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La semana Bou

Un cuarto de los goles de toda su carrera los anotó en siete días. Su llegada a Racing fue criticada y puso en tela de juicio a Cocca, quien ahora respira gracias al delantero con quien comparte representante.

Por Redacción EG ·

29 de septiembre de 2014
Imagen AVANZA Bou festejando el primero de sus cinco goles de la semana. Quedó cerca de igualar su estadística en Olimpo, el club en el que más convirtió: 8 en 33.
AVANZA Bou festejando el primero de sus cinco goles de la semana. Quedó cerca de igualar su estadística en Olimpo, el club en el que más convirtió: 8 en 33.
Gustavo Bou se convirtió en el decimocuarto refuerzo de Racing para este torneo. Llegó con el libro de pases cerrado y gracias a que River lo declaró libre para cancelar una deuda. No hubo presentación formal ni buenas expectativas ante la llegada del delantero. Christian Bragarnik ya era el hombre más mencionado del invierno y su nombre causaba revuelo. Las investigaciones exclusivas, el enojo de muchos y las teorías conspirativas nunca lograron profundizar más allá de lo que todos saben: es el representante de Diego Cocca, el entrenador de Racing, y de varios de sus refuerzos.

Surgido de las inferiores del Millonario, Bou nunca se afianzó en Primera y apenas sumó minutos aisladamente. Desde su debut en 2008 hasta su partida en 2012, fue titular diez veces y convirtió dos goles. A partir de ahí, el dueño de su pase lo cedió hacia diferentes destinos. En Olimpo fue figura de la B Nacional y anotó 8 goles; en Liga de Quito estuvo seis meses; y a comienzo de año jugó trece partidos para Gimnasia y Esgrima de La Plata, en el que anotó un solo gol.

El palmarés poco meritorio hacía dudar de las buenas intenciones del entrenador. La polémica se profundizó cuando Racing perdió tres partidos consecutivos y Diego Cocca quedó en la cuerda floja. Además de sus declaraciones desafortunadas previo a perder el clásico, la vinculación de los refuerzos con su representante era otro de los aspectos más criticados.

En ese panorama inestable, el piloto de tormentas echó mano de los suplentes para reemplazar a los lesionados Hauche y Milito; para colmo, dos de los mejores del equipo titular. El cambio de la delantera fue bien acompañado por una nueva fisonomía en el mediocampo: Aued para romper con la perjudicial relación Videla-Acevedo y Acuña por derecha con vocación más ofensiva que Gastón Díaz, retrasado a la línea de fondo.

“La semana Bou” comenzó un lunes y contra Newell´s. En el Cilindro, Racing fue madrugado por un gol de Scocco. A los pocos minutos, Bou recibió de Centurión a la altura de la medialuna y le quemó las manos a Ustari. El polémico jugador que llevaba un gol en sus últimos 33 partidos, anotó en su segundo encuentro como titular de la Academia. Valió un punto y los aplausos de una hinchada que notó una mejoría sobre todo en lo actitudinal.

Tres días después, el calendario debía 35 minutos del partido vs. Boca. Si algún desprevenido creía que ya estaba resuelto, ese tiempo fue suficiente para que Bou conectara por duplicado. Primero, con un derechazo adentro del área tras un excelente pivoteo de Diego Milito –ya recuperado de su lesión- y luego con una palomita perfecta para gritar el primer gol de cabeza en toda su carrera.

Los móviles de televisión aparecieron en su casa y muchos hinchas fueron crucificados en su Twitter por las críticas que antes habían expresado en la red social, incluso antes de que debutara. Para un equipo relacionado a la malaria, el inesperado resurgimiento tenía una explicación y se resumía en apenas tres letras.

Ya el día domingo, para cerrar una semana perfecta, Bou volvió a hacer dupla con Milito y anotó por duplicado en Córdoba. Le rompió el arco a Olave de cabeza y más tarde sentenció el partido al definir magistralmente por arriba del arquero. Y pudo haber hecho más, tanto como en una ocasión en la que corrió treinta metros y casi termina en un golazo como en las repetidas veces que buscó al arco. Fue una muestra de confianza y el mejor respaldo para el entrenador, quien ahora, después de acariciar la renuncia, puede pensar en el campeonato tras sumar siete puntos de nueve.

Asumidas la derrota con Independiente y la eliminación de la Copa Argentina, a los ponchazos apareció el equipo. En el caso de Bou, la versatilidad para ser nueve de área o mediapunta según lo que requiera la situación, convierten al entrerriano en titular indiscutido. Si la pelea del puesto es con Gabriel Hauche para acompañar a Milito, las frías estadísticas reafirman el buen momento del ex River: en apenas una semana anotó lo que el Demonio hizo en un año.

Ninguna consultora política lo llevó a cabo, pero la imagen positiva de Bou aumentó enormemente en siete días. A partir de ahora, transformar la racha en una situación más estable lo definirá como jugador. Cocca deberá cuidar esa confianza y prolongar el buen presente de su jugador fetiche. Mientras, en Avellaneda, algunos se ilusionan con que el “Perdón Bou” sea bandera.


Por Pedro Molina