ordenado que sepa resolver las situaciones que se presentan en un partido… la idea general es recuperar la identidad; es decir, la capacidad técnica, la imaginación, la habilidad. Cosas que nos distinguían y que se han ido perdiendo”. A partir de entonces, traza claramente su trabajo por estas sendas.


Por la senda triunfal

La primera gran conquista con los chicos de la celeste y blanca es el segundo puesto en el Sudamericano de Bolivia, que le abre las puertas al Campeonato Mundial Sub 20 de Qatar, donde se alza con lo más alto del podio en abril de 1995. Hugo Suerte, enviado especial, titula la nota: “Los chicos más grandes del mundo”. Y conversa con el DT luego de la brillante actuación argentina, mientras estaba “con la borrachera de ver cómo 18 de sus hijos se recibieron de hombres en un mismo día”. Esta metáfora paternal es habitualmente usada por los periodistas que lo reportean… y por muchos de los jugadores que lo reconocen un tanto más que como un técnico. Así se nota, por ejemplo, cuando le preguntan por el jugador con más futuro de ese plantel ganador: “Si quiere, fuera de nota, hablamos una hora sobre cada uno, le puedo decir a quiénes los veo bien, qué les falta a otros; pero públicamente, no. ¿Sabe por qué? Porque el respeto que me gané con los chicos lo quiero mantener”.

Imagen Pekerman, con fondo islámico. En Doha, capital de Qatar, obtendría su primer gran trofeo con las selecciones juveniles de la AFA.
Pekerman, con fondo islámico. En Doha, capital de Qatar, obtendría su primer gran trofeo con las selecciones juveniles de la AFA.


Con el Sub 17 había conseguido el segundo lugar en el Sudamericano de Perú y el tercero en el Mundial de Ecuador. Excelentes resultados para solo unos meses de trabajo. De regreso de Asia, en agosto de 1995, Leo

Burgueño lo visita en su casa y José le cuenta el secreto del cuerpo técnico: “No hay una sola receta. Yo podría decir que buscamos jugadores donde en los últimos tiempos no fue nadie. Para muchos, es destacable y sorprendente que Sixto Peralta y Pablito Aimar hayan jugador en la Selección antes de fichar en los clubes de Buenos Aires”. El contrato inicial de un año se renueva y siguen los éxitos. El periodista Juan Ignacio Ceballos afirma en 1996 que la labor de Pekerman y sus colaboradores “es una tarea sin precedentes, cuyos resultados están a la vista: triunfos internacionales y promoción de jugadores a la Primera División”. En la nota se destaca la labor de búsqueda de chicos en el Interior y la tarea integral que abarca la salud y la asistencia social: “Nada está librado al azar en la órbita Pekerman”. Ese año, la Selección juvenil conquistará el tercer puesto en el torneo Esperanzas de Toulon.

Imagen Malasia 97. Aimar, Cambiasso, José, Placente y Riquelme. Fútbol de lujo. Campeonazos.
Malasia 97. Aimar, Cambiasso, José, Placente y Riquelme. Fútbol de lujo. Campeonazos.


El año 1997 se coronará con campeonatos para el seleccionado Sub 20: el Sudamericano de Chile y el Mundial de Malasia. Hacia ambos destinos viaja Burgueño, al que Pekerman, pocos días antes de llegar a la final del Mundial, le confiesa: “Nunca me aferré al hecho de ganar porque somos infalibles. Es cierto que necesitamos los resultados, pero también se puede triunfar por aciertos y este es un grupo que trabaja con mucho orden y que produce seriamente con vistas al futuro”. Tan buen fútbol demuestran sus formaciones, (“¡Viva el fútbol de estos pibes!”, es el título de la nota de El Gráfico sobre el éxito en Malasia) que la gente se entusiama y, como nunca antes en la historia, empieza a ver los partidos y preocuparse por los resultados. “La gente disfruta con estos chicos”, afirma Pekerman refiriéndose a esto que los periodistas empiezan a llamar: “el equipo de todos”.

