Personajes

Nico Sánchez, personaje del año

Los Pumas lograron un histórico cuarto puesto en el Mundial de Inglaterra y el apertura tucumano fue una de sus principales figuras. Además de jugar en gran nivel portando la emblemática camiseta 10, sumó 97 puntos y finalizó como goleador del torneo.

Por Elías Perugino ·

30 de enero de 2016
Imagen El tucumano se preparó para jugar el mejor torneo de su vida e hizo realidad su propio sueño.
El tucumano se preparó para jugar el mejor torneo de su vida e hizo realidad su propio sueño.
“Es el desafío de mi vida”, dijo tajante pero a media voz, acaso el sello distintivo de Nicolás Sánchez, el apertura de Los Pumas que brilló con su propio destello en el histórico cuarto puesto en el Mundial de Inglaterra. Detrás del objetivo grupal –siempre primario y superador– subyacía la aspiración personal. Esa vara autoimpuesta para consumar lo que ya imaginaba en la previa, incluso a sabiendas de que utilizaría la emblemática camiseta número 10: “Este Mundial tiene que ser el mejor torneo de mi carrera”.

A los 26 años, el jugador del Toulon había subido los peldaños aconsejables para quedarse con el rol de un histórico como Juani Hernández: una pequeña pero sustanciosa participación en el Mundial 2011, el crecimiento exponencial en los Pampas, cuatro años disputando el Rugby Championship y una doble experiencia en clubes franceses. En definitiva, los eslabones indispensables para sustentar una actuación descollante –¿cómo olvidar sus 23 puntos en el victoria ante Irlanda, el bicampeón del Seis Naciones?– que se tradujo en números históricos. Porque sus 97 puntos lo consagraron goleador del Mundial, un honor que solamente había alcanzado otro compatriota, Gonzalo Quesada, con sus 102 puntos en Gales 99.

La radiografía de esos puntos definen su consistente perfomance en diferentes aspectos del juego. Los 97 fueron el resultado de 20 penales, 13 conversiones, 2 drops y un try. Impecable. Con ese guarismo, Nico Sánchez se erigió en el tercer goleador histórico de Los Pumas en Mundiales, detrás de Gonzalo Quesada (135) y Felipe Contepomi (125).

De Hernández, de quien supo ser suplente y con quien luego articuló una sociedad de talentos complementarios fomentada por el entrenador Daniel Hourcade, Nico abrevó secretos de la posición. Y el master del apertura ideal se le presentó espontáneamente en Toulon, donde compartió el plantel con su referente, nada menos que Jonny Wilkinson. En decenas de entrenamientos desarrollados en la Costa Azul, el inglés lo aconsejó con generosidad infinita: “Es un perfeccionista absoluto, le gusta estar en los detalles. A mí me ayudó a mejorar la inclinación del cuerpo para patear y a profundizar la concentración, que es clave”.

El futuro del tucumano está en la franquicia argentina del Super Rugby. Otro capítulo del crecimiento, como fue, es y será el Rugby Championship. “Jugar seis veces al año contra los tres mejores del mundo nos benefició muchísimo. No solo nos transformamos en un equipo más fuerte, sino que encontramos una identidad más ofensiva para jugar. Hoy, el rugby del sur es la referencia. Y ahí están Los Pumas”, puntualiza. Sin elevar la voz, pero con firmeza. Bien a su estilo.

“Es el desafío de mi vida”, dijo Nico Sánchez en el umbral del Mundial. Y se metió en la historia por la puerta grande…

Por Elías Perugino / Foto: Alejandro Del Bosco

Nota publicada en la edición de enero de 2016 de El Gráfico