Onside

Marita Peralta, pim, pum, pam

La maratonista olímpica en respuestas cortitas y al toque.

Por Redacción EG ·

26 de agosto de 2017
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En mi iPod suena... de todo; hasta chamamé porque nací con esa música. A mis padres, Abdul e Isabel, les encanta.
Cuando me enojo... pierdo energía. Pero no soy de enojarme. Si eso ocurre es porque me hicieron algo que me dolió mucho.
Mis ídolos son... mis papás; construyeron su casa solos, trabajaron toda la vida y, cuando empecé a crecer, mi mamá fue mi inspiración. Ellos son mi ejemplo.
Amo... a mis hijas, Maia y Ainhoa.
Detesto... la doble fila de autos en la puerta de las escuelas. Me altera que no respeten la circulación de otra gente que no tiene por qué bancarse que corten las calles.
En mi tiempo libre ... me encanta estar en mi casa viendo una película.
No me puede faltar... ni mi familia ni salir a correr. Tampoco, el corrector de ojeras y el rímel.
Mi comida preferida son... los asados de mi papá.
No entiendo nada sobre... política.
Mi defecto es ... que, a veces, soy un poco egoísta.
Pocos saben sobre mí... que soy de resguardar a mi familia. También, y por otro lado, pocos saben que tengo muchísimos zapatos.
Mi lugar en el mundo es... Mar del Plata porque es mi cable a tierra; miro el mar… Disfruto de mi ciudad y me fascina durante todo el año.
Le tengo miedo a... que les pase algo a mis hijas.
Antes de dormir... me como un pedacito de chocolate, mini, rechiquitito.

La dama que no para de correr
Es marplatense, el 30 de noviembre cumplirá 40 años y aún no hay objetivos a la vista que la movilicen. Marita Peralta fue olímpica por duplicado, tanto en Londres 2012 como en Río de Janeiro 2016, en maratón; ha logrado lo que cualquier atleta sueña. Además, en el ámbito nacional, ganó 25 títulos. Su carrera es envidiable. Hace 22 años, Leonardo Malgor la entrena. “Es como mi hermano, pero mantenemos un respeto mutuo, sobre todo cuando hablamos de atletismo”, asegura. En el podio de los recuerdos, atesora tres momentos: “Mi clasificación a los Juegos Olímpicos de Londres en el maratón de Rotterdam. Mi llegada en los Juegos de Londres porque lloré en los últimos 200 metros; se me hizo una película de mi vida, fue emocionante. Y mi clasificación a los Juegos de Río en el maratón de Berlín”. Marita habla de que su vida es un día tras día, de que no visualiza los Juegos de Tokio 2020, pero sostiene que no puede dejar de entrenarse. Por eso, ya llegará una meta que le mueva su espíritu competitivo.

Nota publicada en la edición de Julio de 2017 de El Gráfico