TMA: Todo menos Argentina
Una historia de los mundiales (Tercera parte)
Cada Copa del Mundo es una referencia directa hacia su época, su gente y sus problemas. En la víspera de la duodécima edición hacemos un breve repaso (otro más) siguiendo un orden alternativo. ¿Qué cambio en cada Mundial si los analizamos separándolos, entre ellos, por una brecha de 20 años?
EL ABRAZO DEL ALMA. Alberto Tarantini y Ubaldo Matildo Fillol se funden en un abrazo al ganar la Copa del Mundo 1978 y a ellos se suma Víctor Dell'Aquila, un hincha sin brazos que se unió con el corazón. La sensacional foto es del gran Ricardo Alfieri.
FRANCIA 1938
SALUDO FASCISTA. Los jugadores italianos fueron obligados a saludar al Duce. El público francés abucheó el acto en cada partido.
Al igual que en 1934, el Mundial de Francia no tuvo fase de grupos sino que directamente se disputó una etapa eliminatoria. Un todos contra todos a suerte y verdad, con los cruces de las dieciséis selecciones determinados por sorteo. Los equipos participantes, finalmente, fueron quince, ya que Austria había sido anexada a la Alemania Nazi a través del Anschluss y juntas conformaron un conjunto pangermánico. Sin mucho brillo, las grandes revelaciones del Mundial fueron Suecia (que finalizó cuarta) y Hungría, finalista. Los magiares contaban con su primera gran generación de talentos (la segunda sería la de Suiza 1954) y exhibían los lujos del juego danubiano. No obstante, Italia (que se convirtió en el primer bicampeón) fue demasiado para los húngaros y se impuso 4-2 en la final merced de los goles de Gino Colaussi y Silvio Piola, el goleador histórico del Calcio. Aquel Mundial fue menos sospechoso que su antecesor, sin embargo la presión de Benito Mussolini volvió a hacerse presente. “Victoria o muerte”, decía el telegrama que envió el Duce a la concentración italiana en París. El dictador quería despejar las dudas de 1934 y demostrar al mundo que la Azzurra era capaz de triunfar en territorios ajenos (y luego, durante la Segunda Guerra Mundial, también enemigos). Contra Francia, en cuartos de final, Mussolini había obligado a su equipo a jugar con la camiseta alternativa, que era de color negro... el matiz característico del Partido Nacional Fascista.
SUECIA 1958
NO DIGA FELICIDAD, DIGA GARRINCHA. La alegría con la que el brasileño jugaba al fútbol conquistó a los brasileños. Fue el jugador al que más quisieron, y se consagró en Suecia 1958.
Brasil en Suecia avasalló a todos sus rivales, que no eran para nada accesibles. Dejó en el camino a la Unión Soviética, a Austria, a Inglaterra, a Gales, a Francia y a los locales en la final. El 5-2 del partido decisivo incluyó un doblete de Pelé y la revancha de todo el pueblo brasileño luego de la decepción del Maracanazo. Fue el primero de O Rei, que empezaba a mostrarse ante el planeta como el futuro jerarca del fútbol mundial.
Un caso absolutamente contrario fue el de Argentina, que había ganado el Sudamericano de 1957 de la mano de los Carasucias. Un equipo que respetaba el fútbol de “la nuestra” y que se distinguía por su quinteto ofensivo: Corbatta-Maschio-Angelillo-Sívori-Cruz. Luego del título, Maschio, Angelillo y Sívori fueron transferidos a Italia, y por aquellos tiempos no se citaban a la Selección jugadores que actuasen en el exterior. Argentina, que no participaba de un Mundial desde 1934 y que había dominado ampliamente los campeonatos continentales en la década del cuarenta, presentó entonces un equipo compuesto por glorias del fútbol local (Labruna, Varacka, Amadeo Carrizo, Néstor Rossi...) aunque con varios años encima. El desastre fue total y se desencadenó cuando los jugadores notaron que no sabían nada de sus rivales, que no estaban preparados físicamente y que con un 6-1 demoledor contra Checoslovaquia se habían quedado afuera del Mundial. El cachetazo sacó a Argentina de su micromundo de cristal e instaló la idea de que había que renovarse: a partir de entonces surgieron los entrenadores tacticistas, los preparadores físicos se convirtieron en las divas del mercado y las recetas europeas hicieron mella en estas tierras. Fue el principio del fin de una identidad muy marcada, pero también el nacimiento de historias gloriosas como la del Estudianes de Zubeldía que conquistó el mundo.
ARGENTINA 1978
MATADOR. Kempes convirtió seis goles durante el Mundial 1978 y fue el segundo goleador argentino de una Copa del Mundo, luego de Guillermo Stábile que lo había logrado en 1930.
Argentina superó el primer grupo que compartió con Italia, Francia y Hungría, aunque, por su condición de segundo detrás de la Azzurra (que lo derrotó 1-0), tuvo que trasladarse a Rosario para jugar la segunda zona en el estadio de Central. Allí venció a Polonia (con una fantástica actuación de Ubaldo Matildo Fillol), empató con Brasil y goleó, en un controvertido partido, 6-0 a Perú. La Albiceleste tenía que hacer cuatro goles para alcanzar la final superando a Brasil; finalmente convirtió media docena e incontables conjeturas se tejieron alrededor de aquel histórico resultado.
Polémicas al margen, Argentina alcanzó la final contra Holanda (que mantenía la base de 1974 aunque sin Johan Cruyff, que no se presentaba en países que estuvieran bajo la égida de gobiernos militares) y la derrotó 3-1 en tiempo suplementario. Dos goles de Kempes y uno de Bertoni fueron determinantes para el título de la Selección. El primero de los dos que tiene hasta ahora, en una Argentina en llamas que ahogó con euforia los gritos de dolor.
FRANCIA 1998
EL MAGO. Zidane le dio a Francia su primer título mundial en 1998. Los galos derrotaron en la final a Brasil por 3-0.
En Francia 1998 también debutaron varios países que habían superado conflictos políticos internos, y entre ellos el más destacado fue Croacia, que, escindido de Yugoslavia luego de la Guerra de los Balcanes, finalizó tercero de la mano del goleador Davor Suker. Argentina avanzó hasta cuartos de final luego de superar a Inglaterra por penales en octavos, sin embargo la Selección se topó con Holanda y con una avivada final de Dennis Bergkamp que sepultó sus ilusiones.
Por Matías Rodríguez
UNA HISTORIA DE LOS MUNDIALES
Primera parte (1930, 1950, 1970, 1990, 2010)
Segunda parte (1934, 1954, 1974, 1994, 2014)
Tercera parte (1938, 1958, 1978, 1998)
Cuarta parte (1962, 1982, 2002)
Quinta parte (1966, 1986, 2006)