Las Entrevistas de El Gráfico

Método de entrenamiento, pensamiento y creencias de Dady Gallardo

El entrenador de los Gladiadores charló de todo con El Gráfico: por qué se metió en el handball, su formación con otros deportes, cómo convence a los jugadores de su idea, la esperanza para su quinto Mundial y la vuelta de Diego Simonet.

Por Redacción EG ·

08 de enero de 2017
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Dady Gallardo sale de las oscuras oficinas del Monumental y se asoma minuciosamente a la pista de atletismo para la producción fotográfica. Lo primero que hace es girar sobre su eje y admirar el estadio. El césped está impecable y eso que hace pocos días La Beriso brindó un show para cerrar el 2016. El entrenador parece emocionarse, pero sigue caminando. La mueca lo delata y, solito, cuenta qué siente al pisar la cancha.

“Cuando murió mi papá, le pedí permiso a Passarella (en ese entonces presidente del club) para tirar las cenizas en la cancha, acá en el césped. Era el sueño de mi viejo. Vinimos con mi mamá y lo esparcimos por todo el pasto. Nos fuimos y al minuto, empezó a llover. Una cosa de locos…”, comparte con El Gráfico el otro Gallardo de River, que hizo lo que escribió Eduardo Sacheri en La Promesa, uno de los cuentos más maravillosos del narrador de Castelar.

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Pero cinco minutos antes, sentado en uno de los banquitos que está a metros de la cancha de handball y de tenis, y con motivo de su quinta participación como entrenador de los Gladiadores en un Mundial, repasa cosas de su vida, su método de entrenamiento y su filosofía para el convencimiento a sus jugadores.

-¿Trabajaste de otra cosa antes de meterte en el handball?

-Trabajé en la inmobiliaria con mi viejo, mientras hacía el profesorado de educación física. Tenía 17 años y trabajé como tres o cuatro años. Después tuvimos un kiosko dos veranos con mis hermanos, en Santa Clara, pero lo teníamos más para la joda. No nos fue muy bien, ja.

-¿Cómo llegaste al handball?

-Caí en el handball como pude haber caído en cualquier lado. Yo soy socio de River desde que nací, tengo el carnet antes que el DNI, tuve familiares que eran dirigentes. Entonces, como los sábados mi vieja no me aguantaba en mi casa, me mandó para el club. Vine y lo primero que vi era que estaba jugando la Primera de handball femenino y no me pareció difícil jugarlo. Volví el lunes y empecé a entrenar y de ahí me quedé para siempre.

Imagen "Me van a liquidar, pero me gusta la música de Diego Torres y Maná", dice el DT.
"Me van a liquidar, pero me gusta la música de Diego Torres y Maná", dice el DT.
-¿Le preguntás a los jugadores si entienden tus ejercicios?

-Yo me doy cuenta si lo entienden o no lo entienden. De eso, te das cuenta al toque. Quizás los jugadores más chicos, no te entienden y te preguntan, aunque les da un poco de vergüenza.

-¿Y qué función tienen tus ayudantes en ese momento y cuál es la relación con tus dirigidos?

-Los colaboradores están para ayudar, no es que yo manejo todo el equipo. Si bien tengo cercanía con los jugadores, marco bien el rol de cada uno. No somos amigos de ellos. Más allá de que tengamos una buena relación, las cosas están bien pautadas. Pensamos bastante todo lo que hacemos.

-¿Quiénes son los integrantes de tu cuerpo técnico?

-Guillermo Marino es el segundo entrenador y también se encarga de todo lo que es el análisis de videos; el negro Cazón es el preparador físico y trabaja en todo lo referido a lo físico y a la recuperación de jugadores y el médico, que además de ser médico es traumatólogo y kinesiólogo, Carlos Marino. También tenemos más gente que colabora, que no es del staff oficial.

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-¿Cómo hacés para el jugador te crea?

-Trabajamos mucho en la parte psicológica del jugador: hay actividades grupales, coucheos de jugadores. Yo tengo que convencer al jugador que mi objetivo es el de él. Lo termino convenciendo de que puede, de que es el mejor. Todos los días así, hora por hora.

- ¿Tenés algún psicólogo en el plantel?

-No, hemos trabajado con un psicólogo en un momento específico y nos ayudó bastante, pero de esta parte nos encargamos con el cuerpo técnico.

-¿Tratás de estar informado sobre qué le pasa a cada uno de tus jugadores?

-Estamos informados. Porque, en definitiva, repercute en el rendimiento del jugador. Nosotros queremos saber sobre sus vidas: tratamos de investigar cuando los vemos mal y lo hablamos para que estén cómodos y para que los problemas personales no afecten al grupo.

SU RELACIÓN CON LA SOCIEDAD A TRAVÉS DEL DEPORTE



 

-¿Cumplís alguna función social siendo el entrenador de Los Gladiadores?

-Siempre que puedo y me invitan, sí. Con la fundación de River fuimos a la Villa La Cárcova, que es muy heavy, (dicen que es la más temible e insegura del conurbano bonaerense) a dar charlas de la confianza a pibes de 12 y de 13 años. Me llevé cosas que, capaz que de otro lado, no me las llevo. Estoy apadrinando, también, dos escuelas de handball: una en Coronel Vidal y la otra en Santa Clara del Mar, que es mi lugar en el mundo. Me acuerdo que federamos a un pibe, que no tenía las mejores condiciones y que venía de tener problemas con la droga y de violencia familiar, pero lo hicimos para incluirlo. Y se había quedado sorprendido porque vio que yo había dirigido en el Mundial y lo había entrenado a él. La verdad que fue muy gratificante participar de esas cosas.

