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River y una noche histórica: eliminó a Boca y es finalista de la Sudamericana.

Fue 1-0 con gol de Pisculichi en el primer tiempo. A los dos minutos, Barovero le atajó un penal a Gigliotti. Cata Díaz fue expulsado sobre el final. Fue un partido electrizante y dramático, en un Monumental que vibró más que en los mejores recitales. Es la primera vez que River elimina a su clásico rival en un enfrentamiento directo por copas internacionales. El equipo de Gallardo jugará contra Atlético Nacional la semana próxima.

Por Redacción EG ·

27 de noviembre de 2014
Fue el primer Año Nuevo de la historia que se celebró un 27 de noviembre, a las 22.40. El epicentro fue Núñez, y la señal para el descontrol llegó cuando se escuchó sonar un silbato. Cuando Delfino por fin marcó el final del partido, a los 51 del segundo tiempo, el cielo se llenó de fuegos artificiales que se prolongaron por más de 20 minutos y el Monumental explotó con una emoción incontenible: River acababa de eliminar a Boca y transformarse en finalista de la Copa Sudamericana. Así, en ese orden.

Fue un 1-0 para el recuerdo, con momentos inolvidables y con varios héroes, después de esa cachetada recibida cuando iban tan solo 20 segundos de juego, y ese mismo silbato dejó helado a todo el estadio: penal de Rojas a Meli, protestas, baldazo de agua helada general.

Si Boca visitaba la cancha de River con el objetivo de hacer un gol, tenía la chance de lograrlo en la primera jugada del partido. Pidió la pelota Gigliotti, se paró dentro de la medialuna, y tras ser molestado por un láser verde, demoró la ejecución. Finalmente, llegó el remate, suave y con el pie abierto, para la volada genial de Barovero, palma de la mano abierta, penal atajado a lo Goycochea. Comenzaba a construirse la leyenda.

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En esos primeros minutos, Boca no terminó de acusar el golpe y River no lograba salir de la confusión ni hacerse dueño del partido. Pero a los 16 minutos, Vangioni recibió solo por la izquierda, pateó cruzado y Pisculichi, entrando sin marcas, definió con clase al palo derecho de Orion para el delirio generalizado y el festejo emocionante con Marcelo Gallardo, aún conmovido por la pérdida de su madre.

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La temprana lesión de Gago condicionó al equipo de Arruabarrena, ya que el volante siguió jugando en una pierna y con notorias dificultades físicas. Igualmente, Boca siguió teniendo sus chances: tras una pelota parada rechazada, Gigliotti recibió la pelota en el área, se acomodó y le pegó. La jugada, invalidada por fuera de juego (habilitaba Ponzio), terminó en el arco de River, pero Barovero, quien ya había visto al árbitro pitar, ni siquiera intervino. No fue un gol mal anulado. Fue una jugada mal anulada. Barovero volvió a ser clave con una doble tapada, y Gigliotti volvió a perderse una gran oportunidad, de palomita que se fue cerca del palo.

En el segundo tiempo, un revitalizado River comenzó a morder mucho más en todos los sectores y así, con un plan parecido al de la Bombonera, borró a Boca, que ya no volvió a pisar el área ni a inquietar al héroe de la primera parte. Creció Ponzio (un auténtico sobreviviente, ya que en ambos partidos mereció la roja), presionaron mejor Teo y Mora, hasta poner en dificultad a los centrales Díaz y Forlín, y las bandas también se hicieron propiedad de Vangioni-Rojas y Mercado-Sánchez. Desde allí, llegaron las mejores acciones, y un Boca que estaba nocaut, sin reacción y con tendencia al golpe, así y todo, seguía de pie.

Confundido, Arruabarrena sacó a Fuenzalida (que había reemplazado a Gago) y mandó a la cancha a Chávez, pero tampoco pudo inquietar. Calleri, casi ausente contra el gigante Pezzela, un impreciso Meli y un descontrolado Erbes hacían prácticamente imposible que Boca construyera una jugada. Pero los nervios igual seguían a flor de piel: sin haberlo liquidado, el riesgo por la eliminación estaba latente. Sin embargo, esta vez no hubo ningún golpe fortuito y River logró el merecido festejo que tanto lo atormentaba: eliminar a Boca y llegar a la final de la Copa. 

El equipo de Gallardo jugará contra Atlético Nacional el miércoles de la semana próxima, en Medellín. El campeonato todavía esta abierto, pero hoy a la gente lo único que le importa es festejar ese Año Nuevo, que llegó a las 22.40 de un 27 de noviembre. Y que no se olvidará nunca más. 
 
Imagen La edición especial de El Gráfico con todo el triunfo del River en la semi contra Boca.
La edición especial de El Gráfico con todo el triunfo del River en la semi contra Boca.