Marin Cilic lloró en la final de Wimbledon

Roger Federer se consagró en Wimbledon a los 35 años y sumó su decimonovena estrella de Grand Slam. Todos los flashes se posaron sobre el inagotable suizo que no deja de sorprender al mundo y desafiar a la naturaleza con un fìsico superpoderoso que se reinventó luego de un puñado de temporadas malas y también con su tenis sin edad, sin embargo la contracara de todo ese festejo la puso Marin Cilic, el croata derrotado en la final que, además, no la pasó nada bien con los dolores en su cuerpo. 

Luego de dos semanas exigiéndose al máximo, alcanzó el partido decisivo y sufrió por los dolores, sobre todo por una ampolla en la planta de su pie izquierdo que lo tuvo a maltraer y lo hizo incluso pedir el médico cuando 0-3 en el segundo set, que finalmente terminaría siendo para el suizo por un global de 6-1. 

Cuando lo atendió el médico y el kinesiólogo, más allá de alguna intervención, no pudieron hacer mucho más. Por lo que también el desgaste del croata era anímico y mental. Así mismo lo explicó él en conferencia de prensa posterior la partido: "Sólo yo sé lo que trabajé durante este tiempo para ganarme esta posibilidad y estar acá, y ahora llegar y ver que no tengo ninguna chance es muy duro. Felicito a Roger por este título, pero es muy duro para mí", cerró.