Opinión

“Los Pumas no nos íbamos a conformar”

Opina Daniel Hourcade, head coach de la Selección Argentina de Rugby, luego de la gran actuación en el Mundial de Gran Bretaña.

Por Darío Gurevich ·

30 de noviembre de 2015
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Cuando Agustín Creevy afirmó que Los Pumas iban al Mundial para “ganarlo”, me pareció que estaba bien. Porque eso es lo que el equipo tiene en la cabeza. No íbamos a conformarnos con llegar hasta los cuartos de final, con habernos metido entre los cuatro mejores del mundo. Cuando se entra a la cancha, por más que los All Blacks se paren enfrente, es para ganar. Y, entonces, ese pensamiento debe estar.

Esta es la continuidad de un proceso. Cuando empezamos a trabajar en el plan de alto rendimiento, nos enfocamos en desarrollar las destrezas de nuestros jugadores y les inculcamos una idea diferente de juego, parecida a la del hemisferio sur. Ahí se juega con muchísima dinámica y debíamos prepararnos. Al mejorar las destrezas después de dos años, estábamos en condiciones de intentar un poco más, y ese momento coincidió con mi llegada a Los Pumas. Ahí sí, junto al staff le pusimos nuestra impronta al equipo: arriesgar. Al hacerlo, sabíamos que nos expondríamos al error, que nos equivocaríamos, que perderíamos puntos en los partidos… Pero entendíamos también que era parte del crecimiento.

El año que viene competiremos en el Super Rugby, y será otro paso fundamental hacia adelante. Porque tendremos a todos nuestros rugbiers jugando a un mismo tipo de juego, con el mismo calendario que nuestros rivales directos, y en el mejor nivel. Al rugby argentino le faltaba eso: una competencia estable, sostenida y en un nivel de elite.

El objetivo absoluto del rugby argentino no tiene que ver con las personas, sino con una idea. Apuntamos a que Los Pumas se sostengan entre los cuatro mejores del mundo, como una potencia real, en el Mundial de Japón 2019. No tengo dudas de que se puede concretar.

Nosotros, como staff, queremos cumplir con nuestro objetivo y dejar no menos de tres o cuatro jugadores por puesto para ampliar la base. Por eso, hubo tanto movimiento de jugadores. Pero insisto: la clave resulta la idea, que había que construirla y llevarla adelante. Es importante que, después de este gran Mundial, dejemos algo formado.

Sus decisiones clave

Confió en su proyecto ambicioso a corto, mediano y largo plazo, armó el staff, y bajó una innovadora línea de juego ultraofensiva.

Asoció a los jugadores a su idea de juego. 

Tuvo la convicción de quitarle la capitanía a un referente como Fernández Lobbe y sorprendió al dársela a Agustín Creevy, que hoy está considerado entre los mejores hookers del mundo. 

Promovió una nueva generación de jóvenes que le respondieron.

Sacó a Agulla y puso a Cordero, y acertó. A Corderito nadie le tenía fe, salvo el Huevo. Hasta decían que era arriesgado soltarlo en el nivel de un Mundial. Y explotó. Otra decisión bárbara fue la inclusión de Moroni para el duelo ante Irlanda. No sólo marcó el primer try, sino que la rompió.

Por Daniel Hourcade, head coach de Los Pumas / Producción: Darío Gurevich / Fotos: AFP

Nota publicada en la edición de noviembre de 2015 de El Gráfico