Maradona y El Gráfico

EL MEJOR GOL DE MARADONA, NO FUE A LOS INGLESES

El Diego tiene otro favorito. Es menos famoso, pero parecido en su fisonomía. Fue en 1980 jugando un amistoso para Argentinos Jrs. vs. Deportivo Pereira. Durante 33 años, nadie había visto la filmación.

Por Redacción EG ·

25 de noviembre de 2020

 

Gol a Deportivo Pereira (Gentileza Maradona inédito)
 

 

Cuenta Maradona que una de las espinas que nunca se sacó fue no haber estado en el Mundial 78. Eran épocas de brillantes enganches argentinos y Menotti no apostó por el jovencito de Argentinos Juniors. Eligió hombres de más experiencia y le recomendó a Diego que no bajara los brazos porque tendría muchos más Mundiales a lo largo de su carrera.

Tuvo razón y un año después lo convocó para el Mundial Sub-20 de Japón. El 10 fue la figura y sorprendió al mundo con su velocidad, potencia y todas las cualidades que luego desarrolló. Conquistó el Balón de Oro, hizo seis goles y colaboró para que Argentina ganara todos los partidos. Elogiarlo más de treinta años después sería extemporáneo, pero contextualiza su temprano protagonismo en el fútbol mundial.

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Algo distinto tenía y sus imágenes circulaban, pese a que las telecomunicaciones no eran las actuales. Desde septiembre hasta ese fin de año, Argentinos se convirtió en sensación por tener al jugador de moda. Para el verano arregló una pretemporada por todo el continente desde Bolivia hasta México. Fueron casi veinte partidos y cobró 40 mil dólares en cada uno, lo cual no era habitual para esa época.

El 19 de febrero, el suelo colombiano celebró la presencia del astro. Poco importaba que tuviera veinte años y aún no había ganado ningún título ni jugado un Mundial. La llegada a la modesta ciudad de Pereira causó revuelo. Desde el club pidieron que la gente fuera al estadio y el diario local, La Tarde, le dedicó una cobertura poco común. Tres tapas consecutivas en los días previos, artículos de cuatro columnas, fotos y un seguimiento casi minuto a minuto. Otros medios grandes de Colombia como El Espectador y El Tiempo también se movilizaron tras sus huellas.

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Como a todo héroe, los medios le crearon su antagonista. Benjamín Cardona jugaba en Deportivo Pereira y se distinguía en un equipo de mediano poderío a nivel local. Le pegaba fuerte y era habilidoso. La trayectoria de Mincho tuvo su clímax ese mismo año, varios meses después, cuando disputó los Juegos Olímpicos de Moscú representando a la selección cafetera. Estuvo a la altura de Maradona sola en esa semana de 1980 actuando para la forzada disputa que habían instalado los diarios.

El amistoso fue un partidazo. Terminó cuatro a cuatro y el estadio Hernán Ramiro Villegas lució completo con sus 25 mil espectadores. Coinciden todos en que lo mejor ocurrió a los 25 del segundo tiempo cuando Maradona tomó la pelota en mitad de cancha. Como si estuviera adelantándose al tiempo por seis años e imaginando la voz del relator presentándolo con el “arranca el genio del fútbol mundial”, encaró y anotó un golazo. Para él, fue mejor del que luego le hizo a los ingleses. Hasta fue más rápido: en vez de 10,6 segundos, tardó 8,17.

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Recibió de espaldas y con un giro rápido dejó en el piso a Farid Perchi, quien se barrió e hizo trastabillar al 10. No se detuvo y continuó con la carrera. Perchi le salió otra vez de frente, pero su insistencia fue en vano. Entre él y otro marcador, se escabulló el pibe de 20 años, quien también tuvo tiempo para amagar a Alberto Contreras y a Henry Viáfara. Todo en carrera hacia adelante. Ya adentro del área, le salió el arquero Roberto Vasco, quien al mejor estilo Peter Shilton quedó en cuatro patas y sin la pelota. En la línea apareció el último defensor, pero la actitud heroica del Mono Muñoz por evitarlo fue demasiado quijotesca para las dimensiones del arco. Como siempre con la zurda, Maradona definió arriba y puso el parcial 3-3 entre el Bicho y Pereira. Los locales finalmente se impondrían por penales.

Siete días después, El Gráfico publicó una secuencia de nueve fotos tomadas por reporteros colombianos. Durante mucho tiempo fue la aproximación más cercana a ese gol. “Es la locura. Aplauden todos. Maradona sale corriendo. Hasta tira besos ofrendando el segundo de sus tres goles”, dice el epígrafe. Al tratarse de un amistoso, muchos creyeron que el gol quedaría en el olvido.

Durante años, los únicos testigos fueron los presenciales. En una entrevista, Maradona lo mencionó como el mejor gol de su carrera. Además, contó que ese día estaba lesionado en el dedo gordo, pero que jugó porque sino sus compañeros no cobraban. Aquel momento de Pereira cobró la fama y 33 años después, apareció una filmación del gol. La tenía guardada Carlos Marín, un camarógrafo que seguía diferentes equipos colombianos y tenía un archivo inmenso. En ese desorden de los VHS, no fue consciente que guardaba una joyita, incluso valorada por el propio autor. En 2013, el periodista colombiano Gustavo Sanín, quien había conseguido la cinta de Marín, supo que el canal Win Sport lo buscaba y lo publicó. Así fue como terminó la leyenda del gol perdido y nació la historia del mejor gol de Diego Armando Maradona.

 



Por Pedro Molina 

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