Fútbol Internacional

ADO Den Haag, la oveja negra de la diplomacia

El equipo de La Haya, ciudad consagrada a la paz y la justicia, se caracteriza por el hooliganismo de sus hinchas. La historia de un club, sinónimo de violencia, que es un oxímoron en sí mismo.

Por Redacción EG ·

11 de marzo de 2015
Imagen Mural del escudo del equipo, en las periferias del moderno estadio financiado por Kyocera.
Mural del escudo del equipo, en las periferias del moderno estadio financiado por Kyocera.
La Haya es la ciudad holandesa sobre la que recae la sede de gobierno de los Países Bajos. Es centro de embajadas extranjeras y ministerios gubernamentales, trono del Rey Guillermo Alejandro y congreso de las principales organizaciones mundiales como la Corte Internacional de Justicia y la Europol. Entre tanto señorío, sólo se respira tranquilidad y diplomacia en ese paisaje que mecha edificios públicos modernos con caserones decimonónicos tradicionales, pero la paz se quiebra abruptamente cuando se alza la voz del único insurrecto que jamás pudieron callar: la del ADO Den Haag, el popular equipo de la ciudad que vive a la sombra de la violencia y el hooliganismo.

El club, bajo el nombre de FC Den Haag, nació el 1 de febrero de 1905 como una necesidad de profundizar el nacionalismo holandés, es por esto que aunque principalmente optó por los colores rojo, verde y blanco, en 1971 adoptó el verde y el amarillo de la bandera de La Haya. Al mismo tiempo, la cigüeña característica de la ciudad se inmortalizó en el escudo de la institución. Sin embargo, los primeros años fueron esquivos porque la inclinación de los holandeses hacia el cricket dejaba al fútbol en un segundo plano.

La intervención del concejal de Deportes Pieter Droogleever Fortuyn fue vital para el crecimiento del ADO cuando en 1925 donó los terrenos sobre los que se edificó el primer estadio del club, denominado Zuiderpark. No fue el único aporte de ésta naturaleza de Fortuyn, ya que durante los años en los que ejerció la intendencia de Rotterdam construyó el Estadio De Kuip, hogar del Feyenoord hasta el presente.  

El ADO creció con la localía y conquistó los títulos de liga de 1942 y 1943. No obstante, el fútbol holandés seguía siendo amateur, por lo que durante la década del cuarenta muchos jugadores buscaron la salida hacia el profesionalismo, y el gran favorecido con el éxodo fue el campeonato francés. En 1954, con Toon Martens, el presidente del ADO, como uno de los principales promotores, la liga holandesa se profesionalizó y pasó a ser conocida como Eredivisie.

Durante la década del sesenta, el desembarco del entrenador austríaco Ernst Happel provocó un profundo cambio de mentalidad en el ADO, que se convirtió en un emblema de la ciudad.

El periodo de Happel coincidió con el proyecto del gobierno de La Haya de impulsar la fusión del FC Den Haag y el Holland Sports. El objetivo principal era hacer de los dos un equipo a la altura de los poderosos Feyenoord, Ajax y PSV, aunque la medida, promovida en 1971, también escondía el deseo de juntar dos aficiones totalmente antagónicas para dar una mejor imagen al mundo, ya que mientras la del Holland Sports era una hinchada totalmente pacifista, el sector norte de la parcialidad del ADO era un grupo famoso por la violencia, los cantos racistas y la adhesión al hooliganismo y a los movimientos neonazis. La fusión, finalmente, prosperó en partes, ya que la alianza que recibió el nombre de ADO Den Haag aún permanece en pie pero los resultados deportivos nunca cumplieron las expectativas, mientras que el club sigue siendo noticia por la violencia, ahora agravada por las amistades con los ultras de la Juventus y el Legia Varsovia polaco.

Imagen Como sucedió en Argentina, a los hooligans les aplicaron el derecho de admisión y los hinchas dejaron el hueco en las tribunas.
Como sucedió en Argentina, a los hooligans les aplicaron el derecho de admisión y los hinchas dejaron el hueco en las tribunas.
El equipo fusionado atravesó épocas de crisis, aunque ganó la Copa KNVD en 1975. En los ochenta estuvo a punto de desaparecer y descendió, aunque volvió a la Eredivisie e inmerso en un profundo coma finaciero perdió la categoría en 1992.

El ADO permaneció once años en la Eerste Divisie (Segunda División de Holanda) hasta su regreso en 2003, y sus seguidores, que habían destrozado el estadio tras el descenso de 1982, se hicieron populares por el apoyo a su equipo, especialmente en el último cuarto de hora de los partidos en los que impulsan a los futbolistas con cantos multitudinarios y estruendosas bengalas. En el 2007, año en el que volvió a descender con un joven Elijero Elia en sus filas, el ADO construyó un estadio financiado por la empresa electrónica Kyocera consagrado a la seguridad de los espectadores. Es el recinto más protegido de Europa y cumple con las reglas anti-hoolganismo exigidas por la FIFA y la UEFA en sus estatutos.

En 2008 el ADO regresó a la Eredivisie y allí se mantiene hasta ahora. Las campañas del equipo siguen siendo mediocres y a sus hinchas poco les importa la seguridad del estadio. En cada partido siguen escuchándose cánticos racistas y se siguen ondeando banderas políticas de ultraderecha. El gobierno ya no intenta fusiones inútiles para frenar el desarrollo del club, apenas se limita a observar con resignación la imagen terrenal que los fervientes partidarios del ADO Den Haag siembran por Europa. Ni el poder más supremo pudo con la pasión desmedida del club más polémico y contracultural de los Países Bajos.

Por Matías Rodríguez