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Manu Urcera en ascenso permanente

Ya ganó en Turismo Carretera y en Super TC2000 e integra por primera vez el selecto grupo que disputará la Copa de Oro por el título. Inquieto y decidido, cada vez se afirma más en las dos categorías más exigentes e importantes del país.

Por Redacción EG ·

13 de noviembre de 2017
Imagen A los 26 años, el rionegrino Manu Urcera se abre camino con talento y solvencia en el competitivo mundo motor.
A los 26 años, el rionegrino Manu Urcera se abre camino con talento y solvencia en el competitivo mundo motor.
“Si bien viene siendo un buen año, yo esperaba tener aún mejores resultados. Por supuesto que no han sido malos, pero esperaba más. En el TC, por ejemplo, venimos siendo competitivos, pero no pudimos ser lo contundentes que me había planteado, porque por distintos problemas perdimos buenas chances de pelear carreras. Y en Super TC2000 ganamos en la inaugural que se corrió en Buenos Aires, pero nos costó mantenernos, se fue desdibujando el potencial del auto y no volvimos a ser tan protagonistas como hubiésemos querido. En Rafaela el auto funcionó bien y estuvimos cerca de la punta. Sinceramente esperaba más, aunque desde ya que reconozco que no viene siendo un mal año”. Las palabras de José Manuel Urcera, que el último 9 de julio cumplió 26 años, reflejan una autoexigencia, porque él sabe mejor que nadie que para codearse con los mejores necesita rendir al máximo. “Sí, exacto, sé que estoy en las dos categorías más exigentes del país, en las que están los pilotos más destacados y no es fácil sobresalir. Por eso, es tan importante esforzarse lo más que se pueda”, reconoció.

-¿Cómo crees que será tu primera vez en la Copa de Oro del TC?
-Voy a tratar de encarar estas cinco carreras de la misma manera que lo hago siempre. Sé que estoy frente a una posibilidad increíble, porque pelear por el título de TC es lo más importante a lo que uno puede aspirar dentro del automovilismo argentino. Y yo tengo la satisfacción de estar dentro de ese grupo, por eso voy a tratar de estar al ciento por ciento para dar lo mejor de mí y del equipo. Más allá de eso, creo que no voy a cambiar en nada, porque siempre tomé al automovilismo con las ganas de rendir al máximo.  

-Esta es tu tercera temporada en el TC, ¿es tal cual como esperabas que fuera?
-Si bien esta es mi tercera temporada en el TC, yo ya tenía un pleno conocimiento de lo que es la categoría por haber corrido en el TC Mouras y en el TC Pista. Entonces llegué al TC con un buen conocimiento de los autos y de las pistas. Sabía de las dificultades que ponen los rivales, porque los autos, más allá de las diferencias de potencias, no dejan de ser algo similares. Pero la jerarquía y los equipos que encontrás en el TC la convierten en mucho más competitiva.

-Y con respecto al folclore que la rodea...
-Esa es la gran diferencia con respecto a cualquier otra categoría. El público que tiene el TC no lo tiene ninguna otra. En la última carrera en Concordia, cuando volvíamos por la ruta no podíamos creer la cantidad de hinchas que habían ido a ver la carrera. Mucha gente se desplaza para ver el TC, en cambio las otras categorías se concentran más en la gente del lugar donde se corre. Para el TC, los fanáticos no tienen inconvenientes en viajar lo que sea necesario.

Imagen El auto con que conquistó su primer éxito en TC2000.
El auto con que conquistó su primer éxito en TC2000.
-Vos que sos oriundo de Río Negro sabés bien lo que significa el TC en el resto del país, pero qué sensación te dejó cuando viste lo que fue el Autódromo al correrse los 1000 Kilómetros de Buenos Aires...
-Buenos Aires es sin dudas el escenario más grande del automovilismo argentino. Y la fiesta que se vivió con el TC fue increíble. El comentario general era que hacía mucho tiempo que nuestro deporte no vivía una carrera tan especial como la de los 1000 Kilómetros. Salió todo muy lindo y ojalá se puedan repetir espectáculos lo más parecidos posibles.

