Las Entrevistas de El Gráfico

Diego Giustozzi, el hombre que dejó el tenis para ser campeón del mundo en futsal

A una semana de la histórica epopeya en el Mundial de futsal en Colombia, repasamos la vida y obra del entrenador que quedará para siempre en la historia del deporte argentino.

Por Redacción EG ·

08 de octubre de 2016
Imagen Diego levanta la Copa del Mundo en el vestuario. Le ganaron la final a Rusia por 5 a 4.
Diego levanta la Copa del Mundo en el vestuario. Le ganaron la final a Rusia por 5 a 4.
Es el año 2044. Se está jugando la decimoquinta edición del Mundial de futsal organizada por la FIFA. El deporte es un boom global. Todos los medios de comunicación y todas las redes sociales solamente se concentran en ese evento. Los periodistas irán al archivo y se darán cuenta que Argentina logró salir campeón del mundo en el 2016 y que ese título conmocionó a todo un país, que los televisores explotaron con más de 10 puntos de rating un sábado a las cuatro de la tarde; que el futsal de ahí en más se convirtió en un deporte popular y profesional y que los clubes de barrio, en plena crisis, sobrevivieron gracias a ello.

Todo esto es pura imaginación porque no sabemos si será así. Lo que sí sabemos es que los chicos de nuestra selección de futsal hicieron historia. Que Diego Giustozzi será recordado como el Menotti del futsal porque demostró que con formación continua, con planificación, con humildad y profesionalidad, todo es posible. Y también debemos saber que este es el momento de dar el salto de calidad porque si no lo hacemos “será un suicidio”, remarca el entrenador de la selección, a una semana de haber tocado el cielo con las manos.

-¿Cuándo te vas a dar cuenta que quedaron para siempre en la historia del deporte argentino?

-Capaz que cuando vuelva a la vida normal. Los primeros dias son de euforia periodistica. Pero creo que cuando vuelva a sentarme con mi gente, con mi familia, con mis amigos, con mis colegas, con mis ex compañeros y empiece a hablar de detalles puntuales, seguramente ahí, entenderé que salimos campeones del mundo. O cuando tenga un minutito en el auto: solo y tranquilo, escuchando música y pensando...¡puta! ¡Sos campeón del mundo!

-¿Qué fue lo más raro que te pasó en este semana?

-¿Lo más raro? Obviamente que salir campeón del mundo le sorprendió a toda la gente que trabajaba afuera de nuestro grupo. Ni en mis mejores sueños hubiese imaginado todo lo que repercutió en mi país el haber salido campeón de un Mundial y lo que generó en la gente: eso sí que me suena extraño.

Imagen No la quiso soltar en ningún momento: lo tienen merecido.
No la quiso soltar en ningún momento: lo tienen merecido.

VIDA Y OBRA DEL ENTRENADOR



 

Hubo un momento clave en la vida de Diego Giustozzi que lo marcó para siempre y se lo confiesa a El Gráfico: trabajar con un despachante de aduana. “Aprendí mucho ahí porque es un trabajo en el cual tenés estar siempre negociando con la gente y sin vergüenza. Cuando era chico era muy muy tímido y ese trabajo me cambió por completo la cabeza”. Diego es de esos tipos que nacen en un club (El Plata, de Martínez, donde actualmente vive) y nace haciendo deporte. “No entiendo lo que es un domingo en una plaza o en el río”. A su padre, Don Raúl Giustozzi, lo conocen todos en River: es el director de la escuelita de fútbol “Ángel Labruna” desde hace más de 30 años; Su madre, Doña Alicia García, es profesora de tenis. No había otra salida: tenía que ser deportista.

-¿Hacías otros deportes de pibe además de futsal y futbol?

-Yo nací con una raqueta de tenis. Competí a nivel nacional y hasta fui número 3 del ránking. Yo creo que me hubiese ido mejor en el tenis que en el futsal. En las fotos de chico estaba siempre con una raqueta en la mano. Viajé mucho y no tenía la cabeza competitiva que tengo ahora. Y además, las derrotas las sufrís solo, porque es un deporte muy individualista. Un día perdí un partido, que no podía haberlo perdido nunca, y le dije a mi papá que no jugaba nunca más al tenis por la calentura que tenía. Tenía ocho o nueve años y lo dejé de jugar por más de 15 años.

