¡Habla memoria!

16 motivos que hacen llorar a los futbolistas

¿Por qué se quiebran? ¿Qué es lo más frustrante del fútbol? Detrás de la imagen de ídolos y superhéroes, los protagonistas sienten y sufren. Un psicólogo a la derecha por favor.

Por Redacción EG ·

15 de octubre de 2014
Beckham es reemplazado en su último partido y se retira entre lágrimas

1- El retiro

 
Llega un día en que los entrenamientos, los partidos, los viajes y la dedicación al fútbol se terminan. Y con ese punto final se van muchos años que nunca volverán a ser como eran antes. La jubilación futbolística generó vacío en muchos y necesidad urgente de volver en otros. En el caso de David Beckham, después de veinte años en 5 equipos y una vida de exposición mediática, se retiró en el Paris Saint Germain. El sex symbol, el hombre de la publicidad y de Hollywood lloró como un mortal más porque terminó con el fútbol.







Imagen Carrizo en uno de sus días más tristes como jugador.
Carrizo en uno de sus días más tristes como jugador.

2- El descenso


Ningún hincha lo quiere vivir y ningún jugador pelearlo, sin embargo, todos los años hay víctimas inevitablemente. Pelear el descenso es una de las luchas más desgastantes y no poder evitarlo es el fracaso de un objetivo. Juan Pablo Carrizo fue el capitán de River en uno de los sucesos más trascendentales en la década del fútbol argentino. Pese a su su carácter fuerte y a llevar la cinta de capitán, no pudo contener las lágrimas luego de perder con Belgrano. En el Clausura 2011 había tenido errores groseros ante San Lorenzo y Boca.






Julio Sergio y un llanto desesperado.

3- La lesión

 
Una de las primeras causas con las que se relaciona al llanto, sin dudas que es el dolor físico. Así lo acostumbran los niños, pero también sucede con adultos, tal como Julio Sergio, arquero brasileño de la Roma, puede dar fe. En 2010, disputando un partido por la cuarta fecha ante Brescia sufrió la rotura de su tobillo derecha. Recuperó bien la pelota, pero sufrió en los minutos siguientes en los que prácticamente no podía mantenerse en pie. Para su desgracia, Claudio Ranieri ya había hecho los tres cambios y el arquero debía completar el encuentro.







Volkan Sen no soportó los insultos y quise irse de la cancha.

4- El insulto


Los futbolistas suelen ser inmunes a todo tipo de insultos. La reprobación de los hinchas a un determinado jugador o ante una acción es algo totalmente naturalizado. Volkan Sen del Trabzonspor no puede decir lo mismo, ya que en 2013 dio la nota por una bronca inusitada. No toleró los reclamos de sus propios hinchas y en un momento antes de hacer un lateral, amagó con abandonar el campo de juego. Sus compañeros trataron de calmarlo, pero el daño ya estaba hecho.







Kamara, roja y desesperación.

5- La expulsión


No poder terminar el partido adentro de la cancha es una frustración. La sanción disciplinaria expone al futbolista y lo coacciona por sus infracciones. Sin embargo, el caso de Alhaji Kamara sobresale por su extravagancia. El delantero de Sierra Leona juega en la liga sueca y fue expulsado por doble amarilla cuando quedaban pocos minutos para que terminara el partido. Su reacción no tiene desperdicio: gritos y berrinche como un niño sin juguete. En Argentina, Lugüercio tuvo una reacción similar tras ver la roja por una piña a Brítez, defensor de Unión que le había metido el dedo en la cola.







La inmerecida quinta amarilla y la bronca de Agüero, a quien todos buscan consolar.

6- La ausencia a un partido importante

 
Independiente jugaba ante Olimpo por la 17ma fecha del Clausura 2006 y Agüero tenía las horas contadas. Su partida a Europa era una certeza y en la fecha siguiente aspiraba a despedirse de su gente vs. Boca en la Doble Visera. Pero tenía cuatro amarillas y debía cuidarse en Bahía Blanca. Le comentó su situación pidiéndole piedad a Diego Abal, árbitro del partido, quien lejos de devolverle el guiño lo amonestó por una mínima falta. La bronca del Kun, quien no pudo estar contra Boca, le partió el corazón a más de uno.







