Primera División

Una gran final para una gran competencia

Boca y Central, los dos mejores equipos en el ámbito local, definirán merecidamente la Copa Argentina, un certamen que crece año a año y gana espacio en la consideración de los clubes y de los hinchas.

Por Elías Perugino ·

24 de octubre de 2015
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Cuando arrancó, a la versión moderna de la Copa Argentina se la miró con cierta pátina de desprecio. Salvo los equipos del ascenso y los del interior, que degustaban la posibilidad de enfrentarse a los grandes de la máxima categoría, al resto no le cerraba demasiado. De hecho, la mayoría de los equipos de Primera División la encararon con sus formaciones alternativas hasta acceder a los tramos finales. Pero luego de esa versión bautismal, que quedó en manos de Boca tras superar en el choque decisivo a  Racing, la Copa Argentina no paró de crecer en todo sentido.

Los hinchas le fueron tomando el gustito al formato. Los incentivos adicionales al título en sí –la clasificación para copas internacionales y la Supercopa Argentina- le agregaron un plus muy valioso. Y esa competencia que antes se miraba de reojo, se fortificó edición tras edición y, a cuatro años de su segunda fundación, nos ofrecerá una final fantástica. Ni más ni menos que el mejor partido que puede ofrecer el fútbol argentino en la actualidad: Boca-Rosario Central.

Nada más merecido que el partidazo que se nos viene. Ambos se tomaron con absoluta seriedad no sólo la Copa Argentina –presentaron su formación más fuerte desde el debut en 32° de final-, sino la temporada entera. El Boca de Arruabarrena, con una eficacia superior al 70% en su prestación global, ha sido un equipo generoso, valiente y protagonista, que para el segundo semestre del año, cuando podía padecer el efecto residual de la eliminación en la Libertadores a manos de River, supo reinventarse con la incorporación de una estrella mundial como Carlos Tevez. Como contrapartida, el Central de Coudet es la revelación del año. Un equipo intenso, también generoso y protagonista, pero acaso más brillante que el regular Boca, que fue capaz de regalar partidos de alta intensidad y calidad.

No es casualidad, entonces, que ambos lideren la tabla del torneo de 30 y hayan llegado a la final del campeonato más federal del país. Semejantes finalistas no hacen más que amplificar el interés y la importancia de la Copa Argentina, un certamen que no para de crecer y que promete más emociones para las ediciones venideras.