El ciclo Bauza, breve y sin efectividad

Tras la renuncia de Gerardo Martino, la Comisión Normalizadora se juntó con varios candidatos, en una especie de casting público para elegir a su sucesor. En ese contexto de desprolijidad llegó Edgardo Bauza. Menos de un año después, y tras solo 8 partidos (en los que no consiguió los resultados ni el rendimiento esperado), la nueva dirigencia, encabezada por Claudio Tapia, decidió echarlo.

El Patón no jugó amistosos. Sus 8 partidos fueron por Eliminatorias, en donde ganó 3, empató 2 y perdió 3, dejando al equipo en el quinto puesto, en zona de repechaje. El aliciente es que, por lesiones o suspensiones, no pudo contar con Lionel Messi en la mitad de los partido: el 10 no estuvo en las derrotas ante Paraguay (0-1) y Bolivia (0-2) ni en los empates ante Perú (2-2) y Venezuela (2-2). Con el capitán en cancha, fueron triunfos ante Uruguay (1-0), Colombia (3-0) y Chile (1-0) y caída ante Brasil (0-3).

Desde lo futbolístico, Bauza dejó muy pocas cosas para lo que viene. Apenas la variante de Lucas Pratto como centrodelantero, que casi siempre rindió cuando estuvo en cancha. El DT no le encontró la vuelta al sistema (4-2-3-1), no hizo el recambio que muchos le exigían y no aprovecho (también por lesiones y/o suspensiones), para insertar definitivamente a Paulo Dybala en el equipo. El Patón, que abusó de las declaraciones optimistas durante su mandato, deja la Selección con un sabor amargo y con la sensación de que no pudo inculcarle su esencia al plantel.