Tenis

La Copa se mira y se toca

Argentina se quedó con la Ensaladera en un año complicado para el tenis argentino y con los resabios de la misma generación que perdió tres finales en los últimos diez años. La quinta fue la vencida.

Por Redacción EG ·

27 de noviembre de 2016
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Sin Del Potro, afuera por lesión por tiempo indeterminado, y con un puñado de jugadores dentro del top 100 del ranking pero relegados en la pelea de los primeros lugares, el inicio del 2016 para el tenis argentino tuvo las características de una pesadilla, por lo que este final soñado, con título de la Davis incluido, era poco esperable. 

Argentina jugó su primer partido de la Davis hace 93 años, y en el medio disputó cinco finales, incluida la de este primer título. Con el tiempo, la Ensaladera se fue convirtiendo en una obsesiòn, y con la sucesión de derrotas en las series decisivas tomó la forma de una ilusión esquiva. 

El equipo nacional, con Vilas y Clerc, perdió la primera final en 1981 contra Estados Unidos, y luego la generación más fructífera del tenis argentino vio como se le escapaba la chance frente a Rusia en 2006, y ante España en dos oportunidades, en 2008 y 2011, la última la más dolorosa de todas. 

Por eso, este año en el que las cosas empezaron torcidas pero se encaminaron en el medio con la remontada individual de los jugadores, principalmente de Del Potro que volvió a circuito en una gran forma y se quedò con la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río 2016, el triunfo tiene un sabor especial, histórico y de revancha, en el mejor sentido de la palabra. Un desahogo para saldar una cuenta pendiente.