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Madrid invade Europa: el Atlético y el Real definirán la Champions League

Será la primera vez en la historia de la competición que dos equipos de una misma ciudad se disputen el título en la final. El rico de la capital española enfrentará a su vecino pobre. Un choque de estilos y de filosofías contrapuestas.

Por Redacción EG ·

22 de mayo de 2014
Imagen CHOQUE DE PLANETAS. Cristiano Ronaldo y Diego Costa, si logra recuperarse, se verán las caras en la final de Lisboa. Son los estandartes de sus equipos.
CHOQUE DE PLANETAS. Cristiano Ronaldo y Diego Costa, si logra recuperarse, se verán las caras en la final de Lisboa. Son los estandartes de sus equipos.
Cuando el ábitro holandés Bjorn Kuipers dé el pitazo inicial, el Real Madrid y el Atlético se disputarán la Copa de Europa en el estadio Da Luz de Lisboa. Además de ser un choque de estilos y filosofías contrapuestas separadas por un oceáno de distancia, por primera vez en la historia de la competición dos equipos de una misma ciudad lucharán por el título en el partido decisivo. 

Para el Real Madrid será la decimotercera final de Copa de Europa. Hasta ahora, ganó nueve y perdió tan sólo tres. No obstante, el último título continental lo alzó en 2002, en una histórica definición en la ciudad escocesa de Glasgow y ante el sorprendente Bayer Leverkusen. Aquel partido es recordado por la volea de Zinedine Zidane y por la consagratoria actuación de un entonces juvenil Iker Casillas. “Ganamos la novena, y el año que viene lograremos la décima, después de la undécima, y luego la duodécima”, aseguró Florentino Pérez en la ceremonia de celebración. Es que el comienzo del siglo XXI había acercado al Real Madrid al magnate de la construcción, que quería imponer el éxito a golpe de billetera. Sus ambiciones son las que empezaron a formar los sucesivos equipos galácticos de los merengues.

El Real Madrid es, además, un pedazo fundacional de la Copa de Europa, que se inició en 1956. En aquella época los presidentes de los principales clubes del Viejo Continente intentaron crear una competencia que nucleara a los ganadores de cada liga, y así nació la Copa de Campeones. Santiago Bernabeu, el mandamás de los blancos, fue el gran promotor del torneo y se encargó de que su equipo llevara la bandera de España por el continente; una bandera que los dirigentes del Barcelona se habían negado a portar aduciendo que era un campeonato con poco futuro y demasiado cansador para el calendario anual. La apuesta, a Bernabeu, le salió bien: la Copa de Europa no sólo se transformó en el más prestigioso de los títulos a nivel de clubes, sino que su equipo obtuvo las primeras cinco ediciones de forma consecutiva (1956, 1957, 1958, 1959 y 1960).

En contrapartida, el Atlético de Madrid tiene una historia menos fructífera. Fundado por un grupo de estudiantes vascos como una filial del Athletic Club de Bilbao en la capital española, el Colchonero vivió su Siglo de Pericles de la mano de Helenio Herrera, en la antesala de la creación de la Copa de Europa. Sin embargo su relación con la competición tiene tintes pintorescos. Por ejemplo, es el único equipo que fue campeón del mundo sin consagrarse en su continente. Esto ocurrió en 1974, cuando el Aleti perdió la final europea ante el Bayern Munich, pero ante la negativa de los bávaros de viajar a Sudamérica para disputar la Copa Intercontinental, se presentaron, en condición de subcampeones, contra Independiente y lo derrotaron a doble partido.

Hasta el presente, el Atlético de Madrid atravesó etapas terminales, como la que determinó el descenso del equipo en la temporada 1999/2000. El regreso a Primera, tras dos años en el infierno, fue trabajoso, pero a partir de entonces el club inició la remontada final. Desde entonces logró seis títulos (incluidas dos Europa League y la Liga 2013/2014) y conmovió al mundo de la mano de Diego Simeone.

El Real Madrid y el Atlético lucharán por la Copa de Europa y también por el respeto de una ciudad. De un lado estará el glamour de la casta rica y plenipotenciaria, y del otro el vecino pobre, que con mucho sacrificio y un presupuesto mucho más escueto que el de su rival intentará torcer los desalentadores pronósticos. Acostumbrado a las hazañas, el Aleti confía en sí mismo y en la imprevisibilidad del fútbol. Carlo Ancelotti y todo el Madrid, en cambio, buscarán poner las cosas en su lugar de una vez por todas. La mesa está servida para otra gloriosa final europea. 

Matías Rodríguez