Las Crónicas de El Gráfico

1940. 25 de mayo, se inaugura La Bombonera

Hace 83 años, Boca Juniors volvía a su barrio inaugurando un nuevo estadio, conocido universalmente como LA BOMBONERA. Compartimos la crónica del evento publicada por El Gráfico en 1940.

Por Redacción EG ·

25 de mayo de 2023

OTRA CONQUISTA DEL DEPORTE



La inauguración del hermoso estadio boquense afirma la extraordinaria evolución del futbol.

Conservate en el rincón


Allí empezó su existencia. Entre casitas de madera con olor a Riachuelo. Desde la barriada un día vieron pasar un barco sueco. De él arrancaron el amarillo y azul que formaría su bandera. Pero un día se fue a Wilde y casi muere. Estaba lejos Boca. Tuvo que regresar para entonces crecer. El calor de hogar, que parecía perdido, se intensificó. Al flamear victoriosa la bandera, avivó el fuego. Y así siguió creciendo hasta que un día se decidió comenzar las obras. En los primeros meses de construcción, la lista de asociados comenzó a presentar claros. Pero ya cuando las artistas de las tribunas emergieron por encima de las casitas de madera, se cubrieron los claros y se amplió la lista. Es que tenía que ser allí, en el rincón donde empezó su existencia.
Imagen El nuevo estadio de Boca en construcción.
El nuevo estadio de Boca en construcción.

Hace exactamente veinte años, el 25 de mayo de 1920, los primeros equipos de Boca Juniors y de Nacional de Montevideo se medían en un partido amistoso inaugurando el más grande estadio construido hasta esa fecha en Buenos Aires: el del Club Sportivo Barracas. En las incómodas pendientes de carbonilla, que no podían llamarse gradas, se apeñuscaba la gente en los grandes acontecimientos, pero el estadio se consideraba enrome…

¿Podía haberse dicho entonces que tan sólo dos décadas más tarde la potencialidad del fútbol argentino llegaría en la Capital a manifestarse materialmente con obras de la magnitud imponente de los estadios de River Plate, de Independiente, de San Lorenzo de Almagro, y ahora de Boca Juniors? Hubiera parecido una utopía. Así lo expresó, con voz tocada de emoción, mi compañero Ricardo Lorenzo cuando agradeció en nombre de los periodistas las atenciones recibidas de parte del club boquense en el cordial almuerzo del domingo.
Imagen El estadio se inauguró con el amistoso entre Boca y San Lorenzo.
El estadio se inauguró con el amistoso entre Boca y San Lorenzo.

LA “BOMBONERA”


Por el buen gusto arquitectónico y por su conformación, al estadio de Boca Juniors le llaman a sus hinchas “la bombonera”. Espléndido el conjunto, cómodas las instalaciones, ofrece al espectador una ventaja importante: la visibilidad es perfecta desde cualquier ángulo. Tenemos las jugadas “ahí nomás” y el grito del público llega en toda su intensidad hasta los jugadores. En la fiesta del sábado, cuando terminó de ejecutarse la juvenil marcha del club, el grito de “¡Boca!... ¡Boca!...” adquirió tal densidad que también parecía de cemento.

Decimos en uno de los títulos que ahora el barrio está completo. Extrañaba la ausencia del fútbol. Extrañaba los domingos silenciosos, acostumbrado como está desde hace treinta y cinco años al bullicio incomparable que da vida extraordinaria al ya vigoroso pago boquense.
Imagen La capacidad del nuevo estadio no alcanzó para la gente que se hizo presente.
La capacidad del nuevo estadio no alcanzó para la gente que se hizo presente.

TODA LA HISTORIA DEL CLUB


Las calles engalanadas con banderas que a un tiempo mismo celebraban la fiesta de la patria grande y de la patria chica; el ambiente animado por un movimiento constante; iluminados por la noche de los comercios y la avenida Almirante Brown; fiesta grande en el corazón de todos, el acontecimiento de la inauguración del estadio hizo vivir una jornada inolvidable a la barriada inconfundible, donde ahora es un símbolo del esfuerzo pujante la mole de cemento junto al símbolo humilde del origen; la vieja casita de cinc y madera.

Toda la historia del club se reunió el 25 de mayo en la gran casa nueva para asistir con recogida emoción al instante trascendental en que la llama olímpica, emblema del hogar, brillara con la fuerza que sólo tiene el fuego en su sensación de cosa inextinguible. Ardió la llama en el altar de bronce, ¿pero acaso no era el estadio en su forma y en su significado un altar y no era llama vigorosa el grito vibrante de cincuenta mil personas?

Más que una fiesta local, el acto popular y emotivo del sábado adquirió las proporciones de una fiesta del deporte nacional, como ha ocurrido antes y ocurrirá en el porvenir cada vez que el fútbol brinde al país una nueva prueba de su fuerza constructiva, de su valioso aporte para una obra de tanta trascendencia como es la distracción del pueblo.


Publicado en El Gráfico del 28 de mayo de 1940.