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Hoy te convertís en héroe #5: Jorge Gáspari vs. Rosario Central

El 29 de octubre de 1978, el volante de Quilmes hizo el gol que le valió el único campeonato en Primera a la entidad cervecera.

Por Redacción EG ·

18 de agosto de 2015
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Quilmes nunca había sido campeón del fútbol profesional de Argentina y aquella tarde de 1978 podía quedarse con el Campeonato Metropolitano. El equipo cervecero, dirigido por José Yudica, tenía una parada brava: enfrentar a Rosario Central en el Gigante de Arroyito. Para colmo, su rival en el mano a mano era el Boca de Juan Carlos Lorenzo, equipo que, distraído por la disputa de la Copa Libertadores, había resignado su ventaja de cinco puntos y enfrentaba a Newell’s con la obligación de ganar y esperar que no lo hiciera Quilmes. Unos 15.000 hinchas viajaron desde el sur del Gran Buenos Aires para alentar a aquel esforzado plantel que tenía figuras de la talla de Milozzi, Fanesi, el Indio Gómez y Andreuchi, quien finalizaría como goleador del certamen junto a un tal Diego Maradona, ambos con 21 conquistas. Como se preveía, el partido tuvo un desarrollo durísimo, al punto que Central iba ganando por 2-1 al inicio de la segunda etapa. En la Bombonera, Boca superaba a Newell’s por 1-0, por lo que a Quilmes no le quedaba otra que remontar y ganar. Andreuchi, de penal, puso el 2-2. Y cuando los nervios iniciaban su tarea de erosión, se adueñó de la escena nuestro héroe, Jorge Gáspari. Un volante derecho proveniente de Quilmes de Mar del Plata que, como si estuviera predestinado, despachó un cañonazo de zurda que perforó el arco canalla defendido por Ferrero y permitió la máxima conquista del glorioso Quilmes Atlético Club. Fue el broche para una inolvidable campaña de 40 partidos, con 22 triunfos, 10 empates y 8 derrotas, para totalizar 54 puntos (uno más que Boca). Ese gol lo metió en la historia grande del fútbol argentino y también lo catapultó a la Selección de Menotti, ya que integró el plantel que afrontó la Copa América 1979. Tan fuerte fue el impacto de ese gol, que Gáspari se quedó a vivir en la ciudad quilmeña para siempre.

Nota publicada en la edición de junio de 2015 de El Gráfico