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5 claves para el resurgimiento de Racing

La Academia es uno de los grandes candidatos a quedarse con el título después de haber superado un comienzo errático. ¿Qué sucedió para esa metamorfosis?

Por Redacción EG ·

17 de noviembre de 2014
Imagen FESTEJO en La Plata entre Aued, Milito, Bou y Centurión. Aquella noche la Academia consiguió su mayor goleada en el torneo: 4-0 a Estudiantes.
FESTEJO en La Plata entre Aued, Milito, Bou y Centurión. Aquella noche la Academia consiguió su mayor goleada en el torneo: 4-0 a Estudiantes.

-El rol de los líderes:

 Sebastián Saja fue uno de los pocos sobrevivientes de la temporada anterior. En un equipo que se armó desde cero el arquero de 35 años nunca entró en duda. Más allá de una relación amor-odio con los hinchas, su rendimiento fue muy bueno a lo largo de este torneo. Sus actuaciones más destacadas fueron ante Banfield y Quilmes. Lleva más de tres temporadas, es un referente dentro del plantel y la identificación con los colores que adoptó es indiscutible, al punto tal de que ya anunció que en caso de salir campeón se retirará. El otro hombre fuerte es Diego Milito, quien a los 35 años volvió a la Academia para colaborar desde adentro. No está en su plenitud física y anotó menos goles que Bou y Hauche, sin embargo, le da un valor agregado al equipo en ofensiva. A su falta de explosión la esconde con movimientos tácticos de desmarque o como asistente. Si uno de sus mayores miedos a la hora del regreso era la respuesta del público, hoy en día podría asegurar que el pleno apostado tuvo sus dividendos. Cada vez que es reemplazado (sólo jugó dos partidos completos), desde las tribunas baja un implacable ovación que reconfirma el pacto de idolatría.

-El triunfo vs. Boca:

 Beligoy nunca imaginó la importancia que terminaría teniendo en la campaña de Racing. El árbitro acertó con la decisión de interrumpir el partido por la lluvia –de hecho podría haberlo hecho antes- y cuando se reanudó la Academia dio vuelta en menos de cuarenta minutos un resultado que parecía irreversible. Los dos goles de Bou fueron fundamentales a la hora de la reconstrucción. Con la remontada en La Bombonera dejó atrás las derrotas consecutivas contra Independiente, Lanús y por Copa Argentina vs. Argentinos Juniors. Ajeno a lo futbolístico, dejó atrás los reproches a algunos jugadores y los insultos para el entrenador por sus declaraciones y la relación con el representante, Christian Bragarnik. Cuando pocos lo esperaban, Racing tuvo reacción, respuesta y puso el grito en el viento para mostrar que estaba vivo. Un dato para tener en cuenta: esa tarde fue la del regreso de Diego Milito, ausente en los primeros 57 minutos del partido y en las anteriores derrotas.

-La reestructuración del mediocampo:

Gastón Díaz-Videla-Acevedo-Acuña fue el plan A que armó Cocca en el inicio del torneo para la línea media. Los cuatro habían llegado como refuerzos y provenían de los más variados esquemas de juego. No tuvieron una buena adaptación y desde el inicio se notó que algunos eslabones de la cadena fallaban. Cuando Videla se metía entre los centrales para una salida clara, Acevedo no se sentía cómodo en el centro ofreciéndose en la fabricación de las transiciones. Su estilo, mucho más posicional que vertical, le indicaba que en el 4-4-2 se sentiría más cómodo en la posición de Videla. Pero había lugar para uno sólo y el ex Colón siempre fue el eje y quien más rápido le tomó el pulso al equipo. Además, perjudicado por los rumores de su procedencia, el ex Defensa se convirtió en blanco de insultos y tuvo destino de suplente. Contra Newell´s, Luciano Aued, un volante más mixto, se ganó el puesto tras asistir a Bou para el 1-1 y completar un correcto partido. Gastón Díaz vivió algo parecido en su inicio como volante derecho. A Racing le faltaba gente en mitad de cancha con mayor vocación ofensiva y el ex Vélez se reconvirtió en lateral para dejarle su lugar a Marcos Acuña, quien cambió de banda y se animó a jugar con perfil cambiado. Cocca probó esa variante en los últimos minutos contra Boca y el ex Ferro asistió a Bou para el gol de cabeza con un centro perfecto. A la fecha siguiente, anotó por duplicado vs. Belgrano. Por la banda izquierda, Ricardo Centurión se ganó la titularidad a fuerza de gambeta y en un rol más comprometido aunque no menos intermitente que en su primera etapa.

-La aparición del goleador:

la llegada de Gustavo Bou a Racing fue sobre el cierre del libro de pases y bajo un manto de sospecha. Se tuvieron que lesionar Hauche y Milito al mismo tiempo para que la Pantera (ahora sí se puede divulgar el apodo) tuviera su gran chance. En una semana (Newell´s, Boca, Belgrano) marcó cinco goles y hasta la fecha 16 registró 10 anotaciones siendo parcialmente el goleador del torneo junto a Teófilo Gutiérrez. Ya superó ampliamente los 7 del Chanchi Estévez, máximo artillero del Racing campeón 2001. ¿Es nueve? ¿Es mediapunta? Resulta difícil encasillarlo en una posición, pero su zona de confort es del centro hacia la izquierda, desde donde anotó la mayoría de sus goles. En su currículum puede escribir que complementa con categoría la inteligencia de Milito y que con confianza la mete hasta de tiro libre. Walter Benítez y todo Quilmes, pueden dar fe de ello.

-“Nos propusimos ganar los 18 puntos”:

después de toda crisis llega un momento de mejoría. Racing logró eso tras sumar 3 de 12 y no lo frenó ni una desafortunada derrota con Atlético Rafaela, en la noche de los tiros en los postes. Luego de empatar con Olimpo en la 13ª fecha, la frase del capitán Diego Milito reflejó la mentalidad ganadora pensando en los seis partidos restantes. En su momento se supo sobreponer a las complejas situaciones y ahora apunta al objetivo más fuerte. Ya cumplió ganando por la mínima ante Gimnasia, Banfield y Quilmes y depende de sí mismo para dar la vuelta. Está en carrera.