-¿En cuánto te sirvieron el TC Mouras y el TC Pista para después afirmarte en el TC?
-El auto de TC no es sencillo de manejar y así como cada categoría tiene sus trucos y secretos, el TC tiene los suyos y hay que ir aprendiendo a resolver qué es lo mejor en cada momento. El TC Mouras y el TC Pista cuentan con elementos parecidos a los del TC y básicamente las grandes diferencias son el motor, la carga aerodinámica –que en este caso el TC usa menos y eso hace que sea un poco más difícil de manejar el auto– y después el TC Pista usa caja de quinta y el TC Mouras de sexta, pero esa no sería una gran diferencia en cuanto al manejo. Son autos muy similares, entonces el hecho de acostumbrarse a manejar esos autos ayuda, más allá de que el de TC tenga mayor potencia. Antes los pilotos llegaban al TC sin esa preparación e iban aprendiendo carrera tras carrera, ahora ya subimos al TC con una buena base y conociendo bastante cómo son los autos.

-En cuanto a marcas, ya manejaste varias diferentes…
-En realidad, empecé corriendo con un Ford en el TC Neuquino, porque todo se resolvió muy rápido y yo quería arrancar con lo que tenía a mano, no había muchos autos disponibles en ese momento. Así que se dio la posibilidad del Ford, aunque poco después en el Supercar Pampeano ya tuve la oportunidad de subirme a un Chevrolet. Al llegar al TC Mouras armamos un auto nuevo con el JP y también nos inclinamos por un Chevrolet. Me mantuve en esa marca hasta que en el primer año del TC lo tuve que hacer por una disposición de la ACTC con un Torino. Recién en la segunda temporada me permitieron pasarme a la Chevy. Si tengo que elegir una marca para correr, me quedo con Chevrolet, ya que cuando lo hice con otra fue porque no tenía alternativa y las circunstancias me llevaron a competir con otras marcas. 

-Mirando hacia atrás seguramente le debés mucho a este momento en el automovilismo a tus comienzos en el motocross...
-Sin dudas, porque le dediqué mucho tiempo al motocross. Desde los 5 hasta los 19 años corrí en motos, y eso te da una conducta del deporte bastante importante, porque el motocross es muy exigente para el físico, y el piloto tiene una gran influencia en el resultado final, mucho más que en el automovilismo, que cuando el auto no funciona bien el piloto puede ser muy bueno pero no tiene cómo revertir esa situación. En cambio, en el motocross es más importante el piloto y la verdad que me sirvió bastante cuando pasé a los autos, porque estaba acostumbrado a un deporte muy complejo. 

Imagen Con el Chevrolet de Las Toscas Racing, Manu será protagonista de la Copa de Oro del TC.
Con el Chevrolet de Las Toscas Racing, Manu será protagonista de la Copa de Oro del TC.
-¿Cómo surgió el pase de motos a autos?
-La decisión del salto de motos a los autos se dio porque el motocross no estaba pasando por un buen momento en el país, y si bien estaba la alternativa de irme a correr a los Estados Unidos, surgió la posibilidad de probar suerte en los autos y me entusiasmó la idea y arrancamos. El automovilismo, si bien tiene cosas por mejorar, está muy bien organizado y así empezamos con un ascenso bastante importante, porque arranqué en el 2011 y ya en el 2015 estaba en el Super TC2000 y en el TC. Fui subiendo escalón por escalón, aproveché muy bien el tiempo y ahora estoy afirmado en las dos principales categorías. Obviamente, uno siempre quiere los mejores resultados, pero soy consciente de que la evolución fue buena.

-¿Cómo es tu preparación?
-Entreno con mi preparador físico todas las mañanas de lunes a jueves, porque generalmente el jueves a la tarde viajamos a las carreras. Después busco dedicarle un día a la semana al karting y tengo un simulador en mi casa y trato de aprovecharlo todo lo que pueda. Me gustan todos los deportes y los practico como hobby, ya sea fútbol, squash o paddle. Pero solo como diversión, no para mejorar mi condición de piloto. Intento hacer de todo un poco en la preparación.

