¡Habla memoria!

Big data, deportes y datos en tiempo real

Cada vez son más las actividades en las que se recurre a nuevas tecnologías para tener información al instante. Se conoce como Big Data. Europa va a la cabeza en su utilización. Estados Unidos y México son los países que más lo desarrollan en América. En la Argentina, apenas empieza a asomar.

Por Redacción EG ·

16 de octubre de 2017
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Un club del ascenso, Atlas, funciona como laboratorio de las nuevas tecnologías aplicadas al deporte en nuestro país: por Big Data se conoce al procesamiento tecnológico de millones de datos en tiempo real. O sea, información que no se puede analizar con métodos tradicionales. River también incursiona en el tema. Cuando Ariel Holan asumió en Independiente, el mundo del fútbol se sorprendió ante los drones que sobrevolaban los entrenamientos del plantel en Villa Domínico. Lo acompañaban, además, doce colaboradores. En la Argentina este avance es todavía incipiente. Pero en Europa ya es parte del andamiaje de los clubes. En los Estados Unidos casi no hay deporte que no apele al Big Data. Y en América Latina, México encabeza la lista entre los que  usan la tecnología para saber más de sus planteles. A grandes rasgos, el objetivo es analizar jugadas del equipo propio y de los rivales; también de los jugadores. Y hasta desmenuzar qué pros y qué contras tiene un determinado campo de juego. Con estos datos se puede saber si un jugador se siente cansado, si está a punto de lesionarse, si apoya mal el pie, si alcanzó su máximo rendimiento o, en función de determinado entrenamiento semanal, cómo rendirá el domingo. Es más: también se usa en la Fórmula 1: la escudería McLaren tiene un equipo de 60 personas que miden y envían información en tiempo real a través de sensores ubicados en cada auto.
“En las actividades deportivas este mecanismo se utiliza desde antes de que se llamara Big Data. Hace muchísimos años que la estadística existe en la NBA, donde se trabaja analizando en qué sector del campo los jugadores están más tiempo, dónde tienen más fallas o cuál es su posición de tiro más incómoda, entre muchas otras variantes. La diferencia es que hoy eso se puede hacer en tiempo real”, explica Alejandro Vaisman, director de la Diplomatura en Big Data del ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires).
Juan Echagüe, director de Investigación y desarrollo en Practia, una multinacional de servicios tecnológicos, recibió a El Gráfico en las oficinas de la empresa en Buenos Aires. Una hora antes acababan de presentar en Atlas el Ojo de hornero, herramienta basada en Big Data para reconstruir y resolver jugadas poco claras. Consta de 14 cámaras ubicadas en la parte alta de un estadio. Gracias a ellas se puede “girar” la visión el arco, seguir el recorrido exacto de una pelota y, mediante una reconstrucción en 3D, analizar qué sucedió con ella; por ejemplo, si traspasó la línea de gol. “Atlas no puede comprar 14 cámaras ni tiene parte alta en su cancha, pero aunque sean menos cámaras, se puede hacer el trabajo”, explica Echagüe, uruguayo hincha de Huracán Buceo: “Uno de los desafíos que tenemos con Atlas es hacer mucho con poco”.
Echagüe trabaja en otros proyectos. Algunos con el objetivo de medir el estado emocional de los futbolistas antes de los partidos y durante los entrenamientos. “Mi función es hacerle preguntas a la gente adecuada”, se presenta. “Trabajamos mucho con dispositivos, con realidad aumentada. Nos acercamos al Big Data en los deportes a partir de una relación con Atlas. Es fascinante conocer un mundo tan lleno de datos”. ¡Qué lejos quedó aquella innovación noventosa llamada Telebeam!
Entre otros elementos, Practia utiliza con Atlas una vincha que, a partir de los movimientos de los jugadores en los entrenamientos (no se permiten estos dispositivos en los partidos oficiales), cumple las funciones de un electroencefalograma. El objetivo es entender determinados procesos mentales de los deportistas. “Esta es una tecnología que, creemos, estará popularizada hacia 2019 o 2020”, apuesta Echagüe.
También se trabaja por posiciones o puestos en la cancha. En los arqueros se puede estudiar hacia dónde miran, qué buscan con la vista y cómo y dónde se paran. Otro dispositivo con el que se experimenta en Atlas es el catapult, que registra los movimientos de un jugador y su velocidad, entre otros ítems. “La finalidad es entregar información. Por ahora contamos con resultados generales, como que determinado jugador se estresa al arrancar el ejercicio y se calma luego y otro, por el contrario, nunca deja de estar tenso. Queremos brindar insumos sobre cómo funciona el ser humano”, define Echagüe.
“No creo que este tipo de tecnologías haga que los árbitros pierdan autoridad. Yo también en mi profesión muchas veces me equivoco y debo volver atrás. Sí es cierto que estas cosas deben construirse socialmente. Creo que el fútbol tiene un problema que no hay en otros deportes. En el fútbol americano o el tenis se para el partido, se verifica con la tecnología qué pasó y se sigue. O sea, cambiaría el ritmo, porque habría que interrumpir seguido. Hay deportes en los que el ritmo requiere otras cosas. Eso es algo en lo que se tendrá que trabajar en la tecnología-fútbol”, piensa Echagüe, quien destaca que más allá de esto, lo importante es que “estos procedimientos aseguran transparencia”.
“Seguirán pasando las cosas buenas que pasan en el deporte, pero además habría datos para mejorar a un equipo o a un deportista”, garantiza Echagüe.

