Las Entrevistas de El Gráfico

Gustavo Gotti, el primer socio de Dybala

El centrodelantero de Instituto en la B Nacional fue el compañero de La Joya en todas las divisiones inferiores de la Gloria. Juntos se cansaron de hacer goles y formaron una dupla legendaria de la cantera albirroja. Todas las vivencias de una época inolvidable.

Por Redacción EG ·

06 de julio de 2016
Imagen Gotti conserva fotos y camisetas de la etapa que compartió con La Joya.
Gotti conserva fotos y camisetas de la etapa que compartió con La Joya.
En Europa hablan maravillas de la sociedad que Paulo Dybala comparte con Paul Pogba en Juventus. Previamente las loas eran al juego en conjunto de La Joya con Franco Vázquez en Palermo. Pero en el barrio Jorge Newbery, en las afueras de la ciudad de Córdoba, donde está el predio de Instituto, todos recuerdan la gran dupla que Dybala hizo con Gustavo Gotti durante muchos años en las inferiores de la Gloria.

Se conocieron cuando ambos tenían 10 años. La Joya llegaba desde su Laguna Larga natal a sumarse a la clase 93 de las infantiles de Instituto, que tenían un goleador que llamaba la atención: el Tanquecito Gotti. El juego los unió y entablaron una amistad dentro de la cancha y también afuera. Marcaban diferencia, hacían goles por doquier y todos hablaban de ellos. La dupla se afianzó y jugaron juntos más de siete años.

“Siempre lo cuento como anécdota. En ese equipo solo tenían que tirar para adelante a la pelota, que ellos dos solucionaban todo”, cuenta Pablo Alvarez, que pasó por todas las funciones en las inferiores de Instituto, desde ayudante de campo, técnico a coordinador. Por ende, es una palabra autorizada para hablar de las promesas “gloriosas”. Y él no se cansa de elogiar la dupla que conformaban Dybala y Gotti: “En la liga cordobesa, los dos hacían lo que querían. Era mucha la diferencia que marcaban con el resto. Después, ya en AFA, costó un poco más. En infantiles eran increíbles los dos juntos”.

Eran unos nenes y recibían alabanzas a su artillería. Y así pasaron los años. La Joya armaba las jugadas y el Tanque las definía. Así de simple. Así lo recuerda con nostalgia aquellos asistentes a los partidos de la clase 93 albirroja. “Paulo llegó al club cuando tenía 9, 10 años. Yo ya estaba desde los 5 años en Instituto. Cuando llegó empezamos a jugar juntos”, cuenta el actual centrodelantero de la Gloria en la B Nacional. Juntos hicieron estragos en infantiles y en las juveniles de la liga cordobesa, donde dieron varias vueltas olímpicas. “El se tiraba atrás y te metía cada bocha… Con su zurda manejaba el partido de enganche y yo por adentro, de nueve”, rememora Gotti en diálogo con El Gráfico. Sus ojos brillan. Su tonada bien cordobesa. Y su voz emocionada al recordar esos tiempos. Tiempos de infantes, de sonrisas y de redes infladas. Recuerda a su amigo, al mismo que hoy es figura mundial. Pero él evoca a ese nene que jugaba a la pelota con él. “Se destacaba mucho con su zurda. La agarraba de afuera del área o de tiro libre y era gol. Una bestia cómo le pegaba de afuera...”, describe. Está sentado en un sofá, pero mueve sus piernas como si le pegara a un balón invisible. Gesticula. Sonríe. “Era ya un nene muy inteligente para jugar y muy vivo. Capaz que no se gambeteaba a diez jugadores. Cuando sos chico le dicen crack al que se pasa a diez. Él no. Te limpiaba uno y te daba el pase justo. Jugaba rápido, simple... marcaba diferencia con las bombas desde afuera del área. Un poco lo que hace ahora. Marca diferencia con un pase o sus goles. Siempre se vio que era diferente y muy vivo con la pelota”, narra Gotti.

