Primera División

Un campeón sin indiscutidos

A lo largo del campeonato, la mayoría del equipo rotó y Boca tuvo pocos titulares inamovibles.

Por Juan Limansky ·

21 de junio de 2017
Imagen El plantel de Boca, festejando el título.
El plantel de Boca, festejando el título.
Si bien en un torneo largo, con un mercado de pases en el medio, es difícil que un equipo sostenga una formación titular durante todo el certamen, este Boca de Guillermo Barros Schelotto se caracterizó por los constantes cambios y las rotaciones. Ya sea por lesiones, suspensiones o decisiones tácticas, al Mellizo le costó encontrar una base. Esto no quita que Boca haya sido un justo campeón y se haya consagrado de forma merecida.

Los arqueros



Ya desde el arco se puede empezar a ver esta inestabilidad. Guillermo Sara comenzó siendo el titular, pero su lesión en el hombro antes del primer Superclásico le abrió un lugar a Axel Werner. El ex Rafaela no mostró seguridad y le terminó cediendo el puesto a Agustín Rossi, que llegó a fin de año, sin generar tanta expectativa, y fue el titular en el último tramo del torneo.

La última línea



La defensa fue el sector del campo que sufrió más modificaciones. En un momento, la línea de cuatro la formaban Gino Peruzzi, Santiago Vergini, Juan Manuel Insaurralde y Frank Fabra, pero en las últimas fechas terminaron jugando Leonardo Jara, Fernando Tobio, Lisandro Magallán y Jonathan Silva.

Peruzzi convencía en ataque pero le costaba en el retroceso y el equipo sufría a sus espaldas. Vergini fue regular durante gran parte del campeonato, pero bajó el nivel y terminó perdiendo el puesto. Insaurralde parecía afianzado, pero una lesión lo marginó de los últimos partidos. La salida que menos se entendió fue la de Fabra, pero Guillermo terminó priorizando la solidez defensiva y la buena pegada de Silva.

El mediocampo



El Mellizo necesitó que se lesione Sebastián Pérez y que Rodrigo Bentancur se vaya al Mundial Sub 20 para confiar en Wilmar Barrios. El colombiano jugó el tramo final y, mostrando un muy buen rendimiento, le dio al equipo el equilibrio que necesitaba. Antes de su aparición, el puesto de volante tapón lo ocupaba Fernando Gago.

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Tras empezar el torneo lesionado, Pintita reapareció antes de fin de año y, con un nivel superlativo, fue clave para que Boca gane partidos y puntos muy importantes. Luego los rivales empezaron a marcarlo en la salida y lo complicaron pero, con la entrada de Barrios, el capitán se terminó acomodando como interior. El otro volante fue Pablo Pérez, que cuando estuvo metido y sin perder la cabeza, fue muy importante para el equipo. Por momentos, Fernando Zuqui y Gonzalo Maroni tuvieron sus chances, pero no convencieron al cuerpo técnico.

El ataque



Darío Benedetto y Cristian Pavón fueron de los más regulares del equipo. El Pipa tuvo un arranque complicado, errando goles claros e importantes, y muchos creían que debía dejarle el puesto a Walter Bou, que cada vez que entraba convertía. Pero el entrenador siempre le dio confianza, lo mantuvo en el equipo y el 9 le terminó respondiendo. Es el goleador del torneo, con 18 tantos, y una de las grandes figuras del equipo.

Pavón también tuvo momentos en los que fue discutido. Sus condiciones nunca estuvieron en duda, pero se lo criticaba por sus errores en la toma de decisiones y por cómo terminaba las jugadas. Los días que se mostraba preciso, marcó diferencias con su desequilibrio.

El puesto del tercer delantero también tuvo cambios. Comenzó jugando Carlos Tevez, el gran símbolo del club. Carlitos no se sintió cómodo en el arranque, pero con el correr de los partidos encontró su lugar y la rompió. Justo en su mejor momento, decidió irse a China. Ricardo Centurión tomó la responsabilidad de reemplazarlo y lo hizo muy bien, marcando goles y generando mucho fútbol. Pero entre lesiones y problemas extrafutbolísticos, a Ricky le costó tener continuidad. Junior Benítez, a quien también le costó desde lo físico, respondió en los pocos partidos donde participó.

Lo que muchos ven como un defecto, Boca lo capitalizó como una virtud. No pudo encontrar los “once de memoria”, pero se sobrepuso a los constantes cambios y encontró respuestas en las variantes. Eso habla muy bien de un plantel de jugadores que estuvieron preparados y no defraudaron cuando les llegó la oportunidad.

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