La Selección

Perfil de Bélgica, el rival argentino que se construyó en dos años

Un entrenador joven e ídolo en su país lidera una camada magnífica la cual muchos creen que son la revelación 2014. Columna vertebral, aspectos a tener en cuenta e historias mínimas del rival argentino el sábado por Cuartos.

Por Redacción EG ·

02 de julio de 2014
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Diez años después de jugar su último Mundial, Marc Wilmots asumió como entrenador de Bélgica en 2012. Para las últimas dos ediciones no había clasificado. Él llevaba tres años de ayudante de campo de la selección, primero junto a Dick Advocaat y luego con Georges Leekens. Cuando asumió como entrenador principal, acabó con sus propios fracasos deportivos y los de su país. Clasificó al Mundial liderando de punta a punta un grupo con Croacia y Serbia como rivales más fuertes. Su historial en el banco de suplentes era breve y fallido: treinta partidos entre 2003 y 2004 con el Schalke 04 y el Sint-Truiden. En ambos había perdido más de lo que había ganado. En el medio había sido elegido senador por el partido liberal, pero al poco tiempo renunció a su cargo y abandonó la política.

El Mundial es la primera gran prueba para Wilmots y sus jóvenes. La clasificación ya fue festejada como un título después de varios años de abstinencia. Su figura de ídolo nacional se ensanchó y es el único belga que estuvo en cinco Mundiales representando a su Selección. 1990, 1994, 1998 y 2002 como jugador y ahora 2014 desde otro lugar. Tiene 45 años, pero podría ser el papá de algunos de sus jugadores: por ejemplo Divock Origi, el moreno delantero que cumplió 19 en abril.

El delantero del Lille fue convocado para tener una primera experiencia mundialista, y casi sin querer pelea la titularidad. El nueve titular, Christian Benteke, quedó fuera por una lesión en el tendón de Aquiles y dejó acéfalo el puesto. Romelu Lukaku arrancó como titular pero no convenció al entrenador. Wilmots ya había dicho que prefiere al delantero del Chelsea por la banda, sin embargo, su ingreso goleador como delantero centro vs. Estados Unidos, volvió a abrirle una puerta para recuperar el puesto que le había birlado Origi. Lukaku no se siente cómodo jugando de espaldas, pero vs. Argentina, no sería raro que se diera un partido a su merced: con espacios y saliendo rápido para el contraataque.

El último encuentro ante un rival de primera línea fue Colombia. En un amistoso disputado en noviembre de 2013, los cafeteros se impusieron con comodidad por 2-0. En estructura el 4-2-3-1 no varía nunca, en cambio, la intensidad y la presión de los volantes es flexible según quién esté del otro lado. Thibaut Courtois, Vincent Kompany, Axel Witsel y Eden Hazard son los hombres de la columna vertebral.

Courtois es el arquero del brillante Atlético Madrid de Simeone y quien no perdió nunca con su selección. Kompany es el capitán y la voz de la experiencia en una última línea que se definió en Brasil: Daniel Van Buyten le ganó la pulseada a Thomas Vermaelen para ser el segundo central. Witsel juega en el Zenit San Petersburgo y es el termómetro del mediocampo. Se lo compró al Benfica por 40 millones de euros, aunque su episodio más característico le sucedió cuando era jugador del Standard Lieje. Le quebró la pierna al polaco Wasilewski, jugador del Anderlecht por un terrible planchazo. Lucas Biglia estaba en cancha cuando transcurrió. Lo suspendieron ocho fechas y sufrió amenazas y piedrazos de los hinchas del club más importante del país, que aún hoy le guardan rencor. Más centrado y maduro, está lejos de ser un jugador rústico. En el Mundial está confirmando por qué lo adoran en Rusia, aunque su buen pie está lejos de ser como el de su ídolo: Maradona.

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Párrafo aparte para Eden Hazard, quien vive una situación similar a la que pasó Messi en su primera época albiceleste. Brilla en su club, pero está en deuda con su selección. El Chelsea pagó 32 millones de libras esterlinas en 2012 y ahora es la debilidad de Mourinho. “Es probablemente el mejor jugador joven del mundo con la posibilidad de alcanzarlos [a Messi y a Ronaldo], pero denle tiempo”. Tiene apenas 23 años, lleva 50 partidos con su selección y su déficit son los goles: anotó apenas seis. Es el hombre de la raya izquierda, el que deberá sufrir Zabaleta. En el otro extremo estará Dries Mertens, jugador del Napoli, o Kevin De Bruyne, el rubio al que su compañero Courtois le sacó la novia. Tanto en una banda como en la otra, el desgaste para retroceder es una condición que no negocian.

El esquema y la idea de juego están por encima de los nombres. Desde que comenzó el torneo, Wilmots nunca repitió el mismo equipo, sin embargo, no modificó el 4-2-3-1. Ayer, reconoció que vs. Estados Unidos fue la mejor versión y después apuntó a Messi y compañía: “Quiero ver que harán para ponernos en problemas, yo ya tengo todo en la cabeza. Tienen delanteros peligrosos pero les falta equilibrio”. Habrá que cuidarse del control en el mediocampo y el buen uso de las bandas, principalmente con Vertonghen (lateral izquierdo), quien pasa al ataque y colabora para hacer el 2 vs. 1. No habrá que conceder pelotas paradas: con 1,85 de promedio tienen la mayor altura de todos los planteles.

Un papel correcto vs. Argentina, ya le permitirá volver feliz a una selección que en la previa, muchos vieron como revelación. Con el segundo promedio de edad más bajo de las 32 selecciones, los jóvenes irreverentes están a un partido de alcanzar la mejor marca belga en los Mundiales. Si de récords y de renacer se trata, Wilmots sabe qué tiene que hacer.


[PM]