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El primer gran rally

La historia comenzó en 1907 y la recordamos luego de disfrutar del Dakar en la Argentina y Bolivia.

Por Redacción EG ·

30 de enero de 2016
Imagen Borghese, a bordo de un Itala, fue el ganador.
Borghese, a bordo de un Itala, fue el ganador.
Como es habitual, cada arranque del año encuentra a los fanáticos del automovilismo enfocados en el Dakar, la competencia más exigente del planeta. Pero pocos saben cuál fue la primera gran epopeya del deporte motor. Ni más ni menos que la Pekín-Paris, corrida en 1907 por iniciativa del diario francés Le Matin, que planteó el gigantesco desafío para superar a otros periódicos que, ante el furor que provocaban los primeros automóviles, proponían travesías de menor escala.

Solo cinco valientes aceptaron correr el rally de 16.000 kilómetros, que no tendría rutas prefijadas, sino arribar como fuera a la Ciudad Luz: Georges y Víctor Colligon, piloteando un par de Dion-Bouton de 10hp; Auguste Pons, a bordo de un un triciclo Contal de 6 hp; Charles Godard, conduciendo un Spyker de 15 hp, y el príncipe Scipione Borghese, quien sería el ganador, con un Itala de entre 35 y 45 hp. Acompañados por su correspondiente mecánico y por el periodista Luigi Barzini, los aventureros viajaron en barco hasta Shanghai, luego abordaron un vapor hasta Tientsin y, finalmente, llegaron en tren a Pekín.

El 10 de junio de 1907, desde la puerta de la embajada francesa, iniciaron la alocada travesía. El desierto de Gobi fue demasiado para el triciclo de Pons, que debió abandonar. Pero los otros cuatro se las ingeniaron para sortear los obstáculos de todo tipo en terrenos de Mongolia, Rusia, Polonia, Alemania y Francia. Y el 10 de agosto, 61 días después de la partida, Borghese llegó a Paris tras aprovechar la potencia de su máquina y explotar su propia destreza conductiva. Sus perseguidores lo hicieron veinte días después.

¿Cuál fue el premio para Borghese? Mucha gloria y apenas una botella de champagne…

Nota publicada en la edición de enero de 2016 de El Gráfico