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Los caudillos: Masantonio

El inolvidable Herminio. Era de los que infundían coraje a todo un equipo con su sola presencia en el campo de juego. El gran goleador de Huracán y del Seleccionado fue el prototipo del caudillo.

Por Redacción EG ·

23 de febrero de 2017
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De aquellos viejos tiempos de los hombres de pelo en pecho, estampa recia y voz ronca con reminiscencias de tangos entonados por Edmundo Rivero, llega el recuerdo de quien fuera prototipo de caudillo: Herminio Masantonio.

El gran goleador Huracán y del seleccionado argentino sacó patente de guapo en Parque Patricios y la exhibió con orgullo, pero sin alardes de matonería, en todas las canchas de América. Era respetado, sabía respetar. Y era de los que infundían coraje a todo un equipo con su sola presencia de un campo de juego.

- Mirabas al centro de la cancha y lo veías a Herminio... ¿Cómo no te ibas a jugar al lado de un tipo así...? –evoca Roberto Sbarra con un leve tono de emoción en la voz.

Masantonio tenía agallas para pelear contra un regimiento. Como en aquel partido del Sudamericano de Lima en que se peleó él solo contra medio equipo uruguayo... Pero siempre mantenía su línea de conducta. Sólo reaccionaba cuando “le tocaban al negrito...” El negrito era Tucho Méndez. Un pibe de 18 años que recién surgía en la primera del “Globo”. Y pobre del defensor que le diera un golpe a Tucho. Porque tenía que vérselas con Herminio...

Una tarde del 42, en la primera fecha del año, Masantonio marcó dos goles frente a Newell’s. Uno de ellos, admirable, tras sortear a Gilli, Sobrero y Reynoso para tocarlo a un rincón cuando le salía el peruano Honores. Porque Herminio tenía potencia y también clase. Sólo que no admitía la provocación, abierta o solapada, porque él no provocaba a nadie. Y ante la provocación lo durmió a Sobrero de un zurdazo. Esa tarde, en Parque Patricios, el jugador y el guapo aparecieron, cada uno en su momento. Herminio se fue expulsado, pero su imagen de hombre seguía en la cancha. Y sigue todavía. Cuando el humo de la quema invade la cancha de Huracán, al caer la tarde, entrecerramos los ojos y lo volvemos a ver ahí, recio, erguido, ancho y mirando siempre de frente, como lo vimos cuando nuestra adolescencia se llenaba de fútbol, fútbol y más fútbol...


(Fragmento de la nota de El Grafico Los Caudillos de 1972. Textos: Juvenal)

 

Para cerrar la letra de un tango, de los que escuchaban tus abuelos, dedicado a Herminio con letra de Francisco García Jiménez y música de Miguel Padula.

EL MORTERO DEL “GLOBITO”

En cuanto en la cancha
Sus once “globitos”,
Valientes y audaces
Desplaza Huracán.
Se ve en la barquilla
De los delanteros,
Un recio “mortero”
Que apunta tenaz.

Temblando, el arquero
Contrario, se encoge,
Los nervios de tigre
De lince al mirar,
Y grita la barra
De Parque Patricios,
Tirá Masantonio,
Herminio, tirá.

Y si tira Masantonio,
No hay que hacerle
Ya está el... ¡Gol...!