EUROPA, LIDER
Esteban Samartín, vicepresidente de Soluciones para Deporte y Entretenimiento de SAP, una empresa alemana dedicada al diseño de productos informáticos y una de las más reconocidas en el mundo, le cuenta a esta revista: “Trabajamos desde hace varios años con distintas disciplinas deportivas para mejorar el rendimiento de los atletas a través de los beneficios que brinda la tecnología. La empresa desarrolló acuerdos con la NBA, NFL, WTA, federaciones nacionales y equipos profesionales de fútbol, como la selección alemana, el Manchester City y el Bayern Munich. En todo esto, Big Data, internet de las cosas y la computación en tiempo real han contribuido a empujar los límites del rendimiento deportivo, mejorar la experiencia de los fanáticos y gestionar en forma más eficiente las operaciones de los clubes”.

Para Samartín, las nuevas tecnologías pueden aprovecharse “en todos los deportes”. E incluye –a manera de ejemplo– al yachting y a la equitación. “Lo que sigue es terreno de la normativa que regula cada disciplina y determina si se permite aplicar esta tecnología a nivel oficial o no”, dice. Además, destaca el trabajo global en pos de un objetivo: “La tecnología que desarrollamos desde SAP ayuda a que se pueda diseñar, programar y ejecutar un plan de trabajo deportivo con una visión integral, donde tienen participación no solo el preparador físico y el entrenador, sino también el nutricionista, los reclutadores y toda la administración de un club, con una mirada más estratégica sobre la gestión y el negocio. Esto ayuda a que la toma de decisiones sea sobre la coyuntura y sustentada en datos reales, reduciendo el espacio para especulaciones o subjetividades”.
La tecnología avanza, imparable y rápida. A veces se centra en un objetivo determinado, como ocurrió con la Euro 2016, sobre la que SAP trabajó a fondo. Cuando El Gráfico le pregunta cuál es la situación en América Latina, Samartín contesta que “la mayoría de los clubes cuentan con herramientas que reúnen información en forma fragmentada. El mercado que vemos más desarrollado actualmente en términos de Big Data es el mexicano, donde trabajamos con el América, los Xolos de Tijuana y el Atlas de Guadalajara”. También destaca que Europa y Estados Unidos tomaron la iniciativa global en materia de tecnología: “Desde SAP trabajamos con diversos atletas alemanes en preparación para los Juegos Olímpicos de Río 2016, con excelentes resultados”.

Y puntualmente sobre la Argentina explica que “se trabajan proyectos por ahora puntuales, que tienen como prioridad la administración eficiente de los clubes. Si bien existen cuerpos técnicos que usan tecnología para llevar adelante la preparación de sus equipos, lo cierto es que no es información 100% en tiempo real. Está fragmentada y además no está conectada con la administración del club”.
“Big Data es una tendencia que todas las organizaciones deben analizar, porque es una parte fundamental del camino hacia la transformación digital de su economía, de la vida de sus simpatizantes y de la competitividad a nivel deportivo”, sintetiza Samartín.

