Las Fotos de El Gráfico

1938. ¡Leguisamo solo!

En las próximas dos semanas ofreceremos una selección de fotos e historias que compartimos durante el 2016 desde esta sección. Y largamos con el mítico “Pulpo” leyendo El Gráfico.

Por Redacción EG ·

02 de enero de 2017
Imagen Irineo Leguisamo lee El Gráfico en 1938
Irineo Leguisamo lee El Gráfico en 1938
 

El Gráfico tiene uno de los archivos fotográficos deportivos más importantes del mundo. Millones de fotografías publicadas o inéditas que forman parte del patrimonio cultural, no solo de Argentina sino de toda Sudamérica.
Imagen Juan Arcidiácono, jefe de archivo El Gráfico
Juan Arcidiácono, jefe de archivo El Gráfico
 El hombre que cuida y conoce cada rincón de este tesoro se llama Juan Arcidiácono, acumula la sabiduría de décadas de trabajo y es el que, paradójicamente, nunca sale en la foto. Es un fenómeno y le pedimos que nos busque imágenes para compartir con todos ustedes.

Justo el lunes 30 de mayo, el día en que El Gráfico cumple 97 años, nos empezó a traer cientos de joyas incunables. Largamos con una de quizás el jinete más importante de la historia del turf latinoamericano: Irineo Leguisamo. Nacido en 1903 en Uruguay, fue una leyenda viviente en Argentina y para describirlo elegimos la letra del tango que hizo famoso nada menos que Carlos Gardel, un gran amigo de Irineo:


¡Leguisamo solo!  (Modesto Papávero - 1925)

Alzan las cintas; parten los tungos
como saetas al viento veloz...
Detrás va el Pulpo, alta la testa
la mano experta y el ojo avizor.
Siguen corriendo; doblan el codo,
ya se acomoda, ya entra en acción...
Es el maestro el que se arrima
y explota un grito ensordecedor.

¡Leguisamo solo!
gritan los nenes de la popular.
¡Leguisamo al trote!

  contestan todos los de la oficial

¡Leguisamo viejo y peludo!
ya está el puntero del Pulpo a la par.
¡Leguisamo al galope nomas!
y el Pulpo cruza el disco triunfal.

No hay duda alguna, es la muñeca,
es su sentido y gran corazón
los que triunfan por la cabeza
con gran estilo y con precisión.
Lleva los pingos a la victoria
con tal dominio de su profesión
que lo distinguen como una gloria,
mezcla de asombro y de admiración.

Y la voz de Carlitos cerraba : "Bueno viejo Francisco decile al Pulpo que a Lunático (el caballo) lo voy retirar a cuarteles de invierno, ya se ha ganado sus garbancitos y la barra completamente agradecida, sentí la barra: ¡Muy Bien! 

Salute"

(Dedicado a mi viejo Rodolfo Domizi que lo cantaba bajo la ducha)