TMA: Todo menos Argentina

La argentinidad al palo (y al banco)

Similitudes y diferencias entre los cuatro entrenadores argentinos semifinalistas de la Copa América. Un Pelado, un Zurdo, un Tigre y un Tata, todos mayores de 50 años y con muchas historias en común.

Por Diego Borinsky ·

28 de junio de 2015
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Fabio Juppa, colega brasileño, escribió hace unos días un mail solicitando datos: “Estoy haciendo una nota sobre los técnicos argentinos, ¿me podrías ayudar a contactar gente que los prepare? ¿Dónde se estudia? ¿Quiénes le dan clases?”. Aunque los mails no tienen tono ni sonido, se percibía cierta desesperación y bronca a la vez en el mensaje. Podría sorprender si no se tratara de un periodista que vive en el país pentacampeón del mundo en fútbol, pero indudablemente están tocados en la autoestima (aún antes de su eliminación frente a Paraguay de un DT argentino) y buscan respuestas en lo que hoy es el boom de la Copa: el gran rendimiento de los entrenadores nacidos en nuestra tierra.

“La calle más larga, el río más ancho, las minas más lindas del mundo. El dulce de leche, el gran colectivo, alpargatas, soda y alfajores…” y al tema referencial de la Bersuit ahora le podríamos sumar: “… los directores técnicos”.

De partida, los argentinos coparon el 50 % de los equipos, 6 de 12. Apenas uno quedó trabado en el primer filtro (Gustavo Quinteros, de Ecuador), otro se bajó en cuartos de final (Pekerman, de Colombia) y quedaron para disputarse los primeros cuatro lugares del podio todos argentos. Es decir: se consagre o no el equipo del Tata Martino, un DT argentino estará en lo más alto del podio. Hay cero chances de perder esa apuesta.

Curiosidad del destino, de los 4 entrenadores semifinalistas sólo 1 había disputado como futbolista la Copa América: Ricardo Gareca, quien participó en la edición de 1983, en la que le convirtió un gol a Brasil que aniquiló una racha de 13 años sin que Argentina venciera a su clásico rival. Pero fue debut y despedida.

Por su parte, ni Gerardo Martino ni Ramón Díaz, futbolistas de reconocida jerarquía y de trayectorias extensas, jamás tuvieron esa oportunidad. Martino después sí participaría pero ya como entrenador, conduciendo los destinos de Paraguay en Venezuela 2007 y Argentina 2011. Y por último falta mencionar al DT de Chile, Jorge Sampaoli, que no tuvo ese privilegio de jugar una Copa América porque su carrera se cortó abruptamente en la Cuarta división de Newell’s Old Boys por una fractura de tibia y peroné.

Otra curiosidad es que las trayectorias de Sampaoli y Gareca, rivales en la primera semifinal con pica histórica, están vinculados a Perú. El Zurdo (apodo que obviamente se ganó por pegarle con la izquierda) arrancó en Alumni de Casilda, su ciudad de origen, luego pasó a Argentino de Rosario y Renato Cesarini pero recién pudo dejar su empleo en el Registro Civil cuando lo convocaron de Juan Aurich, equipo de Chiclayo, en el norte de Perú, para que lo salvara del descenso. Fue el puntapié inicial, y luego se consolidó dirigiendo a otros equipos incaicos: Sport Boys, Coronel Bolognesi y Sporting Cristal).

Ricardo Gareca, por su parte, tras un comienzo como entrenador con algún éxito aislado en Talleres de Córdoba pero básicamente tambaleante con resultados esquivos (Independiente, Colón, Quilmes, Argentinos, América de Cali) relanzó su carrera en la temporada 2007/08, cuando salió campeón con Universitario de Perú. Ese logro le valió ser considerado por Vélez, donde vivió los mejores años de su carrera como DT.

Paradójicamente, el Tata Martino, que forjó su prestigio como DT en Paraguay, consagrándose con Libertad y Cerro Porteño para luego conseguir en el Mundial 2010 superar la barrera de los octavos de final con la Albirroja, infranqueable hasta ese momento, ahora tendrá que enfrentarla. Y Ramón Díaz, que más de una vez apareció entre los nombres de posibles candidatos a dirigir a la Celeste y Blanca, podrá demostrar si aquellos que tomaron las decisiones se equivocaron en su momento. Una linda chance de revancha.

Sampaoli tiene puntos de contacto con Martino y con Ramón. Con el Tata, la devoción e influencia ideológica del Loco Bielsa. Con Ramón, que ambos son Pelados (uno de verdad, otro de apodo), zurdos para patear, con la misma edad e hinchas de River.

Un Zurdo, un Tigre, un Pelado y un Tata. Todos con un camino amplio recorrido en la profesión y con edades similares: Martino (52), Ramón y Sampaoli (55 ambos), Gareca (57). Representando, por otro lado, a todo el país: dos santafesinos (Martino de Rosario, Sampaoli de Casilda), un riojano (je) y otro nacido en el conurbano bonaerense (Gareca).
Argentina hace escuela y nos miran con admiración (al menos en algo). Tiene su lógica: en un país con 40 millones de directores técnicos, que 4 llegaran a las semifinales de una Copa América no es nada de otro mundo.