En 1998, formula sus primeras declaraciones acerca de dirigir a los mayores. Recuerda: “En proyectos serios, los chicos tienen de grandes a los entrenadores que los vieron nacer, como Vogts en Alemania y Maldini en Italia”. Ese año, empero, sus chicos ganan el Esperanzas de Toulón venciendo en la final a Francia 2-0.  Luego de la fallida participación de los mayores en Francia, El Gráfico lo entrevista en París. Como siempre, da clases de modestia al no hablar del desempeño de un equipo dirigido por un colega: “No me encuentro capacitado para decirlo, porque siempre respeté al entrenador que tiene que elegir y sabe cómo están los jugadores”. Son cada vez más fuertes los rumores de que será el sucesor de Daniel Passarella en la dirección técnica de la Selección mayor. Adrián Maladesky afirma que era “la mejor elección” por su estilo, capacidad, actualización, conducta y proyecto; y su falta de prejuicios, fantasmas, soberbia, alcahuetes y enemigos. “Pekerman es el candidato de casi todos”, asegura; pero Marcelo Bielsa toma ese lugar hasta 2004, mientras José es nombrado Director General de las Selecciones Argentinas.

A principios de 1999, El Gráfico publica un suplemento semanal llamado Diario del lunes. Una de sus portadas muestra a Pekerman todo golpeado, gracias a un truco digital, para ilustrar los “ataques lanzados por diferentes técnicos del fútbol argentino” contra su trabajo. La recriminación tiene que ver con las citaciones de jugadores a las selecciones y las lesiones producidas en partidos con la celeste y blanca, que perjudican a los clubes de dichos convocados.

Aunque la selección Sub 20 gana el último Sudamericano del milenio (Argentina 1999), José manifiesta en un par de notas su sabor amargo por todas las presiones. Encima, luego de dos títulos queda en el camino en el Mundial Juvenil de Nigeria de 1999. Diego Borinsky señala: “La obra de José va dando sus frutos. Se está construyendo la secretaría técnica (con un archivo de datos de todos los jugadores) y un complejo habitacional para los juveniles. A fin de año, estarán habilitadas 7 canchas de entrenamiento (cuando él empezó eran 3). Ya existe un Sub 15 trabajando y se creó un reglamento para la cesión de juveniles”. Sin embargo, duele quedar afuera de los Juegos Olímpicos de Sydney: “Fallamos y es duro aceptar que nos equivocamos. Nos dolió tanto que nos hubieran puesto el rótulo de Dream Team… todo el entorno era exigencia, no tuvimos apoyo”, le confiesa ese año a Elías Perugino.


De vuelta al paraíso

La sorpresa llega en agosto de 2000: “Vuelve José” dice el título de la nota de Borinsky y Perugino, y la bajada: “Pekerman será el técnico del equipo argentino que jugará el Mundial juvenil del año próximo”. Con José, el Sub 20 ganará brillantemente el Mundial del 2001 en la Argentina.

Imagen bien argentino. Cancha de Vélez, medalla al pecho, bandera al viento. Nada más lindo que festejar un Mundial en casa, ¿no, José?
bien argentino. Cancha de Vélez, medalla al pecho, bandera al viento. Nada más lindo que festejar un Mundial en casa, ¿no, José?


En el 2003 “se fue a Europa a empezar de cero, un proyecto, de la mano de Grinbank. Pero todo terminó antes de lo previsto” (marzo 2004). De inmediato se hace cargo de la Selección mayor que deja Bielsa. Debuta exitosamente en octubre en las eliminatorias para el Mundial 2004: Argentina 4 - 2 Uruguay. Pero los penales ante Alemania dejan fuera de carrera al equipo Sudamericano en el máximo torneo, en el 2006, y renuncia enseguida. Actualmente, dirige en el fútbol mexicano. Lo mejor lo dio con los Juveniles.

So riesgo de olvidar algunos nombres, sería injusto no mencionar a sus más dilectos colaboradores, como Hugo Tocalli, Miguel Angel Tojo, Ubaldo Fillol; el kinesiólogo Raúl Lamas, los preparadores físicos Gerardo Salorio y Eduardo Urtasún y el doctor Donato Villani. Sería injusto no citar a algunos de los jugadores que formó en las Inferiores de La Paternal: Borghi, Cáceres, Redondo Mac Allister, Sorin, Cagna, Netto, Gancedo, Hugo Maradona… Sería injusto no citar a los brillantes jugadores que puso en el tapete con los campeonatos que ganó con los Juveniles: Romeo, Riquelme, Scaloni, Cambiasso, Duscher, Saviola, Placente, Aimar, Biagini, Guerrero, Coyette, Ibagaza…

Néstor Saavedra.