Memoria emotiva

A 40 AÑOS DE LA ÚNICA FINAL ENTRE BOCA Y RIVER

Definieron el Nacional 1976 en la cancha de Racing, con más de 70 mil personas. El gol lo hizo Suñé y es un gol que se esfumó y que pasó a la historia: solamente hay registros fotográficos.

Por Redacción EG ·

22 de diciembre de 2016
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Se cumplen 40 años de la única final mano a mano que jugaron Boca y River en 85 años de fútbol profesional en la Argentina, que quedó en la historia por ese particular hecho y por el tiro libre que Rubén Suñé pateó ante una distracción de la barrera millonaria para darle el triunfo y el título del Campeonato Nacional 1976 a los xeneizes.

Ese 22 de diciembre caluroso y soleado, una multitud que se calculó en más de 70.000 personas marchó desde temprano para la cancha de Racing, dispuesta a ver un Superclásico especial, ya que definía un campeonato que podía ser el doblete de ese año para el equipo que dirigía Juan Carlos Lorenzo, que ya había festejado el título en el Metropolitano.

Ambos equipos se habían quedado con sus grupos. Boca le había ganado un desempate a Quilmes para quedar como líder de la zona A, mientras que River resultó primero en el grupo B.

Boca avanzó a semifinales tras derrotar por 2 a 1 a Banfield, también en el Cilindro de Avellaneda, y el club de Núñez derrotó con el mismo marcador a Quilmes. Para llegar a la final, el equipo del Toto Lorenzo dio cuenta de Huracán por 1-0 (igual marcador que en un partido definitorio del Metropolitano) y los dirigidos por Ángel Labruna vencieron por 1-0 a Talleres de Córdoba.



Trabado, tenso y con el respeto lógico que dos rivales de esa envergadura se podían tener. Así arrancó el partido a las 9 de la noche, hasta que River (bicampeón 1975) llegó a través de Juan José López, quien le pegó de lejos cuando vio a Hugo Gatti adelantado. El Loco voló y tocó apenas la pelota para mandarla al córner, en medio de la ovación de sus hinchas. Pedro González, Luque y Pinino Más también arrimaron peligro, pero nada parecía romper el cero.

Boca tenía dos alfiles para llegar con pelotazos en diagonal, el Heber Mastrángelo y el Rengo Felman, mientras el Toti Veglio trataba de crear con la pelota sobre el piso, con un gran despliegue de Jorge Ribolzi, que también aportaba juego. Pero el empate no se modificaba.

A los 27 minutos del segundo tiempo, le cometieron una infracción a Veglio cerca del área, y en ese momento se cumplió lo que Arturo Ithurralde había avisado en los vestuarios sobre nuevas (en ese momento) instrucciones de la FIFA.
"Antes de empezar el partido el árbitro nos dijo a los capitanes (Roberto Perfumo llevaba la cinta en River) que no era necesario tocar el silbato para patear un tiro libre. Que si había la distancia correspondiente, se podía tirar", contó después muchas veces el Chapa Suñé.

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Ubaldo Matildo Fillol acomodaba la barrera y sus compañeros pecaban de ingenuidad, ya que ningún jugador de River se paró delante de la pelota. Entonces Suñé empujó a Roberto Mouzo, quien se preparaba para patear, y sacó un remate alto que pasó la barrera y bajó para sacudir la red a media altura, ante la mirada atónita del gran arquero que sería campeón en el Mundial '78.

El grito xeneize -sólo una pelota parada y una avivada podían destrabar un partido tan parejo- trajo a la realidad a los jugadores de River que no entendían lo que estaba ocurriendo. Y hasta la televisión mostró de apuro y de refilón cuando la pelota ya estaba dentro del arco. "No recuerdo casi nada de ese partido", dijo Fillol a Télam años atrás sobre esa final.



Sin embargo, un año y medio antes, en el Monumental, Osvaldo Potente le había hecho un gol muy parecido al Pato Fillol, con otro tiro libre ejecutado sin esperar el pitazo del árbitro, en otro triunfo por 1-0 del club de la Ribera.

Lo que faltaba hasta el final sirvió para mostrar las virtudes defensivas y de marca del equipo multicampeón del Toto Lorenzo, artífice de un gran ciclo sólo superado más de 20 años después por Carlos Bianchi. El 1-0 se mantuvo inalterado y hubo fiesta por el bicampeonato en la bandeja alta del estadio Juan Domingo Perón, que por supuesto en ese 1976 -plena dictadura militar- tenía su nombre prohibido.

"Nunca, jamás, vi tanta gente en una cancha", recuerda el Ruso Ribolzi, un pilar de aquel exitoso ciclo. Las entradas vendidas (69.099) hablan de una extraordinaria concurrencia, pero no son pocos quienes dicen que había bastante más de 70.000 personas en el estadio de Racing. Que fue testigo de una vuelta olímpica especial: festejó Boca en la única final -hasta ahora- mano a mano de la historia entre los dos gigantes del fútbol argentino.

 

FORMACIONES



 

Boca: Hugo Gatti; Vicente Pernia, Francisco Sá, Roberto Mouzo, Alberto Tarantini; Jorge Ribolzi, Rubén Suñe, Carlos Veglio; Ernesto Mastrángelo, Juan Taverna y Darío Felman (Mario Zanabria). DT: Juan Carlos Lorenzo.
 

River: Ubaldo Fillol; Pablo Comelles, Roberto Perfumo, Daniel Passarella, Héctor López; Juan José López, Reinaldo Merlo, Alberto Beltrán (Victorio Cocco); Pedro González, Leopoldo Luque y Oscar Más. DT: Ángel Labruna.

Gol: ST 27’ Rubén Suñé.
 

Árbitro: Arturo Ithurralde.
 

Estadio: Racing Club.