¡VIVA MEXICO!
Desde México, Gabriel Saucedo Torres, vicepresidente de Operaciones y dirección general del club Atlas, le explica a El Gráfico por qué apuestan al Big Data: “Estamos convencidos de que, como en muchos aspectos, la información hoy en día es de suma importancia para la toma de decisiones. Hoy no se puede concebir una entidad deportiva que aspire a lograr cosas importantes sin tener un manejo sistematizado de información. En el fútbol cada vez es más la información que se genera alrededor de un partido, de un equipo, de los fans. Solo las entidades que saquen provecho de dicha información serán las que realmente aspiren a tener logros importantes”.

Uno de los cambios más sólidos del Atlas tuvo que ver con la profesionalización de diversas áreas, como nutrición, inteligencia deportiva, medicina deportiva y preparación física, entre otras. En Atlas se integraron herramientas como GPS para registro de desplazamientos, mediciones de fatiga muscular y de tasas de sudoración hasta análisis de video individual y colectivo del equipo y de los rivales. “Esto ha conducido a que día a día se genere información nueva, información de todo tipo. El gran reto es qué hacemos con esa información. Porque si no se integra en una plataforma que nos ayude a administrarla, estoy seguro de que estamos desperdiciando un alto porcentaje de esa información y, en consecuencia, muchos esfuerzos habrán sido en vano. Para nosotros es realmente gratificante saber que el 100% de la información relativa a todos nuestros jugadores, sin importar la categoría en la que compitan, está a salvo en una plataforma y al alcance de un solo clic. Hoy es un activo invaluable el poder contar con un cúmulo de información integrada que nos permite tomar decisiones y seguir a futuros talentos, entre otras cosas”, resume Saucedo Torres.
El objetivo institucional es incorporar toda la información en una plataforma llamada SAP Sports One. “Dado que una de las principales directrices de la organización es ser uno de los mejores desarrolladores de talento futbolístico de México, no podríamos concebir esta visión sin una gran plataforma de manejo de datos a disposición de la estructura del club”, insiste el directivo mexicano.
“Nos parece que el fútbol mexicano ha sido punta de lanza en la región para este desarrollo. De aquí han surgido importantes plataformas de análisis de jugadores. Atlas y un par de equipos han sido precursores en en el uso de Sports One para el Futbol Soccer para el continente americano”, cuenta Saucedo Torres. Y vuelve a remarcar las virtudes del Big Data: “Se ha generado una competencia realmente interesante. Los equipos que apostamos por este tipo de plataformas no queremos quedarnos atrás porque significa una desventaja con respecto a los demás. Esta inercia influirá positivamente en el fútbol de la región, porque estoy seguro de que los mayores beneficios que nos otorgarán estas herramientas se verán al cabo de algunos años”.
Mientras, las aguas entre quienes avalan el uso de las nuevas tecnologías y aquellos que intentan detener el paso del tiempo no dejan de agitarse. A esta altura, se sabe que la innovación en el profesionalismo será imparable.

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Deportes, datos y cine
Hay una gran película que mezcla deporte y Big Data. Se trata de Moneyball (2011), protagonizada por Brad Pitt y dirigida por Bennett Miller. Es la historia real de cómo se reflotó al equipo de béisbol del Oakland Athletics en 2001 a través del análisis de datos. Billy Beane (Brad Pitt), gerente general, se propone relanzarlo y para eso cuenta con la colaboración del joven economista Peter Brand (Jonah Hill). Juntos apelarán a la estadísticas para fichar a jugadores que creen más oportunos según sus propios estudios.
Beane y Brand casi no cuenta con apoyo. Incluso el entrenador, Art Howe (interpretado genialmente por el gran Philip Seymour Hoffman), se opone a la iniciativa. El dúo, sin embargo, logra imponer sus ideas y arma un plantel compuesto por deportistas subvalorados. La campaña es extraordinaria, aunque no llegan al título. Consiguen, sin embargo, cambiar la mentalidad en el ambiente de ese deporte americano. Otros clubes (entre ellos, los poderosos) toman el ejemplo. Ya nada podría evitar la utilización del Big Data.

Por: Alejandro Duchini / Ilustración: Natalia Figueroa.

Agradecimiento: Fernando Guevara,  de la consultora Magmacomms.

Nota publicada en la edición de Septiembre de 2017 de El Gráfico