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Debut y gol, la tendencia del fin de semana

Riquelme, Milito, Lucero y Tevez. Distintas maneras de debutar, aunque todos con algo en común: anotaron un gol para los triunfos de sus equipos.

Por Redacción EG ·

11 de agosto de 2014
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La inversión de Boca en varios juveniles de Argentinos Juniors, desligó a Juan Román Riquelme de su club de origen en 1996. La nueva institución lo adoptó como ídolo, lo vio campeón once veces y lo convirtió en hincha. Jugó en Europa, en la Selección y salvo un imponderable, su carrera estaba destinada a terminar con la azul y oro. Pero ese imponderable sucedió, y desde La Paternal le abrieron las puertas al hijo pródigo.

Se había ido a los 18 años, sin debutar en Primera, y cuando aún lo llamaban por sus dos nombres y su apellido. Otros 18 años después, ya es Román y volvió para lograr el ascenso. La expectativa fue general y se reflejó en un estadio colmado por hinchas que recuperaron la alegría y otros tantos mendigos de buen fútbol, presentes para ver a su ídolo. El Bicho comenzó este sábado el camino al renacimiento. Borghi incluyó a seis refuerzos como titulares, y otros tres ingresaron en el segundo tiempo. Sin embargo, la historia estaba escrita y el héroe de la tarde debía ser el número 10, quien anotó el único gol del partido.

Paradojas del destino, el rival de turno fue Boca (Unidos). Sus aportes se efectivizaron en un taco de lujo, una asistencia milimétrica que casi termina en gol y el único grito de la tarde. Como si las dimensiones de la cancha las hubieran hecho a medida para su juego, pudo mostrar sus dotes sin sufrir problemas físicos. A lo película hollywoodense, Riquelme a los 36 años debutó profesionalmente en la cancha donde se crió, con un gol y un triunfo.



La duda de Diego Milito en regresar se prolongó durante varios días. Un problemático Racing pondría en riesgo su calidad de ídolo. A diferencia de Román, se trató del primer partido luego del retorno, ya que había jugado y sido campeón con la camiseta de la Academia. A los 35 años, demostró estar intacto. Alrededor suyo, un equipo renovado y con serias aspiraciones, giró de buena manera.

Racing ganó y gustó. Superó con comodidad a Defensa y Justicia y tuvo dos delanteros imparables. Junto al ex hombre del Inter, Gabriel Hauche jugó un partidazo. Anotó los primeros dos, aunque hay que darle mérito a Diego en la gestación del segundo. Frenó la pelota, la cambió de frente y dejó en posición de gol a Gastón Díaz. Para sentenciar el partido y cortar once meses de sequía, Milito acomodó su cuerpo y la puso junto al palo izquierdo del arquero Pellegrino. La Academia sueña repetir lo del 2001, y para ello, ya tiene al delantero estrella de aquel año.



Riaño se la pasó al medio y él definió bien, pero el travesaño le dijo que no. Minutos después, recibió del mismo compañero, quien desbordó por derecha y no llegó a conectar de lleno. La tercera –y no la vencida- del primer tiempo, fue tras un corner y la aparición en solitario por el segundo palo. El debut de Juan Martín Lucero con la camiseta de Independiente no pintaba bien, pero a los 75’, hizo una gran jugada y tras combinar con el mencionado Riaño, la empujó de frente al arco. Golazo. Fue el tercer y último grito en una tarde festiva para Avellaneda.

Los antecedentes de Lucero son de la B Nacional con la camiseta de Defensa y Justicia. En la última temporada anotó 24 goles en 42 partidos facilitando el ascenso a Primera División del Halcón de Varela. El propio mendocino tuvo su debut en la máxima categoría, aunque nada más y nada menos que con la camiseta de Independiente. Como delantero que es, vive del gol, y en la primera fecha, ya pagó con uno.



“Cerré los ojos y le pegué”. Una apuesta de 18 años, con apellido de ídolo xeneize, anotó un golazo en La Bombonera, y para colmo después reconoció que no quiso pegarle a donde terminó la pelota. Sonó casi como una parodia del mismo Boca. El debut de Mauricio Tevez fue total: en la pretemporada, el entrenador Gustavo Raggio lo subió al plantel de Primera para tener alternativas en algún partido.

Sin embargo, la lesión de Ezequiel Ponce aceleró el proceso y el rosarino –que no tiene ningún parentesco con Carlitos-, tuvo sus primeros minutos en la máxima categoría como extremo derecho. No sufrió de pánico escénico y Newell´s ganó gracias a su gol. Por lo menos durante una semana, se podrá jactar de un promedio envidiable para cualquier delantero: un gol en 72 minutos. Después de ese lapso, deberá trascender para meterse en el corazón del hincha leproso; aunque atención, porque tiene con qué.