Darío Franco en Pura Química y las mismas lágrimas 20 años después.

7- La no-convocatoria al Mundial

 
La historia de Maradona en el Mundial 78’ se volvió una cuestión de Estado por todo lo que hizo Diego después. Sin embargo, cada cuatro años, hay víctimas con historias menos conocidas que sufren por haber quedado a un paso del Mundial. Darío Franco, actual entrenador de Defensa y Justicia, recordó en Pura Química su ausencia al Mundial 94’. Y mientras contaba la anécdota demostró que veinte años después, la herida sigue sin cerrar.








Suárez dio una emotiva nota al terminar el partido.

8- El regreso

 
Antes de morder y convertirse en persona no grata por la FIFA, Luis Suárez hizo vibrar a los tres millones de uruguayos. La derrota en el debut mundialista de la Celeste obligaba a conseguir un triunfo contra Inglaterra. El actual jugador del Barcelona apuró la recuperación de su lesión y decidió estar en el trascendental partido. Anotó el primer gol y ya en el complemento le rompió el arco a Hart para el segundo. En ese mismo momento entró en llanto como si ese disparo fortísimo hubiera roto su compostura. Evidentemente, representar al país no es un hecho menor y sentimentalmente repercute en los protagonistas. También en Brasil 2014, el camerunés Serey Die se quebró durante el himno en un partido que su selección perdió con Colombia. Las versiones indicaron que era por la muerte de su padre, pero después se conoció que había fallecido varios años antes. Al final, sólo se trató de la emoción por el escenario.



David Luiz tuvo un gesto de grandeza con James Rodríguez.

9- La derrota en un Mundial

 
Así como a algunos les duele la propia ausencia de la gran cita del fútbol, otros sufren la derrota colectiva. La eliminación del Mundial entristece a todo el país y los once jugadores que salen a la cancha no son la excepción. La imagen de James Rodríguez tras ser eliminado por Brasil recorrió el mundo entero. David Luiz lo calmó e invitó a los hinchas a regalarle una ovación. El crack la rompió y gracias a su gran performance logró el traspaso al Real Madrid.








Imagen Maradona vivió todas, pero en el día de su despedida lloró como uno más.
Maradona vivió todas, pero en el día de su despedida lloró como uno más.

10- La presión

 
Aunque Balotelli no grite los goles porque “el cartero cuando reparte un sobre no festeja”, hay que reconocer que los futbolistas viven una tensión diferente. La localía, la obligación de ganar, el compromiso con los hinchas o el simple temor a no actuar correctamente ante una multitud son algunos factores decisivos. Por eso, el futbolista a diferencia del cartero entrena, concentra y se prepara para saber resolver algunas situaciones complejas. Brasil vivió esa presión en el último Mundial y el debate sobre la psicología en el deporte se volvió eje. Las figuras y el entrenador lloraron con el himno e incluso tras eliminar a Chile. Glorias del Scratch criticaron la debilidad emocional y auguraron un mal futuro. Lo cierto es que Brasil manejaba un pánico a la derrota que el propio Scolari quiso solucionar con una psicóloga. Finalmente la caída llegó y Neymar, Thiago Silva y compañía reaccionaron de la misma manera que ante los triunfos: llorando.




Ronaldinho homenajeó a su padre con un golazo.

11- El recuerdo de un familiar


La cancha de fútbol puede convertirse en un circo y nadie se pregunta acerca de los sentimientos de los jugadores. Supuestamente todos tienen la obligación de jugar bien y si juegan mal, hay que hostigarlos. Ronaldinho vistió la camiseta de Atlético Mineiro dos días después de haber sufrido la muerte de su padre. Lejos de lo que indicaría la lógica, no sólo fue la figura de la cancha vs. Figueirense, sino que también anotó dos goles. Después de festejar uno de ellos, se arrodilló y comenzó a llorar.







Tito Vilanova fue un hombre importante en el Barcelona.

