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San Lorenzo le ganó con lo justo al Auckland City y ya piensa en el Real Madrid

Ganó 2-1 por las semifinales del Mundial de Clubes ante un débil equipo de Nueva Zelanda. Barrientos anotó el primero mientras que Mauro Matos en el alargue, nuevamente fue el autor del gol del triunfo. El sábado, vs. Real Madrid.

Por Redacción EG ·

17 de diciembre de 2014
Imagen DESAHOGO de los jugadores al terminar el partido. Lo mejor de San Lorenzo se vio en las tribunas, donde una multitud no paró de alentar durante todo el partido. (AFP)
DESAHOGO de los jugadores al terminar el partido. Lo mejor de San Lorenzo se vio en las tribunas, donde una multitud no paró de alentar durante todo el partido. (AFP)
No hay demasiado misterio para explicar el partido de San Lorenzo. Con mirar alguna de las 19 fechas del Torneo Transición alcanza para entender por qué sufrió contra el desconocido Auckland City de Nueva Zelanda. Lo único que se modifica es que la excusa ya no puede ser que tiene la cabeza puesta en el Mundial de Clubes.

Sorprendió desde el primer minuto un equipo timorato y sin la disposición para arrollar a un rival con algunos jugadores de condición amateur. El precio fue caro y significó jugar el alargue, afectando la condición física en vistas a la gran final vs. Real Madrid. Bauza volvió a optar por el triple cinco con Kalinski-Ortigoza-Mercier, aunque no tuvieron su mejor tarde. Muy retrasados para recuperar, lentos a la hora de salir jugando y poco claros en las transiciones defensa-ataque, representan la problemática principal. Barrientos por un lado y Verón por el otro también colaboraron para la tibieza ofensiva.
La principal virtud de Auckand City durante los noventa minutos fue haber escondido sus limitaciones. Fue prolijo, esperó replegado y no hizo locuras cuando tuvo la pelota. De todas maneras, con el paso de los minutos el panorama se volvió más complicado y las grietas comenzaron a aparecer, al punto tal que su mejor jugador salió a los 90´ extenuado.

San Lorenzo en el primer tiempo apostó al juego aéreo. Una y otra vez insistió mediante la pelota parada y con la aparición sus cabeceadores. De juego asociado, poco y nada. Recién en el primer minuto de adición, Emanuel Más desbordó por izquierda y tiró un centro a la carrera que el Pitu Barrientos conectó desde la derecha. Gol y respiro para el entretiempo.

El partido estaba a merced azulgrana, que en ningún momento supo aprovechar la diferencia. Le dio demasiadas libertadores al conjunto neozelandés en el que emergió la figura de Emiliano Tade, un santiagueño que dejó Argentina porque quería viajar y terminó siendo futbolista. Desde la izquierda con perfil invertido fue lo mejor de su equipo. A los 21´, puso un pase entrelíneas que la defensa cuerva ni Torrico supieron cortar y dejó en frente al arco a su compañero español, Angel Berlanga. Sólo la tuvo que empujar –con poco ángulo- y puso el uno a uno.

El Auckand City tomó confianza ante la pasividad del rival y pudo anotar el segundo. Emiliano Tade quedó mano a mano con Torrico tras un contraataque pero la pelota le picó mal y desperdició una chance que seguramente hoy no lo dejará dormir. Minutos después, Martín Cauteruccio reventó el palo tras una buena jugada y recordó a los distraídos que San Lorenzo estaba con vida. Ya en el alargue y con el ingreso de Romagnoli y Matos, Bauza consiguió algo de lo que habían demostrado en la Libertadores. Fue el mismo Matos quien encontró un rebote adentro del área y fusiló al arquero con un zurdazo al ras del suelo.

Entre contracturas y cansancio, Auckland perdió fuerza en ataque y el tiempo se fue consumiendo. Tan sólo hubo un remate de Tim Payne que pegó en el poste derecho de Torrico y podría haber significado un nuevo baldazo de agua fría.

No es la mejor manera para llegar a la gran final, pero en Boedo se liberaron de un paso previo donde había mucho por perder y poco por ganar. Deberá hacer ajustes sobre todo para ganar peso ofensivo, aunque en los papeles, el partido con Real Madrid –afortunadamente para el azulgrana- no tendrá nada en común con este. Sonó la alarma y San Lorenzo zafó, aunque la verdadera prueba será el sábado.