-¿También estás estudiando?
-Sí, estoy en tercer año de Administración de empresas a distancia. Resulta bastante complicado, porque las carreras me demandan mucho tiempo, pero mientras pueda la seguiré cursando. Y, además, estudió inglés. 

-¿El inglés apunta a estar preparado por si surge una posibilidad en el exterior?
-Sí, aunque va más allá de eso. Del exterior recibí un ofrecimiento para correr en la WTCC, pero solo me limité a hacer una prueba este verano en Montmeló e hice muy buenos registros. No pude aceptar continuar porque se superponían las fechas con las categorías en la Argentina y yo ya había asumido el compromiso aquí. Tuve que priorizar la agenda que ya tenía armada.

-¿Tenías algún ídolo antes de llegar al TC?
-Siempre me había identificado con Norberto Fontana, porque me gustaba mucho su forma de manejar. Y obviamente tenía un gran reconocimiento por el Flaco Traverso y Guillermo Ortelli. Pero cuando empezás a correr al lado de ellos va cambiando esa mirada de fanático o referente. Me pasó en una serie de TC de largar al lado del Pato Silva y tanto adelante como atrás estaba rodeado de nombres reconocidos. Yo recién empezaba en el TC y me tuve que ir acostumbrando a luchar de igual a igual con ellos.      

-Y ahora se viene la Copa de Oro…  
-Sí, espero poder estar a la altura, y si bien el auto aún no alcanzó la contundencia que esperábamos, ojalá lo logremos en estas cinco carreras. Mi objetivo es mantenerme lo más firme posible en las dos categorías, aunque no descarto sumar una tercera, ya sea Top Race o Turismo Nacional. Para los que nos gusta correr, es lo mejor que nos puede pasar el tener carreras todos los fines de semana, pero también sé que es importante estar en un equipo con potencial para subirse a un auto competitivo.

Imagen Una de las apariciones más destacadas dentro de la nueva camada de pilotos del TC.
Una de las apariciones más destacadas dentro de la nueva camada de pilotos del TC.
Nacido en San Antonio Oeste, a los 9 años se radicó en Cipolletti y al progresar su campaña como piloto se trasladó a Buenos Aires. Su papá Claudio (corrió como amateur en autos y motos) fue quien le transmitió la pasión por la velocidad. El está en todas sus carreras y mamá Cecilia y su hermana menor Paula alternan algunas. Eduardo, el chofer del motorhome, y su amigo Hernán lo acompañan desde el motocross. La hinchada de Chevrolet, más conocida en el TC como La 15, lo bautizó como “La Bestia”, pero en el ambiente prevalece el Manu para todos. Se lo ve firme en sus objetivos y con muchas ansias de seguir abriéndose camino 

Motocross, en el comienzo
Todos los desafíos que plantea el motocross fueron el punto de partida para que se despertara en Manu Urcera su pasión por el mundo motor. Arrancó desde muy pequeño y cada competencia zonal de la especialidad era una invitación a descubrir qué tan lejos era capaz de llegar. Así, se repitieron sus éxitos y se fueron hilvanando los títulos de supercross, MX y hasta inclusive los Enduro del Verano Clase 2T en 2009 y 2010. En total, entre 1997 y 2010, arriba de una moto conquistó 10 campeonatos. Pero el destino deportivo, al cerrarse la puerta del motocross por el escaso desarrollo en el país, se encaminó a las carreras de autos con techo y desde el 2011 a esta parte experimentó un ascenso permanente, en el que saltó de los zonales TC Neuquino y Supercar Pampeano al TC Mouras (2012), TC Pista (2013 y 2014) para alcanzar en el 2015 el mismísimo TC y Super TC2000.

Por Walter Napoli

Nota publicada en la edición de Octubre de 2017 de El Gráfico