Opinión

River y otro título internacional: el real valor a las cosas (por Diego Borinsky)

El real valor a las cosas (éxitos deportivos en este caso) lo da el tiempo. Estar parado en el aquí y ahora suele impedir posar la mirada con perspectiva, darle auténtica dimensión a lo conseguido. Los años hacen su inexorable trabajo. De a poquito e ininterrumpidamente. Como la gota que horada la roca.

Por Diego Borinsky ·

26 de agosto de 2016
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El real valor a las cosas (éxitos deportivos en este caso) lo da el tiempo. Estar parado en el aquí y ahora suele impedir posar la mirada con perspectiva, darle auténtica dimensión a lo conseguido. Los años hacen su inexorable trabajo. De a poquito e ininterrumpidamente. Como la gota que horada la roca.

Hace unos días, un amigo de Boca me dijo una frase que es simple en su enunciado pero conceptualmente sustanciosa, como la mayoría de las grandes verdades: “Cuando jugamos la Recopa con Arsenal en 2008, la tomaba como una copita más. Resultó ser la última que ganamos, ya vamos para 9 años sin volver a levantar otra. Nunca se sabe cuándo vas a ganar otra vez una Copa internacional”. Tal cual. El hincha de Boca venía tan dulce en esa década del 2000 (4 Libertadores y 2 Intercontinentales, entre otras, exactamente el doble de lo que había cosechado en toda su historia) que tomó ese hecho extraordinario de concatenación de títulos sin darse cuenta de que se trataba de un hecho que muy probablemente no vuelva a repetirse en otra ocasión. Al menos en esa magnitud desproporcionada. (Sumemos que en ese período también ganó 2 Sudamericanas y 3 Recopas, para totalizar 11 Copas en 9 años).

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River Plate había conquistado apenas 5 Copas internacionales en 54 años de competiciones bajó la órbita de Conmebol (1960-2014), y hago la aclaración de “órbita Conmebol” porque a comienzos del siglo XX River obtuvo 6 Copas Aldao (enfrentaba a los campeones de Argentina y Uruguay) y una Tie Cup, pero para no confundir con números, lo cierto es que tenía 5 Copas desde que en 1960 empezó a disputarse la Libertadores. Y ahora, en apenas dos años, los que abarcan el ciclo de Marcelo Gallardo (julio 2014-agosto 2016), ha conseguido la misma cantidad de trofeos. Digamos que en términos matemáticos, la ecuación riverplatense resulta por lo menos desafiante a luminarias como Adrián Paenza y sus discípulos. Para River, en el rubro conquistas internacionales, 2 = 54. O, para utilizar la terminología de los casilleros del viejo y querido Scrabble, el juego con el que armábamos palabras en un tablero antes de que los Pokemones se propusieran anestesiar neuronas a mansalva, en 2 años “River duplicó valor copas internacionales”. Pasó de 5 a 10. El factor multiplicativo (signo x) lleva las iniciales MG.

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Podríamos decir, desde otro ángulo, utilizando la denominación truquera, que el Muñeco ya no es un Cuatro de Copas, tal como lo retratamos en El Gráfico tras la obtención de la Suruga. Ahora cantó Bingo. Nos acercó la imagen un amigo, Patricio Nogueira. Con el Photoshop, por supuesto, todo es más sencillo y pasás de 4 a 5 en menos de un minuto. La magia de la modernidad.
El hincha de River disfruta de una época única. Ha conseguido sacarse un trauma de encima, su Talón de Aquiles, la competencia en el ámbito internacional. En 2 años pasó de 5 a 10. Eso podrá leerse en los libros de historia más adelante, cuando el paso del tiempo cumpla con su inexorable tarea de darle el real valor a las cosas (éxitos deportivos en este caso).