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Riquelme ya está en campaña

Aunque Román dice que no se mete en la política de Boca y que quizás sea candidato a la presidencia en 2019, sus declaraciones de las últimas horas tienen un peso importante de cara a las elecciones de diciembre. Tevez y sus ex compañeros también estuvieron en la mira de sus cañones.

Por Elías Perugino ·

02 de octubre de 2015
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Hábil declarante durante sus años de futbolista en actividad, Juan Román Riquelme parece haber perdido esa destreza desde que se apartó de la actividad profesional para dedicarse tiempo completo a disfrutar de la vida y ser un hincha de Boca más, si es que esto último fuera posible luego de la huella que fue capaz de dejar en la historia del club.

En un reciente reportaje concedido a los colegas de Fox Sports Radio, Román no pudo esconder sus intenciones con la misma facilitad con que antes les ocultaba la pelota a los rivales. Esta vez, mostró groseramente los hilos, lo cual es legítimo y hasta comprensible, si no fuera porque el propio Riquelme se encarga de machacar que él no se mete en política, ni tiene otro objetivo que no sea la sanidad de Boca, cuando está haciendo exactamente lo contrario. Aunque haya enunciado que por su mente navega la idea de postularse a la presidencia del club en 2019, Riquelme ya está en campaña. Y su enemigo no sólo es el presidente Angelici, sino también Tevez y otros ex compañeros con los que mantiene diferencias. Todos recibieron sus bombazos durante la entrevista.

Como Carlitos proclamó su adhesión a la continuidad de Angelici, cobró de lo lindo. “Algunos ganaron una Copa y parece que son dioses. Yo gané tres y parece que es poco”, lanzó su misil Román hacia el pecho del Apache, que obtuvo con Boca la Libertadores de 2003 y que durante la semana, en una entrevista publicada por Olé, recibió un mimo de parte de Diego Armando Maradona: “A nadie le queda mejor la 10 de Boca que a Carlitos”. Cabe recordar que: a) Riquelme está distanciado de Maradona porque considera que Diego propició un golpe de estado para quedarse con el cargo de DT que ostentaba Coco Basile en la Selección, a la que Román renunció no bien se inició el ciclo de Maradona. b) Carlitos es un incondicional de Maradona; fue el único jugador de la Selección que defendió públicamente a Diego cuando Grondona no avaló su continuidad tras el Mundial 2010.

Carlitos no es el único integrante del plantel actual al que Riquelme apuntó sin anestesia. Al decir “una Copa Libertadores vale 10 campeonatos”, mete a todos en la bolsa. Pero la siguiente frase tuvo un destinatario fácilmente adivinable. “Jugando en Boca, ganar un torneo local es importante. Pero con esta camiseta, si querés demostrar que sos bueno, tenés que ganar la Copa. Si estás tres o cuatro años en el club, un título ganás seguro: uno local, una Copa Argentina…”, recitó Román, en clara alusión a Agustín Orion, al que viene hostigando desde que tuvo una disputa con su amigo Pablo Ledesma. Desde que aterrizó en Boca, el arquero solo pudo festejar un título local y una Copa Argentina…

Enceguecido contra Angelici, el 10 más trascendente de la historia de Boca señaló: “A nosotros, los hinchas de Boca, nos prometieron que nos iban a llevar otra vez a Japón, y resulta que el que va a ir a Japón es River”. Cierto: Angelici invitó a los hinchas a renovar sus pasaportes para retornar a Oriente para disputar el Mundial de Clubes. Lo que no dice, o no recuerda Román, es que Boca jugó tres ediciones de la Libertadores durante el ciclo de Angelici, y que la camiseta 10 en dos de esas tres Libertadores la usó Riquelme, con el agravante que en las horas previas a la final de 2012 comunicó que dejaría la institución, detonando una innecesaria bomba anímica en el seno del plantel que perdería ese choque decisivo con Corinthians. Dos de las tres Libertadores con Angelici disputó Román, que parece no sentir responsabilidad por el frustrado viaje de Boca a Japón.

“Yo nunca jugué políticamente”, se vanaglorió Román. Pero luego sostuvo: “Si Boca vuelve a ser un club de fútbol, vamos a festejar seguido” y “Si en su momento yo hubiese apoyado a Ameal, Angelici no hubiera ganado”. Muy burdo, Román. Impropio del Riquelme de otros tiempos. Tiene todo el derecho de tomar partido y de expresarlo abiertamente. Pero actúa muy mal el papel del ingenuo pollito mojado que no desea influir en el destino y en el pensamiento de nadie. Esta vez, al titiritero se le vieron todos los hilos…