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Federer y la Davis, una propuesta tentadora

El suizo disputará la final después de haberse retirado del Masters de Londres. Atrás quedó el cortocircuito con su compañero Wawrinka y la mira de ambos está puesta en Francia.

Por Redacción EG ·

18 de noviembre de 2014
Imagen COMPAÑEROS durante varios años, una semana antes de la gran final se encendieron las alarmas en Suiza. Al final, el hecho quedó minimizado.
COMPAÑEROS durante varios años, una semana antes de la gran final se encendieron las alarmas en Suiza. Al final, el hecho quedó minimizado.
Roger Federer levantó cuatro match-points, lo llevó a la línea de fondo a Wawrinka y remató el partido en Londres con un toque sutil. Tuvo que transpirar y sufrir para llegar a la final del Masters de Londres. Al día siguiente, por un dolor en la espalda decidió dar el tercer WO de su carrera y Djokovic levantó el título sin jugar el partido decisivo. El terreno de las suspicacias da para hablar mucho más que sobre lo sucedido en el torneo que reunió a los ocho mejores tenistas del año.

El partido de semifinales que enfrentó a los suizos dejó una polémica especialmente atractiva para los medios amarillistas. Las traducciones e interpretaciones variaron en todas sus formas y contenidos, lo que llevó el episodio al terreno de la duda. Aparentemente, Mirka Vavrinec, la esposa de Federer, desde la tribuna molestó a Stanislas Wawrinka cuando este se predisponía a sacar. Fotógrafos atestiguan el hecho y un video grabó el momento en que se escucha el grito de “Bebé llora”. Molesto con el hecho, Wawrinkale reclamó al umpire Cedric Mourier, quien lo calmó diciendo que no era momento. La edición francesa del portal 20 Minutos levantó las declaraciones del juez de silla confirmando el altercado.

Las versiones vuelven a cruzarse y mientras algunos hablan de una fuerte discusión en el gimnasio, otros afirman que se encerraron durante diez minutos en una habitación y dialogaron en duros términos para pulir asperezas. Federer no fue a la conferencia de prensa y a Wawrinka se lo notó molesto, aunque claro está, suena lógico después de perder un partido en el que estuvo tan cerca.

Entre idas y vueltas el plato estaba servido para un escándalo. Las comparaciones retrocedieron hasta 1981 cuando Vilas y Clerc jugaron la final en Cincinnati sin hablarse. Perdieron. Más cercanos en el tiempo, los flashbacks rememoraron las disputas entre Gaudio y Coria y la última herida sin cerrar con Del Potro y Nalbandian en 2012 cuando Argentina fue local en Mar del Plata vs. España. Nada de eso ocurrió y quienes buscaban encontrarle un enemigo a Roger se mantienen a la expectativa. Ambos pusieron la bandera por encima y adiós contrariedades.

El actual número 2 del mundo subió una foto a su cuenta de Twitter en la que Wawrinka le está haciendo “cuernitos” amistosamente. La existencia de una pelea grave se descartó en la rueda de prensa en la que mostraron un clima distendido. El principal problema de Severin Luthi, capitán suizo, pasa por el estado físico de Federer. El inconveniente lumbar que le impidió jugar la final de Londres, lo marginó de los primeros entrenamientos. Eran fundamentales para la readaptación al polvo de ladrillo después de sus últimos torneos en cemento. Los franceses no tuvieron piedad y eligieron la superficie que más le cuesta a Roger. De hecho, en 2014 jugó tres torneos con resultados poco felices: perdió Roland Garros en la cuarta ronda con Gulbis, en la segunda de Roma con el inexperto francés Chardy y fue finalista de Montecarlo.

El ganador de 17 Grand Slam tiene a los 33 años a la Copa Davis como cuenta pendiente. Eufórico tras su triunfo en el cuarto punto por semifinales vs. Italia, dijo: “no voy a perder la final”. El historial no favorece a su país. De los doce cruces entre Suiza y Francia, los galos se impusieron en diez. Pero no todo es negativo para los helvéticos que contará con dos top ten acompañados de Marco Chiudinelli y Michael Lammer como actores de reparto. Si bien el equipo fue el mismo durante todo el año, la principal duda pasa por quiénes integrarán el dobles. En octavos, cuartos y semifinales, la combinación siempre fue diferente. La última que probó Luthi y que probablemente repita pese a haber perdido en semifinales, sea Wawrinka-Chiudinelli, priorizando la recuperación física de Federer.

Por el lado de Francia, el entrenador Arnaud Clement definió sus cuatro integrantes a último momento. Gilles Simon quedó como suplente de Tsonga, Gasquet, Monfils y Benneteau. Este último es el quinto en el ranking de dobles y el único dentro del top 100 de los ocho tenistas que jugarán la final. De todas maneras, Clement no descarta para el tercer punto al dúo Tsonga-Gasquet, también presentes en los singles.

La posibilidad de levantar la Ensaladera de Plata como no consigue desde 2001 es todo un evento para Francia. La ITF (Federación Internacional de Tenis) aprobó el Estadio Pierre Mauroy y la sede de la final será en una cancha de fútbol. Ahí hace de local habitualmente el Lille, pero durante el fin de semana se adaptará para albergar a más de 27 mil espectadores, una cifra récord para el tenis.

No hubo pelea entre Federer y Wawrinka, pero el altercado sirvió para poner en foco a la final del torneo de los países. La expectativa por la recuperación de Roger y su deseo de conquistar el título por primera vez chocará con el hambre francés tras varios años de sequía. La previa no puede ser mejor, aunque las variables se definirán cuando arranque la serie.

Por Pedro Molina