Primera División

El año más importante de la historia del Globo

En los últimos doce meses, Huracán ganó dos títulos, ascendió a Primera, conservó la categoría, disputó dos títulos continentales, llegó a su primera final internacional y puede ganarla...

Por Elías Perugino ·

28 de noviembre de 2015
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Siempre despertó simpatías Huracán. Simpatías entre aquellos que no son hinchas del Globo. ¿Razones? Tal vez su perfil de club de barrio, esa querible bohemia de adoquines, fábricas  y bodegones. Quizás el memorable equipo de 1973, que fue campeón jugando un fútbol lujoso y se metió en el corazón futbolero de un par de generaciones. Acaso por ser el más “terrenal”, el menos creído de los seis grandes. Probablemente por haber encarnado una cadena de desventuras que incluyeron algunos descensos. Y seguramente por aquella injusta definición del Clausura 2009, cuando otro entrañable equipo de fútbol exquisito perdió ante Vélez por un grosero error del árbitro Gabriel Brazenas.

Salvo para los hinchas de San Lorenzo, y últimamente para los de River, Huracán es un equipo amigable. Un club al que no se le desea el mal. Un escudo que nos recuerda a cracks como Tucho Méndez, Brindisi, Houseman y tantos otros. Un abonado a las desdichas y al que los corazones ajenos le celebran sus éxitos ocasionales con una calidez cómplice, condescendiente.

Pase lo que pase en la final de la Sudamericana ante los colombianos de Santa Fe, este año trascurrido de noviembre de 2014 a noviembre de 2015 ha sido el más apasionante de la historia de Huracán. “No tengo dudas, este es nuestro mejor equipo de todos los tiempos”, sentenció un ídolo como el Turco Mohamed, que se vino desde México para ver la semifinal ante River mezclado en la platea, como un hincha más.

El recorrido –casi una montaña rusa de emociones- es apasionante. En noviembre del año pasado, el Globo se consagró campeón de la Copa Argentina tras vencer por penales a Rosario Central. Obtuvo ese título luego de una sequía de 41 años (el anterior había sido el legendario campeón del Metropolitano 73). Lo consiguió al mismo tiempo que penaba por conservar su plaza en el torneo de la B Nacional, por lo que fue el primer club en gritar campeón de un certamen global proviniendo del ascenso, hecho que, al mismo tiempo, le permitió clasificarse para la Libertadores.

Ese equipo inicialmente dirigido por Frank Kudelka y luego guiado por Néstor Apuzzo, logró el ascenso a Primera en diciembre. Al tiempo que retornó al círculo máximo, le ganó al River de Gallardo la Supercopa Argentina, participó en la Libertadores y se metió en la Sudamericana, torneo al que se clasificó finalista en forma invicta, ya con la dirección técnica de Eduardo Domínguez, que de un día para el otro dejó de ser marcador central para entrenar a sus compañeros. Si hasta pareció chiste que pese a semejante andar copero Huracán se salvará del descenso en la última fecha…

Dos títulos, el pasaporte a su primera final internacional, el ascenso a Primera, la conservación de la categoría, la participación en dos copas continentales, el destaque de futbolistas que ya están en la historia grande, como Marcos Díaz, Mancinelli, Vismara, Toranzo y el increíble Wanchope Abila… Todo eso en un año, de noviembre a noviembre. Se lo merecía Huracán. Por tanto esfuerzo, por tanto sacrificio, por tanta siembra de simpatía en los corazones ajenos, que siempre son los más difíciles de conquistar.