En el 2009 comenzaron a jugar en los torneos de AFA. Debutaron en Séptima División. “No le ganábamos a nadie”, recuerda Gotti entre risas cuando se referencia a aquel certamen. Tal es así que solo ganaron cuatro partidos en esa temporada. Una de esas victorias fue muy especial.

“Hubo un partido increíble con Almagro. Días antes, a Paulo le había pasado algo muy triste, muy triste. Era un martes, creo, no creíamos que fuera a ir a entrenar, pero entré al vestuario y lo veo, estaba en su lugar de siempre, al lado de la puerta, se estaba vendando. No lo podía creer. El sábado de esa semana viajamos a Almagro. Ganamos 3-0, la rompió, me dio un pase gol, reventó dos veces el travesaño, no pudo hacer un gol, pero hizo un partido maravilloso, la descosió. Quería hacer un gol para dedicarlo. No pudo. Pero fue increíble lo que jugó”. Ese triunfo recordado fue en la 23° fecha del torneo de Séptima División de AFA. A la jornada siguiente, en La Agustina, Instituto empató 2-2 con Arsenal, La Joya marcó dos golazos desde afuera del área.

Imagen Equipo juvenil de Instituto en los tiempos en que los socios la rompían. Gotti aparece parado, a la derecha, y Dybala en el medio de la segunda fila.
Equipo juvenil de Instituto en los tiempos en que los socios la rompían. Gotti aparece parado, a la derecha, y Dybala en el medio de la segunda fila.
Al año siguiente la dupla apareció con todo. Ya acomodados al ritmo de AFA, en Sexta División nuevamente dieron de qué hablar en ese equipo que dirigía Gustavo Alaniz. “Anduvimos muy bien, y ellos hicieron varios goles”, describe Alvarez, que era el ayudante de campo del Tata en esa divisional. Ese equipo peleó hasta último momento el torneo, que finalmente consagró a Boca campeón. Hicieron 9 goles cada uno.

“Paulo ya marcaba diferencia con su pegada. Gustavo siempre se ríe y dice que Dybala hacía el trabajo sucio y él solo tenía que definir. Pero yo digo que si al Tanque no le pasaba lo de la rodilla su presente sería parecido al de Dybala. Por momentos, en infantiles, era hasta mejor. Después de la operación, le costó más”, comenta Alvarez, que vio pasar a varios equipos y jugadores por la cantera del club de Alta Córdoba, pero siempre habla de ese dúo goleador.

Travesuras y goles
Alicia y Gabriela, madres de Paulo y Gustavo, respectivamente, también se hicieron compinches en aquellas tardes de sábado siguiendo a sus hijos. Incluso la relación también persiste hasta hoy. Gabriela tiene una carpeta donde se puede ver una foto de aquella dupla. Los dos nenes con sonrisa picarona y luciendo la camiseta albirroja de Instituto.

“Paulo no era de hacer travesuras, no era de echar moco (sic). Era muy tranquilo. Ojo, si había que joder, se prendía, pero siempre fue muy centrado”, describe Gotti. En la TV está jugando la Juventus. Dybala es la figura del partido. Gustavo sonríe orgulloso. Las travesuras de infantes estaban llenas de goles. Y recuerda los últimos partidos que jugó junto a su amigo-compañero. “A principio de 2011, ya en Quinta, nos fuimos a jugar un torneo a Chile y volvió golpeado. Quedó afuera un mes. Cuando regresó, fue al banco contra Banfield, allá. Ganábamos 2-1, pero ellos nos tenían contra un arco. Entró Paulo, y a los minutos metió un golazo y se acabó lo que se daba -se ríe-, lo liquidó. Ganamos 3-1. Después jugó unos pocos partidos más y se fue a la Primera”.

