Primera División

El nuevo código penal

Hay más partidos y más infracciones adentro del área cada fin de semana. Algunos se victimizan, otros justifican derrotas y todos piden. Los referís, pilotos de tormenta.

Por Redacción EG ·

16 de marzo de 2015
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Todas las fechas del torneo de 30 equipos tienen más minutos por una cuestión de matemática pura. Se pasó de jugar 900 a 1350. Hay más goles, más tarjetas, más polémicas y más penales. Antes de que se cierre la quinta jornada ya se cobraron siete en 12 y todos terminaron en gol.

El caso que más tela dejó para cortar fue lo que sucedió en Quilmes-Vélez. Pablo Díaz se mostró muy riguroso y cobró dos: uno por lado. El primero, un agarrón de la camiseta de Uglessich a Pavone. Si bien no es el primero de esa estirpe que se cobra en el torneo (Furios al Cata Díaz, Galeano a Carrillo), pareció haber quedado “en deuda”. Sobre el final, sancionó una falta inexistente de Pellerano a Ramírez, que Tito cambió por gol. Ganó Quilmes y Vélez, con razón, apuntó hacia el juez. Caraglio, autor del tanto fortinero, dijo: “Sabíamos que ante cualquier error, el árbitro iba a cobrar cualquier cosa”.

La nueva recomendación AFA es un arma de doble filo. Los agarrones están tan naturalizados que siempre provocarán reclamos cuando se penalicen. El desafío para los jueces es abolir esa costumbre a riesgo de sentirse inseguro al momento de cobrarlo. Hernán Pellerano, supuesto infractor, fue claro: “Para compensar, que no nos cobren el primer penal a nosotros”.

Los jugadores de Huracán también se sintieron perjudicados en el clásico vs. San Lorenzo. En el primer tiempo, reclamaron una falta de Torrico a Ramón Ábila y luego, Saúl Laverni sancionó una infracción adentro del área al Pipi Romagnoli. Si bien fueron dos jugadas totalmente diferentes, ambas entran en el terreno de la interpretación tratándose de faltas menores. ¿Por qué el primero no y el segundo sí? Según Ábila, porque “el criterio de él es que tiene que ganar el local”. Néstor Apuzzo, que en la semana había generado polémica con sus declaraciones, también disparó dardos contundentes: “Nos metieron la mano en el bolsillo”.

“No puede cobrar el penal ese”, repitió una y otra vez Javier López, el entrenador de Colón cuando Luis Alvarez a los 31 del primer tiempo vio la mano de Lucas Landa. El paraguayo Romero puso el 2-0 parcial para Racing. No había necesidad en el defensor sabalero, quien la podría haber cabeceado, pero el movimiento ya estaba hecho y la mano en un lugar donde “lo casual” ya deja de serlo. El holgado final no dejó lugar a las sospechas.

En Santa Fe Independiente se puso uno a cero en ventaja pero a la jugada siguiente, Nicolás Tagliafico derribó a Triverio adentro del área. Lo tocó atrás en la rodilla y desde los doce pasos Malcorra no falló. Ese fue el resultado definitivo y el lateral ex Banfield quedó apuntado, sobre todo porque desde su llegada a Avellaneda ya es el segundo que comete en apenas 5 partidos. Terminado el encuentro, fue duro: “No es penal, pero parece que me voy a tener que cuidar porque al único que le cobran esas faltas es a mí”, dijo.

Su compañero de línea de fondo, Emanuel Aguilera, también protagonizó una jugada polémica. Lo agarró a Triverio adentro del área, pero lo soltó rápido y el 7 tatengue cayó cínicamente. Vigliano, quien minutos antes había cobrado uno, entendió que éste no era. Ante jugadas tan finitas, el criterio es lo que realmente define. El Ruso Rodríguez, arquero rojo, también pidió una falta menor a Albertengo: “Parece que Lucas tiene que salir en muletas para que le cobren un penal”.

Marcos Cáceres cabeceó y golpeó la pelota en la mano casi en un mismo movimiento. El paraguayo no atinó a reclamarle a Silvio Trucco al ver su imprudencia, pero desde el banco de suplente de Newell´s con el Tolo Gallego a la cabeza, estaban furiosos. Sarmiento descontó mediante Gervasio Nuñez y nadie pudo decir demasiado ya que terminó con triunfo leproso. Algo similar sucedió en Tigre-Atlético Rafaela. Echenique cobró acertadamente la falta de Arzura sobre Pussetto y Eluchans lo cambió por gol, aunque eso no le impidió al local llevarse los tres puntos.

El séptimo penal fue a favor de Estudiantes y sancionado por Loustau. La falta de Garré adentro del área fue clarísima y no dio lugar a suspicacias. No obstante, en el entretiempo Rinaldi y Ojeda, jugadores de Argentinos, encararon al árbitro en reclamo de una supuesta infracción de Desábato. “Otra camiseta y te juego que es penal”, le apostó sin sustento el arquero.

La susceptibilidad de los protagonistas pone bajo la lupa constantemente a los árbitros, quienes en algunos casos, no colaboran para bajar los niveles de alteración. La victimización y la espera de compensación en los infractores también crecieron, como los minutos de juego, las tarjetas, los goles y los equipos en Primera.