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Di María, un crack infravalorado

Tal vez su figura no sea marketinera y su perfil mediático no esté a la altura de sus condiciones, pero es uno de los mejores futbolistas del mundo en la actualidad, aunque el Real Madrid no sepa reconocerlo. A los 26 años, en la cresta de su carrera, espera un llamado que lo rescate.

Por Redacción EG ·

22 de agosto de 2014
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El mejor jugador de la última final de la Champions League, en la que el Real Madrid volvió a ser campeón europeo después de doce años, no fue Gareth Bale, Cristiano Ronaldo ni Karim Benzema, sino Ángel Di María, el desgarbado volante zurdo que destrozó, con una de sus corridas endiabladas, la resistencia del Atlético de Madrid y generó la jugada del 2-1, el gol que quebró definitivamente el partido. Cuando la UEFA lo eligió como la figura de la final su relación con los hinchas merengues se recompuso definitivamente luego de que un confuso hecho sucedido a principios de año caldeara la relación.

Sin embargo eso no alcanzó y Di María no se sintió valorado por los dirigentes. Antes del Mundial pidió ser transferido y ni siquiera la insistencia de Carlo Ancelotti, que lo prefiere por encima de Bale, el gran capricho del presidente Florentino Pérez, para que se quedara fue suficiente para torcer su decisión.

Así, desde entonces, las cartas de ambas partes están sobre la mesa. Ni Di María quiere seguir en el club ni los dirigentes quieren mantenerlo en el plantel, pero su elevado valor de mercado complica las salidas. El volante, durante el último verano europeo, estuvo a punto de ser transferido al Arsenal, al PSG y al Manchester United, aunque las pretensiones económicas del Merengue (exige entre 50 y 65 millones de euros por su ficha) espantaron a los pretendientes.

El sueldo anual de Di María (cercano a los tres millones de euros por temporada) es bajo para un jugador de su catgoría. Sin embargo ello no es casual, ya que la política de contrataciones del Real Madrid consiste en comprar caro y luego firmar con el jugador adquirido un contrato de bajo costa anual para amortizar el desembolso. Justamente su sueldo fue una de las razones del cortocircuito con los dirigentes cuando el argentino exigió una mejora sustancial.

Ahora, encerrado en su caja de cristal, intenta apurar una situación de último momento. La salida no parece fácil y todo indica que, a fin de cuentas, permanecerá, al menos una temporada más, en el Real Madrid. Ese lugar en el que no tiene muchas ganas de estar, y en donde los dirigentes no se sienten muy cómodos con su presencia. Ese lugar en el que cada vez que entra se destaca, aunque no muchos se lo reconozcan. Di María, uno de los mejores futbolistas del mundo en la actualidad. Un crack infravalorado y de remate, aunque con un piso millonario.


Por Matías Rodríguez