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River sigue de fiesta: goleó al Gamba Osaka y ganó la Suruga Bank

Derrotó 3-0 al Gamba Osaka, en Japón, y se quedó con el trofeo que enfrenta al ganador de la Sudamericana con el campeón de la liga nipona. Carlos Sánchez de penal, Mercado y Piti Martínez, los goleadores del equipo de Gallardo.

Por Redacción EG ·

11 de agosto de 2015
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El paso arrollador de River en el plano internacional no se detiene. A menos de una semana de haber conquistado la Copa Libertadores, el equipo del Muñeco Gallardo viajó a Japón, derrotó 3-0 al Gamba Osaka y levantó la Suruga Bank, el inverosímil enfrentamiento entre el ganador de la Copa Sudamericana y el campeón de la liga nipona.

Las abismales diferencias tácticas, físicas y de jerarquía individual quedaron claras desde el primer instante. Sin forzar la máquina, River fue el dominador absoluto de las acciones y ya ganaba desde los 5 minutos, cuando el uruguayo Carlos Sánchez –gran figura– transformó en gol el penal que le cometieron a Bertolo.

Ante un rival de ingenuos movimientos tácticos y escasa consistencia colectiva, River hizo valer los atributos que lo posicionaron en lo más alto del fútbol sudamericano. Presionó, marcó diferencias por los costados y jaqueó a su desorientado rival, que jamás encontró antídotos para semejante supremacía.

Un cabezazo de Mercado, tras córner ejecutado por Sánchez, estableció el 2-0 a los 30 minutos, luego de que River soportara el único sofocón de la primera etapa, un error de cálculo de Barovero tras un pelotazo largo, que el propio arquero enmendó cuando parecía que el grandote Patric iba a convertir un empate que jamás llegó.

La absurda seguidilla de cambios –se permitían seis por equipo– no erosionó la superioridad de River, que antes del cuarto de hora del complemento festejó el tercero mediante una acción individual de Piti Martínez, definida con un remate combado que se coló en un ángulo del desolado arquero japonés.

Los japoneses apenas arrimaron un poco de peligro en los últimos veinte minutos, cuando el calor y el cambio de horario le pasaron factura al físico de los jugadores de River. Rudimentarios como son, los locales se las ingeniaron para encadenar un puñado de llegadas venenosas, en su mayoría abortadas por las sobrias intervenciones de Barovero.

Con su victoria ante el Gamba Osaka, River se adjudicó el trofeo que solo ostenta otro equipo argentino, Arsenal, vencedor de la Suruga Bank en 2008. Además, la excursión por tierras niponas les sirvió a los millonarios como aperitivo de lo que será el viaje de diciembre, cuando regrese para disputar el Mundial de Clubes. Un panorama celestial en el plano internacional, una deuda que River tenía con su historia y que en los últimos doce meses ha comenzado a saldar con creces.