 

Imagen "No tengo referentes políticos. Mi único referente es mi padre".
"No tengo referentes políticos. Mi único referente es mi padre".

PENSAMIENTO, FORMACIÓN Y CREENCIAS DE DADY GALLARDO



 

- Con la introducción de las nuevas reglas, ¿vas a tener tiempo, por la dinámica que va a tener el juego ahora, para pensar durante el partido? 

-Nosotros en los entrenamientos trabajamos para que los jugadores tomen decisiones rápidas y además tratamos de evidenciarles situaciones que van a vivir durante un partido. Es como manejar, vos no estás pensando, ya lo evidenciaste y lo hiciste. Es todo por instinto, algo automático.

-¿Agarras cosas de otros deportes para pensar un partido o solo mirás handball?

-Lo que hice durante mi formación fue nutrirme de otros deportes. Cuando agarré la Selección me junté con gente de la URBA para ver cómo era la estructura. Me junté con Cachito Vigil, con el Chapa Retegui, con Javier Weber, y también con gente del fútbol, como Gaby Macaya (estuvo con Astrada, con Pellegrino y hasta con Bielsa) que en un tiempo vino a trabajar con nosotros y también con el profe Kohan. Si sos entrenador, tenés que tener la cabeza abierta y escuchar a la gente. Cuando en el handball se sacó el capitán por reglamento, Los Gladiadores seguían teniendo capitán. Ahí trajimos, un poquito, lo que es el espíritu del rugby.

-¿Cuál fue el último libro que leíste?

-(Piensa un rato largo) Reinventarse, de Mario Alonso Puig. Está muy bueno. Me sirvió para el momento y el estado que tenía cuando lo leí.

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-¿En qué creés?

-En la Virgen de Lourdes. Es una deuda pendiente que tengo de ir a la gruta de Lourdes, en Francia. Yo fui a un colegio religioso  y cuando tuve el accidente de la pierna (casi se muere tras chocar con su moto, a los 12 años) me hice devoto. Tengo cierta creencia. Creo que cuando te pasa algo, como a mi, te aferrás a eso. Hice una promesa y la llevo a todos lados (muestras dos cadenas de su cuello, una de él  y la otra que le dejó su papá).

 

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EL MUNDIAL QUE SE LES VIENE, LA VUELTA DE DIEGO SIMONET Y SU FUTURO EN LOS GLADIADORES



 

-¿Cómo llegan para el Mundial?

-La verdad que bien. Siempre teníamos dos o tres que estaban con el kinesiólogo. Ahora están todos óptimos y siempre que llegamos así, nos va bien. El equipo tiene una mentalidad totalmente ganadora y a veces decimos que estamos locos porque pensamos que le podemos ganar a cualquiera. Y eso está bien.

-¿Qué significa la vuelta de Diego Simonet al equipo?

-Es muy importante porque él es el mejor jugador argentino. Para mí está entre los diez mejores del mundo por sus características. En los Juegos Olímpicos de Río, él nos podría haber aportado muchísimo en ataque porque tiene una aceleración en los gestos que pocos lo tienen.

Imagen Se copó para la foto, en el banco del Muñeco Gallardo.
Se copó para la foto, en el banco del Muñeco Gallardo.
-¿Cómo se mueve en el grupo? ¿Se lo puede considerar como líder?

-Él es el mejor jugador. Creo que hay otros líderes. Quizás es muy importante en el juego y en el ataque y en lo que genera para los contrarios, pero creo que líderes son Gonzalo Carou y su hermano, Seba Simonet.

-¿Es muy difícil la zona que les tocó?

-La zona no es la zona de la muerte, pero es difícil. La diferencia es que tenés equipos que te juegan diferentes estilos: vos cuando tenés cinco europeos, sabés que te juegan de la misma manera. Pero acá tenés a Qatar, a Bahréin, a Egipto, a Dinamarca y Suecia, que son de tres continentes diferentes.

-¿Cómo es el plantel y qué hacen en las concentraciones?

-La pasamos muy bien, van diez años con la Mayor y seguimos disfrutando. Son superprofesionales todos, los que son y los que no lo son. Es un grupo bueno que hace mucho que está junto. Ahora no hay mucha play, pero en una época sí. Ellos jugaban a un juego que era de lucha, entonces nos llamaban porque habían tuneado a los personajes. Y por ahi aparecía yo peleando con algún dirigente, ja. La verdad que la pasamos muy bien.

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-¿Hasta cuando te gustaría quedarte en la Selección?

-No creo en los cargos eternos. Cuando terminó Londres dije que terminaría en Río, pero hablé con el presidente de la Confederación sobre la posibilidad de seguir. La realidad es que depende de cómo nos vaya en el Mundial, pero sé que puedo tirar un ciclo más y esta camada de jugadores también. Y si se siguen insertando chicos, creo que en Tokio podemos hacer un Juego Olímpico mejor que el que pasó.

El próximo viernes 13 de enero debuta el sueño de Los Gladiadores en el Mundial de Francia, ante Dinamarca, la selección de Mikkel Hansen, tal vez el mejor jugador del mundo. Pero antes, jugará algunos amistosos de preparación en España. Y Dady Gallardo tiene la fórmula para quedarse tranquilo: “Este grupo no se conforma con nada”.

 

Por Matías Escobar 

Fotos: Gentileza Agustina Ribó