Análisis

El fenómeno de los técnicos argentinos en las selecciones del mundo

Cúper dirigirá a Egipto; Gareca, a Perú. En Sudamérica, ya son 6 los entrenadores nacionales sobre 10 equipos. Además, los casos de Guinea Ecuatorial y Guatemala.

Por Redacción EG ·

02 de marzo de 2015
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Héctor Cúper se destacó en Huracán y Lanús e hizo carrera en Europa. Dirigió al Mallorca, al Valencia, al Parma, al Inter, al Betis, al Racing de Santander, a la selección de Georgia y ahora desembarcó en Egipto para conducir al combinado de ese país, que es, por otro lado, uno de los más poderosos del continente europeo. Sin embargo, el caso de Cúper, lejos de ser el primero, es el último de una numerosa lista de antecedentes.

Imagen Pekerman dirigió el Mundial con Colombia y puso a la selección cafetera al nivel de los mejores.
Pekerman dirigió el Mundial con Colombia y puso a la selección cafetera al nivel de los mejores.
A modo de repaso, de las diez selecciones de Sudamérica que compiten en la CONMEBOL por un lugar en la Copa del Mundo de Rusia 2018, seis son conducidas por argentinos. José Néstor Pekerman dirige a Colombia, Jorge Sampaoli a Chile, Ramón Díaz a Paraguay, Gustavo Quinteros a Ecuador, Gerardo Martino a Argentina y Ricardo Gareca a Perú. Además, Iván Sopegno entrena a Guatemala y Esteban Becker a Guinea Ecuatorial, una humilde selección de la África subsahariana que alcanzó las semifinales de la Copa Africana de Naciones.

¿Cuál es el imán que impulsa a las federaciones a inclinarse por los técnicos argentinos por encima de, por ejemplo, los brasileños o los uruguayos? Según explican los contratantes, los entrenadores criollos se destacan por la formación y por sus conocimientos para explicar el fútbol más allá del juego en sí. Muchos técnicos, entonces, son, a su vez, considerados profesores o maestros. Por eso no es casualidad que en la mayoría de los casos los que busquen un DT argentino sean países en fase de desarrollo de su cultura futbolística; es allí, en esa tierra fértil, donde los técnicos pueden sembrar el progreso y cosechar los resultados en el futuro, al margen de que inmediatamente no se vean los frutos.

Imagen EXPERIENCIA. Cúper dirigirá a la selcción de Egipto. Entrenó en Europa y también al combinado de Georgia.
EXPERIENCIA. Cúper dirigirá a la selcción de Egipto. Entrenó en Europa y también al combinado de Georgia.
Un caso paradigmático de esta praxis lo protagonizó José Omar Pastoriza en Venezuela. El Pato fue entrenador de la Vinotinto entre 1998 y 2000, y si bien no logró clasificar al equipo al Mundial de Corea-Japón 2002, si sentó las bases de un progreso que hoy equilibró el fútbol venezolano con el de los restantes países del continente, e incluso lo situó por encima de otras naciones como Perú y Bolivia, dos antiguos ilustres que ahora atraviesan horas bajas. Un trabajo similar fue el que llevó a cabo Carlos Salvador Bilardo en Colombia, a comienzos de los ochenta, a donde condujo a la selección cafetera que no clasificó a la Copa del Mundo de España 1982. Sin embargo, inyectó una ideología y un piso de profesionalismo que resultó clave para el futuro. Con otro estilo y otros recursos, Pekerman en los últimos años fue el encargado de finalizar esa tarea de Bilardo, que fue reconocida, entre otros, por Francisco Maturana. Marcelo Bielsa, por su parte, también hizo su recorrido en Chile y le abrió las puertas a Claudio Borghi primero y Jorge Sampaoli después.

 El profesionalismo, el conocimiento, los avales de un fútbol que, a pesar de todo, sigue estando entre los más poderosos del mundo. Todo ello seduce a las federaciones del mundo para contratar técnico argentinos.