Zamorano y Abreu anticipan el Chile-Uruguay de esta noche

Se puso picante el cierre, entre sonrisas y saludos de caballeros, que al fin de cuenta eso son Iván Zamorano y Sebastián Abreu, Bam Bam y el Loco, la Roja y la Celeste, victoria o eliminación.
-Y bueno, a disfrutar del partido de mañana. En un punto es lindo este sufrimiento, y espero que terminemos con una sonrisa –arrancó Abreu ante el pedido de los conductores de una reflexión final.
-Mejor reíte ahora que mañana va a ser tarde –metió el bocadillo Bam Bam, y jamás supo que en ese preciso instante (Giunta dixit) acababa de embarrarla.
-En 2011 me dijeron lo mismo y al final me terminé riendo dos partidos más –contragolpeó rápido El Loco, velocísimo de reflejos aunque el físico no lo ayude. Se refiere, justamente, al último cruce de Copa América entre Uruguay y el local (en aquella ocasión Argentina), también por cuartos de final y que encontró victoriosa a la Celeste, que él integraba, por penales. Luego tuvo dos partidos más y fue campeón.

Esa vieja costumbre de Uruguay de ser desagradecido con el dueño de casa: en 1987 y 2011 despachó a Argentina en semifinales y cuartos respectivamente; en 1999 a Paraguay y en 2007 a Venezuela (a ambos en cuartos). ¿Se tentará con hacerlo otra vez?

Abreu y Zamorano compartieron ayer a la noche la previa del duelo que tiene en vilo a Chile y marca el inicio de los cruces eliminatorios. Lo hicieron en “Más que Fútbol”, el programa de DirecTV que conducen Juan Pablo Varsky, Matías Martín y Daniel Arcucci. “De la A a la Z”, tal y como lo anunció Varsky con su habitual ingenio, para durante una hora analizar virtudes y defectos de propios y adversarios, para reírse y ponerse serios, entusiasmarrse, y cargarse un poquito al final, pero siempre con madurez y mucho respeto.

“Será claramente un choque de estilos. Chile irá por abajo, triangulando, sumando mucha gente en el ataque, con vértigo y técnica, y Uruguay no traicionará tampoco su estilo: esperará en bloque, cerrará espacios, hará algún foul táctico, apostará al error del rival y al juego aéreo. Tratará de aprovechar cualquier falta pasando la mitad de la cancha para ponerla en el área y generarle dudas a Chile”, explicó con claridad de conceptos el Loco, que a los 38 años debe reincorporarse en breve a Nacional de Uruguay, tras su paso a préstamo por Aucas de Ecuador. Cuando decida retirarse, se cae de recontra maduro, será un entrenador para prestarle muchísima atención por las ideas que tiene y por cómo las expresa.
“Mañana Chile jugará al fútbol, no tengo dudas de eso –vaticina Zamorano, quien se ha retirado en 2003 y aunque aún no ha incursionado en la dirección técnica piensa hacerlo en no mucho tiempo-, lo que sí pienso es que Sampaoli nos va a dar una sorpresa. Con el planteo y con el once titular, es un clásico del técnico en este tipo de partidos”.

¿Uruguay hará sentir el peso de sus 15 conquistas en América? ¿De haber eliminado con tanta frecuencia al local? ¿De ser el campeón vigente? ¿A Chile le pesará no haber ganado jamás la Copa? ¿Influirá en el ánimo no salir vencedor de un duelo “mata mata” en Copa América desde 1999 y en Mundial desde 1962? ¿No derrotar a Uruguay desde 1983 por Copa América?
“La historia no cuenta –pone primera Abreu-, sí el presente, y este Uruguay tiene una base que viene de salir campeón en 2011 y supo lidiar con este tipo de dificultades. Chile tiene la obligación, habrá que ver si le juega en contra o a favor”.
“La historia también está para cambiarla –le busca el lado positivo Zamorano-, ya nadie gana hoy con la camiseta. Es un gran desafío para los muchachos, transformar esa presión en fortaleza, además en el equipo hay muchos jugadores que se destacan en los grandes equipos de Europa y están acostumbrados a la presión”.

La hora de programa al final se ha ido volando. Vieron goles de ambos a la selección opuesta, describieron cómo son las charlas técnicas de Tabárez y Sampaoli (uno por conocerlo de adentro; el otro por lo que le cuentan jugadores del plantel) y también poco menos que hacen “una convención del cabezazo”, virtudes salientes de los dos, aunque Zamorano aseguró que tenía las variantes de primer y segundo palo, y al Loco, más terrenal, no le daba para tanto: “Lo mío era un solo plato, siempre al segundo palo. El holandés Leo Beenhakker me pedía que anticipara al primero y le dije: ‘Mire, Don Leo, cuando fue la reunión con el primer palo tenía gripe y falté’”, y todos explotaron de risa.

La risa que Zamorano advirtió que será de despedida y Abreu prometió que durará dos partidos más.