Jugó en ligas top del futsal, como la de España e Italia. Con el correr de los años se fue preparando de la mejor manera para conseguir lo que consiguió, primero como jugador y después como técnico: “Tuve la suerte de ir a estudiar al Real Madrid de Pellegrini, al Barcelona de Guardiola, de trabajar en la Roma de fútbol y ver cómo trabajaba el equipo de Luis Enrique. Tuve muchas charlas con el Tata Martino y cuando estuvimos en el Mundial en Colombia cambié ideas con el cuerpo técnico de Diego Cocca. Me encanta aprender ideas innovadoras y plasmarlas en mis equipos”.

SU VIDA PERSONAL Y SU AMOR POR RIVER



 

Diego tiene tres pasiones en su casa: sus hijos Nicolás, de 11 años, Camila, de dos, y su mujer, que es brasileña y se llama Fabiola. Pero sin dudas que River ocupa un lugar de privilegio en su vida: “En el año 91/92 empecé a ir a la cancha de verdad. En el 96/97 fui a todos lados. Mi ídolo es el Burrito Ortega. En la Bombonera hasta me paré en el paravalanchas. Para mí ir a la Bombonera, era como para un católico ir a misa. Tengo una bandera con el nombre “Martínez” con mi mejor amigo. Antes, hacía locuras como ir tres horas antes y agarrar el lugar para colgarla. Son cosas que las disfruté y que no reniego y que me encantan", dice el entrenador que escucha a los Rolling Stones y a los Redonditos.

Imagen Con el presidente Macri y con Mac Allister, actual Secretario de Deportes.
Con el presidente Macri y con Mac Allister, actual Secretario de Deportes.

GIUSTOZZI Y LAS PALABRAS DEL SECTOR POLÍTICO



 

-¿Cómo fue el encuentro con el presidente Mauricio Macri?

-Fue sorpresivo. Nosotros teníamos que ir a una conferencia de prensa en Ezeiza, en la cual no pensé que hubiera tantos medios: pensé que iban a haber dos o tres. De ahí nos dijeron que el presidente nos esperaba en la Quinta de Olivos. Fue todo muy raro y sorpresivo. Nos habló de los valores deportivos, habló de su experiencia en el deporte y nos dijo que lo emocionó la forma en que ganamos. Es una persona que logró todo lo que se propuso en su vida.

-¿Te llamó Daniel Scioli?

-Sí. Scioli se siente identificado con nuestra Selección. Me dijo cosas que, la verdad, son lindas y divertidas. Él tiene esa forma de ser y yo sé que él las siente de verdad. Él habla desde el corazón, desde la pasión porque lo vive como nosotros. Él es, sin dudas, un personaje importante para el crecimiento de nuestro deporte.

Diego cuenta que no es cabulero, pero que cuando el árbitro arranca el partido, tiene que estar sentado y a los dos segundos, se tiene que parar. “Son manias, pero no creo que pierda o gane un partido por eso”.

-¿Cómo es eso de que Messi no podría jugar en tu equipo?

-(Se ríe) Pasa que cuando alguien comenta algo de Messi se distorsionan las cosas. Yo estoy convencido de que un jugador de futsal no puede jugar en la elite del fútbol y un jugador de fútbol no puede jugar en la elite del futsal. El futsal es distinto en muchas cuestiones. A ver... está claro que Messi puede jugar de lo que quiera porque es de los mejores deportistas de la historia, pero son dos deportes totalmente distintos. Con esto te respondo la pregunta: si me ponés en un partido de futsal a Messi, al Kun Agüero, al Pipita Higuaín y Mascherano y del otro lado a los cuatro titulares de la selección nuestra, si tuviera un dólar, lo apuesto por la selección de futsal.

-¿Y ahora como sigue tu vida?

-Igual que siempre. Pero quiero dejar en claro que este Mundial nos demostró que estamos en el camino correcto; no nos tiene que confundir las ideas, no nos tiene que hacer perder la humildad y tenemos que tener los pies en el piso, sabiendo que tenemos que seguir trabajando. Este resultado no se tiene que quedar con los nombres y apellidos de una buena camada. Ahora hay que trabajar mucho con lo jóvenes.

El contrato de Diego Giustozzi con la AFA vence en diciembre de este año. Pero revela que ya estuvo hablando con algunos dirigentes para renovar. Para renovar un sueño que recién comienza.

Por Matías Escobar