Ese certamen que referencia Gotti en Chile fue el Torneo Esperanza Alba, que organiza Colo Colo. El debut fue justamente contra el anfitrión, con empate 1-1 y gol de La Joya. El técnico era Francisco Buteler. Hombre clave. Aunque ellos venían jugando juntos desde hacía varios años, el Panchito fue el que los usó como dupla de ataque en torneos de AFA. En charla con El Gráfico, el entrenador contó: “Cuando los agarré, Paulo jugaba de enganche y Gustavo de nueve. Después de un par de meses, conseguí otro enganche y lo mandé a Dybala bien arriba, para que acompañara a Gotti. Paulo suelto por todo el frente de ataque, libre, y Gustavo de centrodelantero. Me dieron muchos resultados”. Buteler, también, recuerda, que “al principio a Paulo no le gustaba jugar arriba, quería ser enganche, se quejaba. Pero lo hablé, le di libertad para jugar, anduvo muy bien, hizo goles, hizo hacer goles y lo vio Alejandro Russo, que era el manager, y lo subió para que lo viera Darío Franco. Después la historia es conocida: jugó de delantero y ya sabemos lo que pasó”.

La ilusión del reencuentro
Fueron siete años de la dupla Dybala-Gotti brillando en las inferiores de Instituto. Hasta que en julio de 2011, cuando los dos estaban en Quinta, La Joya fue promovido al plantel profesional. Y dio el gran salto. Lo que continuó para el ahora atacante de Juventus es conocido. Mientras tanto, el Tanque terminó esa temporada con su división y en el 2012 también debutó en el primer equipo de la Gloria de la mano del propio Franco. Al año siguiente fue cedido a préstamo a Las Palmas para jugar el Federal B, la rompió, hizo 14 goles y regresó a Instituto. Actualmente está jugando su tercer torneo consecutivo en la B Nacional. Ha hecho goles importantes y muy celebrados, ya que fueron marcados sobre la hora. Y ya se metió en el corazón de los hinchas “gloriosos”, que alguna vez escucharon hablar de aquellas jornadas de conquistas de la clase 93 y sus dos promesas.

Imagen Gotti formó una dupla muy picante con Dybala. El fútbol los llevó por diferentes caminos, pero la amistad continúa.
Gotti formó una dupla muy picante con Dybala. El fútbol los llevó por diferentes caminos, pero la amistad continúa.
Goles, asistencias, vueltas olímpicas... las juveniles de la liga cordobesa estuvieron engalanadas con esa dupla ofensiva. Esa sociedad no se puede apreciar en los estadios de Primera. Pero una luna cordobesa de julio de 2015 volvió a ver a ese dúo. Fue en un picado de siete. Hubo risas, anécdotas y golazos. Días después, Dybala se sumó a la pretemporada de Juventus. ¿Cuál fue el equipo de La Joya? Sebastián Domínguez, Federico Beltrán, Nahuel Ruiz, Maximiliano Arnoldi, Matías Francucci, Gotti y Dybala. Todos ex compañeros en las inferiores de Instituto. El escritor español Juan Tallón explicó que “si el fútbol solo tuviera que ver con el juego, seguramente hace tiempo que hubiera desaparecido, o evolucionado hacia la inanidad”. En consecuencia, esas reuniones, esas risas, esos recuerdos, más allá de la pelota. “Cuando viene, nos juntamos, charlamos. Casi ni hablamos de lo que le pasa allá, de su momento. No lo queremos molestar. Capaz que él viene a distraerse. Obvio que queremos saber, pero no lo molestamos. Nos juntamos, recordamos cosas, hablamos boludeces”, narra Gotti, que muestra una foto de la última reunión. La imagen se la pasó Beltrán a través del grupo de whatsapp en el que están los siete amigos.

-¿Recordás algún partido en especial en el que los dos hayan hecho varios goles?
-Muchos, pero hay uno que recuerdo muy bien. Fue con Estudiantes de La Plata, ya en inferiores de AFA. Arrancamos ganando 1-0. Paulo tenía un guante en la zurda, agarró la pelota y me dio un pase entre los dos centrales. Hice un golazo. Después nos hicieron 4. Nos golearon –se ríe– pero yo me acuerdo de ese gol.

-¿Te gustaría volver a jugar junto a él en un equipo?
-Y sí, pero allá, en Europa.

Por Marcos J. Villalobo / Fotos: Nicolás Aguilera

Nota publicada en la edición de junio de 2016 de El Gráfico