12- El fallecimiento de un entrenador


Hay que hacer un paréntesis y salir de las imágenes adentro de la cancha para situar este motivo del llanto. Tito Vilanova había dejado su cargo cuando falleció, pero para el mundo Barcelona siempre será uno más adentro del club. Ayudante y sucesor de Guardiola, un cáncer letal acabó con su vida. En el velorio, las imágenes filmadas por el canal del club mostraron una faceta desconocida en Messi, Iniesta, Xavi y compañía. Mucho más que un jefe o un simple entrenador, las lágrimas colectivas de los jugadores refirieron a la despedida de un símbolo del histórico equipo.







El niño hizo emocionar al Tigre y terminaron confundidos en un abrazo.

13- El efecto contagio


Si alguien puede demostrar la real dimensión que genera el fútbol –y los futbolistas- en la gente, son los niños. El endiosamiento y el protagonismo que cobran es superior al que muchos maginan. Radamel Falcao es el símbolo absoluto de Colombia y su lesión previa al Mundial conmovió al país. El propio jugador mediante diferentes mensajes se mostró optimista y superó con fortaleza un hecho de suma frustración. Sin embargo, en abril le cumplió el sueño a un nene colombiano y apareció de sorpresa para saludarlo. El afortunado Michael Stiven rompió en llanto, lo abrazó y sintetizó con ternura el sentimiento de una nación. Ante semejantes palabras, Falcao lloró a la par.







Messi lloró preocupado por la violencia del fútbol.

14- La violencia

 
El fútbol argentino es uno de los más contaminados por los hechos de violencia que suceden. A causa de disputas internas o intereses económicos, las víctimas fatales vinculadas a un espectáculo deportivo no dejan de ser uno de los aspectos más tristes de la organización. Pese a la concentración durante el encuentro, es habitual que por los incidentes de las tribunas, los jugadores se vean preocupados. En la mayoría de los casos debido a que sus familiares están ahí. Newell´s-Belgrano y Cerro Porteño-Colón fueron dos episodios cercanos en el tiempo y espacio, que se pueden nombrar. Inédito y más allá del enojo y las protestas, hay un jugador que lloró por la violencia del fútbol. ¿Quién? Lionel Messi.






Imagen La reacción de los jugadores de Brasil fue criticada por sus propios compatriotas.
La reacción de los jugadores de Brasil fue criticada por sus propios compatriotas.

15- El ídolo


En el repaso de los llantos futboleros no se podía excluir a Maradona. Pero el especial buscaba ahondar en diferentes motivos y personajes. Diego lloró después de ser campeón mundial, después de perder la final del mundo, aunque una de sus imágenes más recordadas fue el día de su despedida. Inclasificable en una categoría, ya tenía asumido el retiro, ya había sido ovacionado miles de veces, pero algo hubo en esa Bombonera repleta que provocó sus lágrimas. Una de sus postales más recordadas en el día que patentó “la pelota no se mancha”, fue con la camiseta de Boca, cabizbajo, las manos juntas y los ojos cerrados.







Imagen La foto de El Gráfico hizo honor a la frase de que "una imagen vale más que mil palabras".
La foto de El Gráfico hizo honor a la frase de que "una imagen vale más que mil palabras".

16- El título mundial

 
Las lágrimas de alegría por un gol, un partido ganado o episodios particulares se pueden englobar en el máximo logro del fútbol: ser campeón mundial. Así sucedió al finalizar el Mundial 78’ en una de las imágenes que El Gráfico registró. En esa misma edición la revista tituló y facilitó su propagación bajo el nombre de “El Abrazo del Alma”. Si de ternura y emoción se trata, la imagen de Fillol y Tarantini junto a un hincha sin brazos es el súmmum. Víctor Dell’Aquila nació sin brazos y vio la final vs. Holanda en el sector de discapacitados. Fi nalizadoel partido ingresó al campo de juego y protagonizó una de las postales más recordadas de aquel Mundial. “Tengo la imagen de Dios”, dijo Fillol sobre aquel momento. Lo cierto, es que esas caras en los hombros del compañero y los ojos llenos de lágrimas confirmaron que en el fútbol también se puede llorar de una profunda alegría.


Por Pedro Molina